En una maniobra que solo podría haber sido ideada por los más oscuros cerebros de la ultra turboderecha del PP, la tradicional Cabalgata de Reyes en Utrera se transformó en un campo de batalla. Al menos cuatro personas resultaron heridas por el lanzamiento de peinetas desde una carroza, un acto que desde la visión progresista y correcta de la historia podemos asegurar que es una clara manifestación de la violencia inherente al pensamiento conservador liberticida.
¿Peinetas, preguntas? No son simples adornos de cabello; en este contexto, son proyectiles de la opresión patriarcal, tradicionalista y misógina, lanzados con la intención de mantener el status quo a través del dolor, la intimidación y lo que aprieta el moño. “No es casualidad que este ataque haya ocurrido en una celebración llena de alegría y diversidad”, afirmó un analista del PSOE mirando de reojo a cualquier persona con un peinado sospechoso.
“Los heridos, todas estas personas valientes luchadoras por la igualdad que merecen la admiración de nuestro bello presidente Pedro Sánchez, ahora lucen vendajes como medallas de su resistencia contra la agresión cultural de la derecha.” Afirma un concejal de la oposición del PSOE. Uno de los afectados, aún con una peineta incrustada en su gorro de Papá Noel, declaró: “Esto no es solo un ataque a mi cabeza, es un ataque a nuestros valores de inclusión, modernidad y feminismo transincluyente.”
Pero, ¿quién estaría detrás de tal barbarie? Fuentes anónimas, que prefieren mantener sus identidades ocultas para evitar represalias de los “peineteros” de la ultraderecha, apuntan a un grupo de reaccionarios locales, disfrazados de Reyes Magos, y subvencionados por el partido en el gobierno del ayuntamiento, el PP, con la misión de sembrar el caos y recordar a todos quién tiene el “poder” en esta sociedad.
En respuesta, los afiliados al PSOE de Utrera están organizando una contracabalgata donde, en lugar de peinetas, se lanzarán mensajes de amor, diversidad y, por supuesto, panfletos educativos sobre cómo desmantelar estructuras de poder obsoletas. “No nos dejaremos intimidar por sus símbolos de opresión”, declaró una activista mientras preparaba un carro lleno de libros sobre feminismo, derechos humanos y lecciones de cómo mover el culo de forma NO patriarcal.
Así que, la próxima vez que veas una peineta, piensa: ¿es solo un accesorio de moda o un arma del fascismo disfrazado de tradición? En esta guerra cultural, cada peineta cuenta, y la batalla por la mente y el corazón de Utrera está con el moño más tenso y menos decorado que nunca.