Madrid, 16 de octubre de 2025 – En lo que podría calificarse como el suceso más inesperado de la semana (y quizá del mes), el Diario ASDF ha recibido una amenaza que, según fuentes internas que prefieren permanecer en el anonimato por razones que incluyen miedo, prudencia y un saludable respeto al suspense, asegura que “en breve salimos”.
La redacción, acostumbrada a lidiar con titulares polémicos, noticias sorprendentes y algún que otro error tipográfico que convierte a la ministra de Hacienda en la ministra de Haciendo, se ha visto ahora envuelta en un misterio digno de las mejores novelas de espías, pero con más café y menos explosiones.
Según nos ha informado un periodista que estaba revisando la ortografía de un titular sobre un gato que había viajado en AVE, el mensaje llegó a través de un correo electrónico tan críptico que parecía sacado de un curso de criptografía avanzada:
“En breve salís. Preparad los memes.”
Lo más inquietante, y al mismo tiempo intrigante, es que nadie sabe exactamente qué significa “salimos”.
¿Se refieren a salir del periódico? ¿A salir de Madrid? ¿A salir de la realidad tal y como la conocemos? Algunos redactores, en un gesto de profunda seriedad, han empezado a llevar linternas por los pasillos del periódico y a marcar con cinta adhesiva las zonas seguras frente a posibles salidas futuras.
La primera reacción: pánico y café
El primer efecto de la amenaza fue, como era de esperar, el pánico. Redactores, fotógrafos y becarios comenzaron a especular sobre qué significaba “salir”. Algunos llegaron a pensar que era un mensaje del Ministerio de Cultura, preocupado por la cantidad de chistes sobre la política española que se publican en el Diario ASDF. Otros, con un optimismo digno de mención, se convencieron de que podría tratarse de un anuncio de vacaciones colectivas.
En medio de este caos, la máquina de café, tradicional pilar de la productividad y del existencialismo de los periodistas, decidió rebelarse. Tras un pequeño cortocircuito, empezó a expulsar café en forma de letras, creando titulares automáticos que decían cosas como:
“El fin está cerca… o quizás solo es lunes.”
Esto provocó que un grupo de redactores organizara lo que ellos llamaron “La Primera Asamblea de Sobrevivientes del Café”, en la que debatieron durante tres horas sobre si el mensaje podría interpretarse como un cambio de formato del periódico, un ataque alienígena o simplemente un intento de robarles las galletas de la máquina.
Teorías conspiratorias y llamadas misteriosas
En paralelo a la confusión interna, comenzaron a surgir teorías conspiratorias externas. Un usuario anónimo de un foro de internet sugirió que la amenaza provenía de un grupo secreto de redactores de periódicos rivales, cuyo único objetivo es hacer que el ASDF desaparezca para siempre… al menos hasta el siguiente lunes.
Otro grupo afirmó haber detectado señales codificadas en la cafetera y en el dispensador de agua, sospechando que todo formaba parte de un complot internacional con fines desconocidos, probablemente relacionados con la dominación mundial y el suministro de té verde.
Además, algunos periodistas recibieron llamadas misteriosas en sus teléfonos móviles. En todas ellas, una voz profunda y digitalizada repetía:
“En breve salís.”
Nadie preguntó quién era, ni cuándo ni cómo. La mayoría colgó y volvió a su tarea de redactar noticias sobre gatos, políticos y tendencias virales. Sin embargo, un par de redactores más osados comenzaron a investigar el origen de las llamadas, armados con brújulas, mapas antiguos y el último número de “Manual de Conspiraciones para Principiantes”.
El comité de emergencia
Ante la gravedad de la situación, la dirección del Diario ASDF decidió convocar un comité de emergencia. Este comité, compuesto por la jefa de redacción, dos redactores experimentados, un becario que todavía no sabe usar la impresora y la planta de cactus de la oficina (sí, la planta también tiene voz), debatió sobre cómo afrontar la amenaza.
Se propusieron medidas que incluyen, pero no se limitan a:
- Esconder los archivos importantes en el frigorífico de la oficina.
- Crear un protocolo de seguridad basado en señales de humo para avisar si alguien “sale” inesperadamente.
- Convocar un consejo de sabios formado por el repartidor de pizzas del barrio y el cartero que siempre deja cartas sin firma.
El comité, tras tres horas de debate y veinte tazas de café, decidió que lo más prudente era continuar con la rutina habitual, redactando noticias como si nada estuviera pasando, porque, según explicaron, “la mejor forma de sobrevivir a las amenazas es ignorarlas… y escribir mucho sobre gatos”.
Opiniones externas
Fuera de la redacción, el público reaccionó con la mezcla habitual de curiosidad y confusión que caracteriza a los seguidores del Diario ASDF. Algunos usuarios en redes sociales mostraron su apoyo con memes de perritos y gatos acompañados de la frase:
“¡No nos rendiremos! ¡Salgan ustedes primero!”
Mientras tanto, expertos en seguridad y criptografía fueron contactados para analizar la amenaza. Su conclusión, basada en complejos cálculos que incluían multiplicaciones, logaritmos y algo llamado “intuición periodística”, fue que la amenaza probablemente significaba algo muy sencillo: que pronto habría una noticia importante, un cambio de sección o, más probablemente, que alguien se había equivocado de destinatario y había enviado un mensaje interno de la oficina por error.
La teoría del “salimos” literal
Una de las teorías más populares dentro de la redacción es que “salimos” se refiere a salir literalmente del edificio. Esto ha llevado a situaciones cómicas, como redactores intentando abrir ventanas en busca de rutas de escape, o un becario que insistía en que todos debían ponerse cascos y chalecos salvavidas porque “nunca se sabe cuándo vendrá un tsunami de noticias”.
Incluso se planteó la posibilidad de que el mensaje tuviera que ver con una invasión de drones extraterrestres que solo leen el Diario ASDF, pero esta hipótesis fue rápidamente descartada por falta de pruebas y porque los drones, según los expertos, prefieren medios más tradicionales como las redes sociales y los newsletters de gatos.
Preparativos absurdos
Mientras tanto, la redacción empezó a prepararse para cualquier eventualidad. Se inventaron protocolos de emergencia tales como:
- La creación de un “Kit Anti-Salimos”, que incluía café, bolígrafos, memes impresos y galletas de chocolate.
- Un manual de instrucciones titulado “Qué hacer si salimos y no queremos”, que básicamente consistía en no hacer nada y esperar a que alguien más explique el significado.
- Ensayos de evacuación que terminaron en una discusión sobre quién podía llevar el cactus de la oficina y si los drones alienígenas aceptaban propinas.
Reacciones de los periodistas veteranos
Los periodistas con más años de experiencia del Diario ASDF, acostumbrados a titulares alarmantes y escándalos políticos, observaron la situación con mezcla de diversión y resignación. Según explicaron, amenazas como estas son parte del trabajo y, en realidad, deberían considerarse más como un reto creativo que como un peligro real.
“Hace cinco años nos amenazaron con que el periódico iba a ser cerrado porque habíamos publicado un chiste sobre un político y su gato. Al final seguimos aquí, publicando chistes sobre políticos y sus gatos”, comentó uno de ellos mientras bebía su séptima taza de café del día.
¿Quién está detrás de la amenaza?
A pesar de la intensa investigación interna, la identidad del autor de la amenaza sigue siendo un misterio. Se barajan varias hipótesis:
- Competencia periodística que quiere que dejemos de publicar noticias absurdas.
- Un grupo secreto que no soporta los titulares con juegos de palabras.
- Simplemente, alguien que se equivocó de destinatario y quería enviar un recordatorio de reunión.
Conclusión: entre la risa y la seriedad
Al cierre de esta edición, el Diario ASDF continúa su rutina habitual, redactando noticias, tomando café y debatiendo sobre el significado exacto de “salimos”. La amenaza ha dejado a la redacción con una mezcla de alerta, diversión y una creatividad desbordante que se refleja en los titulares, los memes internos y la planificación de futuras secciones.
Como explicó la jefa de redacción mientras ajustaba la posición del cactus: “Si salimos, que sea con estilo. Y si no salimos, pues mejor todavía: tendremos más tiempo para café y gatos”.
En definitiva, la amenaza ha unido al equipo, ha reforzado la cultura del café y ha recordado a todos que, en el Diario ASDF, incluso los mensajes más crípticos pueden convertirse en historias para publicar… siempre con humor, siempre con un toque de absurdo y, sobre todo, siempre con la convicción de que, pase lo que pase, el periódico seguirá existiendo.
