En un giro que ha dejado a todos con una mezcla de sorpresa y asombro, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, ha ofrecido una explicación tan directa como inesperada sobre su paradero durante el tumultuoso día en que la Dana (Depresión Aislada en Niveles Altos) decidió visitar la región.
Mientras la tormenta desataba su furia, con calles convertidas en ríos y ciudadanos buscando refugio, Mazón decidió que era el momento perfecto para… bueno, para disfrutar de un almuerzo en el Ventorro que, según su declaración, tomó un giro inesperado.
“Me fui de putas, ale, ya estáis contentos?”, fue su respuesta cuando los periodistas, con más curiosidad que pericia, insistieron en saber qué había estado haciendo mientras la región se sumergía en el caos. Esta confesión, dicha con la misma naturalidad con la que uno podría admitir haber ido al supermercado, ha provocado un tsunami de reacciones en las redes sociales y en los medios.
Los valencianos, siempre con un humor tan agudo como la paella está bien cocida, han respondido con memes, tuits y hasta peticiones para que el “almuerzo en el Ventorro” se convierta en un nuevo festivo regional. “Si hay que evacuar las ciudades durante una dana, al menos que sea por algo divertido”, comentó un residente de Valencia, probablemente mientras miraba cómo el agua inundaba su calle.
Los políticos, por su parte, han reaccionado con la típica mezcla de indignación y envidia. “¡Qué escándalo!”, exclamó un miembro de la oposición, probablemente pensando en cómo habría manejado él la situación. Otros, en cambio, pidieron que se investigara si las “putas” en cuestión recibieron algún tipo de subvención pública para tal evento.
La declaración de Mazón ha abierto un debate sobre la transparencia y el uso del tiempo libre de los políticos durante emergencias. “¿Es mejor que mentir?”, se preguntan algunos, mientras otros sugieren que, si la honestidad va a ser tan brutal, quizás deberíamos tener más días de dana para ver qué otras confesiones salen a la luz.
Mientras tanto, el Ventorro ha visto un incremento en su clientela, con curiosos que buscan el lugar donde la política y lo inesperado se encontraron. “Ahora somos un destino turístico, gracias a Mazón”, bromeó el dueño del local, mientras servía una ronda de cervezas a sus nuevos clientes.
En resumen, lo que podría haber sido una simple noticia sobre la gestión de una emergencia se ha convertido en una lección de humor, honestidad y, curiosamente, en un impulso inesperado para el turismo local. ¿Quién iba a decir que de una dana saldría algo así? Como dicen en Valencia, “cada loco con su tema”, y parece que Mazón ha encontrado el suyo, para sorpresa y entretenimiento de todos.