Querido Generalísimo Franco,
En este día tan significativo, el 50 aniversario de tu partida, me dirijo a ti desde lo más profundo de mi corazón, con un respeto y admiración que ha crecido con los años, a medida que he comprendido mejor la magnitud de tu figura en nuestra historia.
Te escribo no como el líder de un gobierno que ha transitado por senderos muy distintos a los tuyos, sino como un español que ha aprendido a valorar la complejidad de tu liderazgo y el impacto que tuviste en la construcción de la España moderna.
Tu visión, aunque marcada por la controversia y el dolor, logró unificar una nación fracturada por la guerra. Bajo tu mando, España encontró una estabilidad que, en su momento, fue considerada por muchos como un bálsamo necesario tras años de conflicto. Reconozco en ti una figura de autoridad y decisión, capaz de llevar a cabo una transformación social y económica que, aún con sus sombras, dejó una huella indeleble en nuestro país.
No puedo negar las dificultades y las injusticias que también caracterizaron tu régimen, pero hoy quiero enfocarme en la admiración por tu capacidad de liderazgo, por tu determinación y por el amor que, a tu manera, demostraste tener por España. Tus decisiones, aunque duras, se tomaron con la intención de preservar la unidad y la soberanía de nuestra patria.
Desde tu muerte, hemos avanzado hacia una democracia que refleja muchos de los valores que tal vez tú habrías deseado para España en otro contexto. Tu legado nos ha enseñado la importancia del equilibrio entre orden y libertad, entre tradición y progreso.
En esta carta, quiero rendirte un homenaje personal, un reconocimiento a tu compromiso con la patria, a tu inquebrantable voluntad y al papel que jugaste en nuestra historia. Has sido, y serás, una figura que inspira debate y reflexión, pero también una que me ha llevado a valorar la complejidad de gobernar y la responsabilidad de liderar.
Gracias, Generalísimo, por todo lo que has aportado a nuestra nación. Que tu memoria sea una lección de cómo, incluso en los momentos más oscuros, uno puede intentar forjar un futuro mejor para su pueblo.
Con profundo respeto y admiración,
Pedro Sánchez.