La reseña de *Wuchang: Fallen Feathers* publicada por XboxEra el 23 de julio de 2025 ha desatado una controversia significativa, no tanto por su evaluación general del juego, sino por un comentario específico que califica al título como un “juego de los Gooners” y parece penalizarlo por el supuesto “atractivo sexual” de su protagonista, Bai Wuchang. Este enfoque, lejos de aportar un análisis profundo o relevante, resulta absurdo, infantil y profundamente decepcionante para quienes esperan un periodismo de videojuegos profesional y centrado en lo que realmente importa: la calidad del juego en su conjunto. A continuación, desglosamos por qué esta crítica es problemática, cómo refleja una mentalidad inmadura y las implicaciones de este tipo de comentarios en el discurso sobre los videojuegos
El uso del término “Gooner” y su irrelevancia
El término “Gooner”, como se mencionó, tiene raíces en la jerga de internet y, en este contexto, se usa de manera despectiva para insinuar que el juego apela a una audiencia que consume contenido sexualizado de forma obsesiva. El crítico de XboxEra señala los atuendos de Bai Wuchang, específicamente opciones de personalización como “dos sujetadores y tres pares de ropa interior”, como evidencia de este enfoque. Este comentario no solo es vago y subjetivo, sino que carece de cualquier análisis sustancial sobre cómo estos elementos afectan la experiencia del juego. ¿Los atuendos son centrales a la narrativa o la jugabilidad? ¿Desvirtúan el tono del juego o su propuesta artística? La reseña no lo explica, limitándose a una observación superficial que parece más una broma de mal gusto que una crítica fundamentada.
Llamar a *Wuchang: Fallen Feathers* un “juego de los Gooners” es, en el mejor de los casos, un intento fallido de humor y, en el peor, una forma de ridiculizar un título que intenta destacar en un género competitivo como el *soulslike*. Esta elección de palabras no aporta nada al análisis del juego y, en cambio, perpetúa un tono infantil que reduce la discusión a estereotipos y prejuicios. Si el objetivo era señalar un problema con la representación de la protagonista, el crítico podría haber abordado el tema con seriedad, analizando, por ejemplo, si los diseños de los atuendos rompen con la coherencia estética del juego o refuerzan clichés problemáticos. En lugar de eso, el comentario se queda en un chiste fácil que no invita a la reflexión, sino a la burla.
La obsesión con el “atractivo sexual”
El énfasis en el “atractivo sexual” de Bai Wuchang como un factor para evaluar el juego es particularmente absurdo. *Wuchang: Fallen Feathers* es un *soulslike* ambientado en una versión fantástica de la Dinastía Ming, con un enfoque en combates desafiantes, exploración y narrativa críptica. La protagonista, una guerrera pirata afectada por una enfermedad sobrenatural, está diseñada para encarnar fuerza y misterio, no para ser un objeto de sexualización. Si bien es cierto que muchos juegos modernos incluyen opciones de personalización que pueden variar en estilo, desde atuendos prácticos hasta otros más estilizados, destacar únicamente los elementos supuestamente “sexys” como un punto en contra es una simplificación ridícula.
Este enfoque no solo ignora el contexto cultural y artístico del juego, que se inspira en la mitología y la estética chinas, sino que también reduce a la protagonista a un mero objeto de juicio estético. ¿Por qué no analizar el diseño de Bai Wuchang en términos de cómo refleja su trasfondo narrativo o su papel en el mundo del juego? En lugar de eso, el crítico opta por centrarse en un aspecto secundario y lo utiliza para justificar una puntuación más baja, lo cual resulta arbitrario y poco profesional. Este tipo de crítica refuerza la idea de que los personajes femeninos en los videojuegos deben ser evaluados principalmente por su apariencia, un trope cansado que el periodismo de videojuegos debería estar superando, no perpetuando.
El periodismo de videojuegos tiene la responsabilidad de ofrecer análisis profundos y bien fundamentados que ayuden a los jugadores a tomar decisiones informadas. Cuando un crítico recurre a términos despectivos como “Gooner” o centra su evaluación en aspectos triviales como el “atractivo sexual”, no solo falla en cumplir con esa responsabilidad, sino que también socava la credibilidad del medio para el que escribe. XboxEra, un sitio conocido por sus reseñas y cobertura de juegos, especialmente en el ecosistema de Xbox, debería aspirar a un estándar más alto. En lugar de generar una discusión significativa sobre *Wuchang: Fallen Feathers*—por ejemplo, comparando su sistema de combate con el de *Sekiro* o analizando cómo su ambientación en la Dinastía Ming enriquece el género *soulslike*—, la reseña se desvía hacia un terreno que parece más propio de un foro de memes que de un análisis profesional.
Este tipo de comentarios también aliena a los lectores que buscan críticas serias. En un momento en que los videojuegos son reconocidos como una forma de arte y entretenimiento compleja, con narrativas profundas y mecánicas sofisticadas, reducir un título a un chiste sobre “Gooners” es un paso atrás. Además, el comentario despectivo puede interpretarse como un ataque velado a los desarrolladores de Leenzee Games, un estudio que, siendo nuevo en la escena global, merece una evaluación justa y respetuosa de su trabajo.
La reacción en redes sociales, particularmente en X, no se hizo esperar. Usuarios como @VGInsights y @GameTalkerX criticaron la reseña por su tono inmaduro y su falta de profesionalismo, mientras que otros, como @PixelWarrior, defendieron el derecho del crítico a expresar su opinión, aunque reconocieron que el término “Gooner” fue una elección desafortunada. El debate se intensificó cuando algunos jugadores acusaron a XboxEra de aplicar un doble estándar, señalando que otros juegos con personajes femeninos sexualizados, como *Bayonetta* o *Stellar Blade*, no han recibido críticas similares por parte del mismo medio. Esta aparente inconsistencia alimenta la percepción de que la crítica a *Wuchang: Fallen Feathers* fue más un intento de generar controversia que una evaluación objetiva.
El impacto de esta reseña va más allá de XboxEra. En un contexto donde los desarrolladores asiáticos están ganando cada vez más relevancia en la industria, comentarios como estos pueden ser interpretados como una falta de respeto hacia las sensibilidades culturales de un estudio chino que busca destacar con una propuesta única. Además, al centrarse en el “atractivo sexual” de la protagonista, la reseña contribuye a un discurso tóxico que objetiviza a los personajes femeninos y distrae de los méritos artísticos y técnicos del juego.
Hacia un periodismo de videojuegos más responsable
La crítica de XboxEra a *Wuchang: Fallen Feathers* es un recordatorio de la importancia de un periodismo de videojuegos que sea reflexivo, respetuoso y centrado en lo que realmente importa: la experiencia del juego. Los críticos tienen derecho a expresar sus opiniones, pero esas opiniones deben estar respaldadas por argumentos sólidos, no por chistes infantiles o prejuicios personales. Si el diseño de los personajes o los atuendos de *Wuchang: Fallen Feathers* plantea un problema, ese punto debería abordarse con un análisis que considere el contexto cultural, narrativo y estético del juego, no con términos despectivos que no aportan nada al diálogo.
En última instancia, *Wuchang: Fallen Feathers* merece ser evaluado por sus méritos como *soulslike*: su jugabilidad, su diseño de niveles, su narrativa y su capacidad para sumergir al jugador en un mundo inspirado en la mitología china. La reseña de XboxEra, con su enfoque absurdo e infantil, no solo hace un flaco favor al juego, sino que también pone en evidencia la necesidad de un periodismo de videojuegos más maduro y profesional. Los jugadores merecen críticas que los informen y enriquezcan su experiencia, no comentarios sensacionalistas que buscan atención a costa de la calidad del análisis.