En una de sus ya clásicas y estrafalarias declaraciones, Donald Trump ha decidido que Estados Unidos no solo es “el mejor país del mundo”, sino que también necesita ser más grande. Inspirado por lo que probablemente vio en un documental de Discovery Channel sobre la expansión territorial, el expresidente ha anunciado que quiere “recuperar el legado expansionista de Estados Unidos”. Porque, claro, ¿quién necesita diplomacia cuando puedes tener más terreno?
Durante una rueda de prensa en su club de golf (donde la única geografía que suele manejar es la del green y los búnkers), Trump aseguró que es hora de volver a “hacer América más grande”. Literalmente. Se refirió al histórico concepto del “Destino Manifiesto”, que aparentemente descubrió hace tres semanas en un libro de historia que alguien dejó en una mesa del club. “Es como Monopoly, pero con países”, dijo entusiasmado.
Entre Alaska 2.0 y “el muro” canadiense
Las primeras propuestas de Trump incluyen “recomprar” Groenlandia, porque “es grande, es verde y suena a negocio”. Al parecer, la isla más grande del mundo le resulta irresistible, aunque sigue creyendo que Dinamarca es su dueña porque así se lo dijo alguien en 2019. Los daneses, por su parte, ya están preparando una declaración oficial que probablemente incluya una mezcla de carcajadas y un “gracias, pero no, gracias”.
Pero el plan no acaba ahí. Según fuentes cercanas (o simplemente cansadas de seguirle el ritmo), Trump ha sugerido que Canadá podría ser una “gran adición” si se construye un muro que lo separe de los osos polares. ¿La razón? “¡Demasiados jarabes y hockey! Necesitamos equilibrar eso con más campos de golf”.
Política internacional en modo “¿qué podría salir mal?”
La Casa Blanca, liderada actualmente por Joe Biden, ha decidido mantener silencio. Según fuentes internas, se escucharon risas ahogadas durante la lectura del anuncio, seguidas de un “Madre mía de mi vida, que vuelve a tener los códigos nucleares”.
Mientras tanto, las redes sociales han explotado con memes, incluyendo mapas de Estados Unidos que ahora abarcan la Luna, Marte y, según un fanático creativo, incluso Mordor.
Aunque probablemente todo quede en una de sus ya habituales declaraciones llenas de humo y sin fuego, lo cierto es que Trump ha logrado lo que siempre busca: que hablemos de él. Porque si hay algo que sabe expandir sin límites, es su capacidad para sorprendernos… y agotarnos.