Bienvenidos al glorioso circo de los eventos modernos de celebridades, donde lo único que necesitas para desfilar por la alfombra roja es una cuenta de TikTok y un talento innato para posar como si el mundo dependiera de ello. El estreno más reciente de *Jurassic World: El Renacer* se convirtió en un desfile de influencers que probablemente creen que un T-Rex es solo un filtro de dinosaurio fancy en su aplicación favorita. Estos autoproclamados “estrellas” llegan, se sacan unas fotos rápidas frente al logo, y desaparecen más rápido que un velociraptor persiguiendo un palo para selfies. ¿Y los organizadores? Siguen invitando a estos titanes de TikTok, ignorando olímpicamente que su conocimiento cinematográfico se limita a ver tráilers en bucle mientras se maquillan.

La obsesión de la industria del entretenimiento con el clout de las redes sociales tocó fondo este mes. Según datos de junio de 2025, un alarmante 70% de los asistentes a las alfombras rojas de los grandes estrenos son influencers con menos de 100 horas de experiencia real viendo películas. Un estudio reciente de la Sociedad Internacional de Cinefilia reveló que estos invitados especiales suelen abandonar las proyecciones antes de tiempo, citando “aburrimiento” tras darse cuenta de que no hay un desafío de baile involucrado. El colmo del absurdo llegó con un video viral en el que un influencer preguntó si *Jurassic World: El Renacer* era una nueva consola de videojuegos, demostrando su desconexión total con el propósito del evento. ¡Brillante!

La estrategia de Hollywood para la alfombra roja ahora depende de influencers como los listados en el *Top 100 Movie Influencers of 2025*, donde nano-influencers con apenas 1.300 seguidores comparten cartel con críticos de cine reales. Step and Repeat LA, una empresa clave en la creación de fondos para eventos, informó un aumento del 40% en reservas para eventos dominados por influencers este año, apostando todo a sus sesiones de fotos a pesar de su evidente falta de interés genuino. Este fenómeno tiene raíces en el informe de Vamp.com de 2023 sobre el dominio de las redes sociales en el entretenimiento, donde el éxito de “Bridgerton the Musical” en TikTok abrió la puerta a esta invasión superficial.

Los fans en X han bautizado esto como la “plaga del postureo”, con un usuario destacando a una influencer que, al día siguiente de un estreno, debatía sobre fútbol en televisión tras no haber visto ni un minuto de la película. ¿La excusa de la industria? Estos influencers supuestamente impulsan las ventas de entradas, con un análisis de 2025 que muestra un aumento del 15% en la taquilla gracias a sus publicaciones. Claro, lo que no dicen es si alguien realmente ve las películas o si solo las usan de fondo para sus stories. Mientras tanto, los verdaderos cinefilos, armados con cuentas de Letterboxd y décadas de conocimiento fílmico, se ven relegados a hacer scroll entre selfies de influencers en el hashtag del evento.

El auge del vulgar autorismo, celebrado por comunidades de cinefilos en línea, se convierte en motivo de burla cuando estos influencers malpronuncian “auteur” mientras posan con directores de los que nunca han oído hablar. El último golpe maestro de Universal Pictures fue invitar a bailarines de TikTok a un épico de dinosaurios, una decisión que equivale a poner a un gato a competir en un concurso de perros. Y aún así, planean duplicar la apuesta para el próximo lanzamiento de la franquicia. Los críticos argumentan que esto es un intento desesperado por mantenerse relevantes, con el zumbido de las redes sociales superando con creces el mérito artístico, según las tendencias más recientes de la Wikipedia de la cinefilia.

La ironía alcanza su punto álgido cuando estos influencers desaparecen tras la sesión de fotos, dejando atrás un rastro de hashtags y cero engagement con la narrativa real de la película. Un correo filtrado de un productor sugirió que ahora están buscando en Instagram Reels para el próximo estreno de *Star Wars*, prometiendo una galaxia muy, muy lejana llena de stormtroopers twerkeando. ¡Que la fuerza los acompañe, supongo! El público está harto, con usuarios de X burlándose de una influencer que abandonó la proyección a medias para grabar un tutorial de maquillaje, calificándolo como el giro argumental definitivo.

Este circo continúa porque las marcas pagan fortunas —hasta 50.000 dólares por aparición de un influencer, según la guía de precios de 2025 de Step and Repeat LA—, transformando los estrenos en meras plataformas de colocación de productos. Los verdaderos perdedores son los fans dedicados que acamparían por una entrada, ahora desplazados por alguien con un video viral de lip-sync. Y no esperen que esto termine pronto; el romance de Hollywood con TikTok no muestra signos de extinción. Así que prepárense para más nonsense en el próximo gran lanzamiento, donde la alfombra roja será un desfile de poses vacías y dinosaurios digitales que ni siquiera saben que existen.



Un Análisis Sarcástico de la Invasión TikToker

Volvamos al epicentro de esta locura: el tuit de Huguito Muad’Dib (@HuguitoMuaddib), que el 28 de junio de 2025 a las 18:56 UTC soltó la verdad con un grito de guerra: “Dejad de invitar a gente que no sabe de lo que va esto únicamente por entrevistas en la prensa rosa y empezad a contar con los verdaderos fans”. Este lamento, dirigido al tuit original de Universal Pictures Spain (@Universal_Spain) del 26 de junio, que mostraba a un grupo de influencers posando frente al backdrop de *Jurassic World: El Renacer*, destapó la hipocresía del sistema. Las respuestas no se hicieron esperar: Otro usuario lamentó que “solo invitan a peña que mueve el culo en TikTok”, mientras Huguito añadía que “esta gente se iba a mitad de la función porque claramente no han visto una peli en su vida y solo están ahí por las cámaras”.

El problema no es nuevo. Como señala un post en Reddit de r/FilmIndustryLA (26 de abril de 2024), los influencers son invitados a cambio de promover películas en redes sociales, un trueque que prioriza likes sobre pasión. Canon Europe, en un artículo sobre el impacto de las redes sociales en el cine, destaca cómo creadores como Harry Seaton, un habitual de TikTok, ven oportunidades en este cruce de mundos, aunque admiten que muchos son “TikTokers que hacen películas” más que cineastas de verdad. Y Zkipster, en su blog sobre eventos de alfombra roja (1 de mayo de 2024), confiesa que la selección de invitados se basa en conexiones de PR y atractivo en redes, no en amor por el séptimo arte

El Postureo como Arte Mayor

Imaginemos la escena: un influencer llega con su equipo de maquillaje, posa con una sonrisa ensayada, sube la foto a Instagram con #JurassicWorldElRenacer y #Ad, y luego se escabulle a un after-party donde el tema de conversación es más bien “¿cuántos followers gané hoy?”. No hay análisis de la cinematografía de Colin Trevorrow, ni debates sobre la evolución de los dinosaurios en pantalla desde Spielberg. Solo postureo puro, un espectáculo que raya en lo patético. Y mientras tanto, los fans que conocen cada easter egg de la saga están fuera, mirando desde las gradas o, peor aún, en casa, refunfuñando en X.

La industria defiende esta locura con números: un informe de 2025 sugiere que el 15% de las entradas vendidas se atribuyen al zumbido generado por estos influencers. Pero ¿y si ese zumbido es solo ruido? ¿Y si la gente compra boletos para ver qué tanto caos desatan estos intrusos en la sala? La verdad es que el cine, ese arte que alguna vez inspiró a generaciones, se está convirtiendo en un reality show donde el guion importa menos que el outfit. Y los verdaderos amantes del cine, esos que podrían recitar diálogos de *Jurassic Park* en su sueño, quedan relegados a ser extras en su propia pasión.

Un Dinosaurio en Extinción

Así que aquí estamos, en junio de 2025, viendo cómo la alfombra roja se transforma en un campo de batalla entre autenticidad y artificio. Los influencers seguirán llegando, con sus poses perfectas y su ignorancia gloriosa, mientras los fans y los críticos se mofan desde las sombras. Universal Pictures y sus pares seguirán apostando por este modelo, ignorando que el verdadero renacer de *Jurassic World* podría venir de escuchar a quienes realmente aman la franquicia, no a quienes solo la usan como fondo para sus reels. Hasta que eso ocurra, prepárense para más selfies, más hashtags y menos cine. Porque en este circo, el único ganador es el algoritmo. ¡Cortina!

el Conejo Blanco

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