Pedro Sánchez y su equipo demuestran que, en política, nada es tan urgente como una ley que te facilite la vida cuando la justicia llama a tu puerta.
El Gobierno de Pedro Sánchez parece haberse inspirado en el refrán “quien tiene padrino, se bautiza”. Esta vez, el PSOE ha presentado una reforma legal que, casualmente, podría blindar al partido ante ciertas investigaciones de corrupción. Una jugada maestra que ha dejado a medio país preguntándose si también ofrecerán cursos de cómo legislar a medida.
La propuesta busca limitar la figura de la acusación popular, un mecanismo que permite a ciudadanos y asociaciones participar en procesos judiciales. Según el PSOE, es una medida para “evitar abusos”, aunque muchos opinan que el único abuso aquí es que los ciudadanos se atrevan a querer fiscalizar el poder.
Cuca Gamarra, del Partido Popular, ha declarado que esta reforma parece más una “Ley de Impunidad Socialista”. Por su parte, juristas han señalado que el intento de restringir esta herramienta democrática es tan evidente que podría ser digno de un episodio de “House of Cards”, pero sin la sutileza de Kevin Spacey.
No obstante, el portavoz socialista Patxi López ha defendido la reforma afirmando que es para evitar la politización de la justicia. Porque, claro, politizar la justicia está mal… salvo cuando la política diseña las leyes que condicionan la justicia, ¿no?
Mientras tanto, la asociación civil Hazte Oír ha acusado al PSOE de escribir un “manual exprés” de cómo esquivar investigaciones judiciales. “¿Qué sigue? ¿Una ley para que los escándalos de corrupción pasen directamente al archivo?”, ironizó Javier María Pérez-Roldán, secretario general de la organización.
Entre tanto debate, cabe preguntarse si esta reforma realmente busca mejorar la justicia o si, como dicen algunos, es el equivalente político a apagar la alarma de incendios para no escucharla mientras la casa arde.
Sea como sea, la jugada del PSOE deja una lección para la historia: si no puedes limpiar tu imagen, siempre puedes intentar cambiar las reglas del juego.