La Oficina Fantasma de Badajoz.
En un mundo donde la política se mezcla con el arte de la siesta, nos encontramos con un capítulo más de la telenovela española titulada “Los Sánchez y el Asunto de la Oficina Vacía”. En este nuevo episodio, David Sánchez, conocido en el mundo de la música como David Azagra, se enfrenta a la justicia no por sus interpretaciones de Beethoven, sino por su interpretación de un “trabajador fantasma” en la Diputación de Badajoz.
Imagine usted, querido lector, un hombre, un artista, un director de orquesta de renombre, siendo acusado de no recordar una entrevista que le abrió las puertas a un trabajo donde el principal instrumento es, al parecer, la silla de oficina. Sí, David Sánchez, el hermano de nuestro amado presidente Pedro Sánchez, confesó ante la jueza que su memoria sobre la entrevista para el puesto era tan nebulosa como la niebla de un invierno madrileño. ¿En serio? ¿No recuerdas las preguntas, pero sí cómo firmar el contrato?
La jueza, probablemente pensando que estaba en una audición para “La Voz”, le preguntó sobre su desempeño, a lo que él respondió con un “No le podría decir dónde está la Oficina de Artes Escénicas”. Esperen, ¿no saben ni dónde está su oficina? ¿Es que acaso la oficina es una entidad mística que solo aparece en luna llena?
Ya sabíamos que David encontró su trabajo “tomando café”. Ah, qué hermosa forma de describir el nepotismo: “Estaba tomando mi café matutino y, voilà, encontré un trabajo de alta dirección en Google”. Uno se imagina a David en su pijama, con la taza de café en mano, navegando por internet y pensando, “Hoy me apetece dirigir algo… ¡Ah! La Diputación de Badajoz”.
Ahora nos enteramos de que el hermanísimo había estado trabajando “incansablemente” desde su puesto de alta dirección, pero sin oficina, sin horario fijo, y aparentemente, sin mucho que hacer. En el mundo de la música clásica, esto se podría interpretar como una sinfonía inacabada, pero en el mundo real, suena más bien como la melodía del enchufismo.
La defensa, en un intento de tocar una balada de inocencia, argumentó que David no tenía despacho porque su trabajo no lo requería. En otras palabras, era un director sin orquesta, un capitán sin barco, un político sin… bueno, sin mucho sentido. El abogado de David aseguró que su cliente estaba tan comprometido con su trabajo que ni siquiera necesitaba un espacio físico, porque el arte, al igual que la corrupción, no conoce fronteras ni despachos.
Firmas que Mueven Millones, pero no Memoria.
Pero…nuestros desocupados lectores no podrían dejar de pensar que la ignorancia corre por las venas de nuestros ilustrísimos políticos y otros cargos.

La Infanta Cristina, nos mostró hace años que la amnesia puede ser un rasgo hereditario. En el Caso Nóos, ella nos deleitó con su canción de “Yo no sabía”. Firmaba papeles como quien firma autógrafos, sin preguntarse, “¿Y esto para qué es?”. Es como si su firma tuviera el poder mágico de hacer desaparecer cualquier traza de responsabilidad.

Y nuestra estrella invitada, Carmen Ibanco, la esposa de Juan Espadas, quien ha añadido su propia nota cómica a este espectáculo. En la Comisión de Investigación de la FAFFE, Carmen nos ofreció un número de cabaret con su declaración de no entender por qué estaba allí, no recordar cómo fue contratada o qué hacía exactamente. En solo 24 horas, pasó de leer el periódico a ser empleada pública, y al parecer, su trabajo consistía en no entender su trabajo.
Juntos, forman el trío “Los Desmemoriados”, un grupo que podría dar conciertos por toda España con sus éxitos “No Recuerdo”, “Firmé sin Mirar”, y “Contratada sin Explicar”. En su gira, cada miembro aporta su propia versión del olvido: David con su oficina fantasma, Cristina con sus firmas inocentes, y Carmen con su contrato exprés.
Cómo Convertir la Ignorancia en una Carrera Exitosa.
En un intermedio cómico, podríamos verlos en una competición de quién puede olvidar más rápido los detalles de su empleo o las responsabilidades de sus cargos. El público, nosotros, los ciudadanos, asistimos a este circo con una mezcla de incredulidad y humor, sabiendo que en España, la política es donde la memoria se va de vacaciones permanentes.
Para cerrar este acto, imaginemos un seminario impartido por este trío, titulado “La Amnesia Como Estilo de Vida”. Aquí, aprenderías cómo convertir la ignorancia plausible en una carrera exitosa, cómo firmar sin preguntar y cómo conseguir un trabajo sin entenderlo.
Así que, mientras esperamos el próximo episodio de esta comedia política, recordemos que en nuestro país, la amnesia no es solo un síntoma; es un arte, una profesión y, al parecer, una estrategia electoral. Ah, España, donde la política se convierte en un espectáculo y la memoria, en un lujo que pocos pueden permitirse.