Buenos días, estimado lector, nos adentramos en un tema candente que ha sacudido a la comunidad de videojuegos: los despidos masivos en TheGamer, un sitio web de noticias y análisis de juegos propiedad de Valnet. El tuit publicado por @Grummz ha desatado un torbellino de reacciones, desde celebraciones hasta lamentos, pero sobre todo ha puesto en el centro del debate el deterioro del periodismo de videojuegos, marcado por un sectarismo rampante y un activismo político que, en muchos casos, ha reemplazado el conocimiento genuino de los videojuegos por agendas ideológicas.
El Anuncio y la Condena Pública
El tuit de @Grummz no solo informó sobre los despidos generalizados en TheGamer, sino que lo hizo con un tono mordaz: “El ‘periodismo’ de videojuegos se está derrumbando por completo. Después de años atacando a los jugadores, promoviendo basura y haciendo señalamientos virtuosos, este es el resultado natural. Intentamos advertirles. Ahora me alegra que estén desapareciendo. Pon las papas fritas en la bolsa.” Acompañado de una captura de pantalla de un artículo de Video Games Chronicle (VGC) que destaca la eliminación del equipo de características, este mensaje refleja el hartazgo de una parte significativa de la comunidad gamer.
La referencia a trabajar en McDonald’s no es un simple meme; es una acusación implícita de que muchos de estos “periodistas” carecen de habilidades técnicas o pasión por los videojuegos, habiendo ocupado sus puestos más por oportunismo político que por mérito.
Esta crítica encuentra eco en las respuestas al tuit, donde usuarios como @MasteroftheTDS compartieron capturas de artículos de TheGamer sobre temas como la orientación sexual de personajes ficticios, sugiriendo que el sitio priorizó agendas progresistas sobre el análisis real de los juegos. Este comportamiento sectario, que convierte a los medios gamer en plataformas de activismo más que en fuentes de información, ha sido un detonante clave en su caída.
Contexto de los Despidos: Una Industria en Crisis
TheGamer, bajo el paraguas de Valnet, una compañía canadiense conocida por adquirir y reestructurar sitios web, ha sido durante años una voz influyente en la cobertura de videojuegos. Sin embargo, la decisión de eliminar su equipo de características, liderado por el exeditor Eric Switzer durante seis años, marca el fin de una era. Switzer, quien confirmó los despidos en su propio tuit , expresó su deseo de seguir en la industria, pero su salida simboliza la pérdida de un equipo que, aunque criticado, tenía experiencia. Según reportes, más de 1,200 periodistas de videojuegos han abandonado la industria en los últimos dos años, una estadística que subraya una crisis estructural agravada por decisiones corporativas y cambios en las preferencias de la audiencia.
Valnet ha seguido un patrón al adquirir propiedades como Polygon (en mayo de 2025) y Screen Rant, solo para implementar recortes masivos y reemplazar a personal experimentado con freelancers de bajo costo que producen contenido optimizado para SEO. Un artículo de Geeks + Gamers del 22 de octubre de 2025 describe esta estrategia como una “fábrica de contenido” que sacrifica calidad por cantidad, un enfoque que parece haber sellado el destino de TheGamer. La eliminación de su equipo de videos, podcasts y análisis detallados refleja esta priorización, y ex empleados como Jade King han lamentado la pérdida de la “voz única” del sitio, aunque muchos cuestionan si esa voz estaba realmente sintonizada con los jugadores.
El Sectarismo y el Activismo Político: El Talón de Aquiles
La crítica más feroz hacia TheGamer, y hacia gran parte de la prensa gamer moderna, radica en su transformación en un vehículo de activismo político en lugar de un medio dedicado a los videojuegos. Sitios como TheGamer, Kotaku y Polygon han sido acusados durante años de priorizar narrativas de identidad —temas de género, raza y diversidad— sobre reseñas técnicas o discusiones sobre mecánicas de juego. Esto no sería problemático si los redactores tuvieran un conocimiento profundo de la industria, pero muchas veces, como señala @SmashJT en su tuit del 22 de octubre, estos “periodistas” parecen carecer de experiencia real en videojuegos, habiendo ingresado al campo más por afinidad con agendas progresistas que por pasión o competencia.
Ejemplos concretos abundan. Artículos como el de TheGamer que en julio de 2024 afirmó que usar la skin del Tesla Cybertruck en Fortnite “merecía ser acosado” ilustran cómo estos medios han adoptado un tono condescendiente hacia su audiencia, tratándola como un enemigo a educar en lugar de como una comunidad a servir. Esta desconexión se ve amplificada por la proliferación de “ragebait” —contenido diseñado para provocar indignación—, que genera clics pero aliena a los jugadores. Usuarios de X como @Grummz y @Ragnar_Rough han compartido capturas de titulares absurdos, desde debates sobre la sexualidad de personajes secundarios hasta críticas moralistas a fans “tóxicos”, evidenciando un enfoque que prioriza la virtud señalada sobre el análisis objetivo.
Este sectarismo no solo ha erosionado la credibilidad de estos sitios, sino que ha contribuido a su declive comercial. La audiencia gamer, compuesta mayoritariamente por personas que buscan escapismo y entretenimiento, no tolera ser sermoneada por quienes, en muchos casos, ni siquiera comprenden las mecánicas de los juegos que cubren. La ironía es que estos “periodistas” han convertido su propia industria en un campo de batalla ideológico, ignorando las advertencias de la comunidad que, como señala Grummz, “intentó advertirles”.
El Clima Económico y Político
Los despidos ocurren en un contexto económico y político que favorece la reestructuración corporativa. Bajo la administración renovada de Donald Trump, que promueve un enfoque proempresarial, empresas como Valnet han encontrado un entorno propicio para optimizar costos, como informó AP News el 15 de octubre de 2025. Sin embargo, esta flexibilidad ha sido criticada por senadores como Chris Van Hollen, quien calificó estas prácticas de “terroristas” para los trabajadores. Para Valnet, los recortes en TheGamer y Polygon reflejan una estrategia de consolidación que sacrifica talento por rentabilidad, un modelo que podría ser insostenible en un nicho donde la lealtad de la audiencia depende de la autenticidad.
La industria de los videojuegos también atraviesa un ciclo de “auge y caída” post-COVID. Según NPR, las sobreinversiones durante la pandemia llevaron a 6,500 despidos globales desde enero de 2023, un fenómeno que Amir Satvat de Tencent Games atribuyó al aumento de los costos de desarrollo. En este escenario, los medios como TheGamer, que dependen de la publicidad y la relevancia, han sido particularmente vulnerables, especialmente cuando su contenido se aleja de los intereses de los jugadores.
La Respuesta de la Comunidad Gamer
La reacción en X ha sido unánime en su rechazo al sectarismo de TheGamer. Usuarios como @SmashJT han celebrado los despidos como una victoria del “capitalismo” sobre la “revolución progresista” de estos medios, mientras que memes de Pepe la Rana trabajando en McDonald’s han circulado como una burla a los despedidos. Sin embargo, no todo es schadenfreude; algunos, como @EpicSwitzer, han expresado tristeza por la pérdida de empleos, aunque su llamado a la compasión choca con la percepción de que muchos de estos trabajadores priorizaron la ideología sobre la pasión por los juegos.
El verdadero ganador parece ser la comunidad independiente. Influencers en Twitch, YouTube y Substack han captado la atención de los jugadores, ofreciendo contenido no filtrado y entusiasta, como destacó un artículo del Washington Post en 2025. Esta migración sugiere que los despidos son un síntoma de un cambio cultural, donde los gamers rechazan a quienes los ven como proyectos de reeducación.
Implicaciones y Reflexión Final
El colapso de TheGamer, como lo detalla el tuit de @Grummz, es una advertencia para el periodismo de videojuegos. La prensa gamer ha caído en una trampa sectaria, donde el activismo político ha reemplazado el conocimiento técnico y la conexión con la audiencia. Mientras Valnet persiste en su modelo de negocio depredador, la industria enfrenta un momento de redefinición. ¿Podrán estos medios recuperar la confianza de los jugadores abandonando sus agendas? El artículo de Geeks + Gamers sugiere que solo un retorno a la humildad y la narración genuina podría salvarlos, pero el daño parece irreversible.
Para los despedidos, el futuro es incierto. Expertos como Satvat recomiendan un período de transición de cinco a seis meses para encontrar empleo, pero muchos podrían enfrentar dificultades si su experiencia se limita a escribir contenido ideológico en lugar de analizar videojuegos. En última instancia, el mensaje es claro: la comunidad gamer no tolerará ser tratada como un campo de batalla ideológico. Si la prensa gamer quiere sobrevivir, debe recordar que su propósito es servir a los jugadores, no a las agendas políticas.
