Moncloa justifica la ausencia de Pedro Sánchez en el funeral del papa Francisco, que tendrá lugar el próximo sábado > ver.tw/inomb
El mundo se paralizó el pasado 26 de abril de 2025 para despedir al Papa Francisco, quien dejó este plano terrenal a los 88 años tras liderar a 1.4 mil millones de católicos con más carisma que un monaguillo en TikTok. El funeral, un evento de esos que reúnen a líderes mundiales como si fuera un Black Friday diplomático, tuvo lugar en el Vaticano con una delegación española que, digamos, dio más que hablar por lo que no estaba que por lo que sí. Y es que Pedro Sánchez, nuestro presidente del Gobierno, decidió no asistir. ¿La razón? Según Moncloa, “el Rey debe encabezar la comitiva”. Pero todos sabemos la verdad: Pedro no va a ningún sitio donde no pueda ser el protagonista… o la víctima. Y, seamos sinceros, para que Sánchez asistiera al funeral del Papa, el muerto tendría que haber sido él mismo.
Pedro Sánchez, el rey del drama (pero no el Rey de España).
Fuentes cercanas al presidente aseguran que Sánchez se pasará la mañana del funeral mirando su reflejo en un espejo mientras murmura: “¿Por qué no soy yo el centro de atención? ¿Por qué no puedo dar un discurso lacrimógeno y hacerme la víctima de la derecha, del Vaticano y de la Wi-Fi del AVE?”. Al parecer, la idea de compartir plano con Felipe VI, quien sí sabe cómo representar a España sin montar un circo, le dio urticaria. Sánchez, conocido por su habilidad para convertir cualquier evento en un monólogo sobre su sufrimiento, preferirá quedarse en Moncloa tuiteando sobre lo mucho que quiere a Europa mientras se tomaba un café con leche (probablemente descafeinado, porque hasta el café tiene más energía que su agenda ese día).
La delegación española: un culebrón con más tensión que una cuerda de guitarra.
En lugar de ir él, Sánchez enviará a una delegación que parece más un casting de Sálvame Deluxe que una representación diplomática. Por un lado, tenemos a Yolanda Díaz, líder de Sumar y conocida en los círculos satíricos como Lady Paro, porque parece que su mayor logro es que el paro suba más rápido que el precio del aceite de oliva. Por otro, María Jesús Montero, la vicepresidenta primera del PSOE, apodada Marisú por sus fans y Mopongo por sus detractores, porque siempre “se opone” en medio de cualquier polémica fiscal. Acompañándolas, Félix Bolaños, ministro de Presidencia y el único que parece saber dónde estaba el Vaticano sin mirar Google Maps… más o menos.
Pero, ay, amigos, no todo va a ser paz y amor en esta comitiva. Entre Yolanda y Marisú hay más tensión que en una final de Eurovisión. Su última bronca, según cuentan los pasillos de Moncloa, fue por la tributación del Ingreso Mínimo Vital. Yolanda, con su aura de “salvadora de los vulnerables”, quería que los beneficiarios del IMV no pagaran impuestos, mientras que Marisú, con su calculadora en modo “recaudación máxima”, dijo que ni de broma. El enfrentamiento fue tan épico que dicen que Bolaños tuvo que intervenir ofreciendo galletitas para calmar los ánimos. En el funeral, las dos se sentaron tan lejos la una de la otra que parecían estar en husos horarios diferentes, mientras Bolaños hacía de mediador susurrando: “Por favor, que estamos en el Vaticano, no en un plató de Telecinco”.
Así que el acuerdo entre Yolanda Díaz y María Jesús Montero para que el SMI no lleve IRPF, solo es para este año 2025, vaya vaya con los acuerdos.
Feijóo, el líder de la oposición que no se pierde ni un sarao.
Y luego está Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, que acudirá al funeral tras recibir una invitación oficial del Gobierno. Feijóo, con su cara de “yo solo venía a saludar”, se paseará por el Vaticano como quien va a una boda de un primo lejano: con traje oscuro, sonrisa de compromiso y cero ganas de meterse en líos. Eso sí, su presencia dejará a más de uno preguntándose si Sánchez lo invitó para que no dijera que el Gobierno lo excluye de todo o si simplemente quería alguien que le hiciera compañía a Felipe VI mientras las vicepresidentas se lanzaban miradas asesinas.
Sánchez envía al funeral del Papa a Feijoo, ministro de la oposición. Patético no, lo siguiente.
Felipe VI, el único que sabe lo que hace.
En medio de este circo, Felipe VI y la reina Letizia serán los únicos que parecen entender el memo: representar a España con dignidad. El Rey, con su porte de capitán general y su experiencia en eventos internacionales (ha visitado más países que un piloto de Ryanair), liderará la delegación con una elegancia que contrastaba con el drama de los demás. Mientras Felipe saluda a otros jefes de estado, como el príncipe William de Reino Unido, uno podía imaginar a Sánchez en Moncloa gritando a su pantalla: “¡Eso debería estar haciéndolo yo!”. Aquí tenemos prueba de que al rey se le quiere, me abstengo de poner imágenes de Sánchez que son mu violentas.
La imagen habla por sí sola. El Rey ha aguantado el tipo. Sí, Señor
Trump aparece y Sánchez recuerda su peor pesadilla.
Y hablando de líderes mundiales, Donald Trump también hará acto de presencia. Sí, el ex-expresidente de Estados Unidos, con su característico bronceado de lámpara y su habilidad para robarse el foco, estará en el funeral. Esto, por supuesto, debe haberle dolido especialmente a Sánchez, porque la única vez que ambos coincidieron, Trump lo mandó a sentarse como si fuera un becario en una reunión de empresa. “Sit down, Pedro, sit down”, le dijo Trump en un encuentro en 2024, mientras Sánchez intentaba hablar de la Unión Europea. Desde entonces, Sánchez ha evitado a Trump como quien evita a un ex en una fiesta, lo que podría ser otra razón para su ausencia. ¿Coincidencia? No lo creo.
Pruebas gráficas.
Donald Trump a Sánchez: “Tú ahí y si necesitas ayuda, la pides.”
Conclusión: España, un país de contrastes (y de dramas)
Al final, el funeral del Papa Francisco dejará claro que España es un país de contrastes: un Rey que cumple con su deber, un presidente que solo va donde puede ser la estrella (o el mártir), y una delegación que parece más un reality show que una comitiva oficial. Que descanse en paz el Papa, porque con esta representación, España no lo hará.