En un acto que podría calificarse de comedia negra si no fuera tan machista y misógino, el Juez Adolfo Carretero ha protagonizado lo que podríamos llamar la “Reconstrucción de la Inquisición en Alta Definición Turbo Opresora Falócrata”. Este juez, que parece haber ganado su título en una tómbola de misoginia realizada por un musulmán promedio, ha convertido el interrogatorio de la actriz Elisa Mouliaá en un espectáculo digno de un circo romano, pero con menos clase y más machismo.
Con preguntas como “¿Cuánto tiempo estuvo chupándole las tetas?”, Carretero ha mostrado que su cerebro está más desconectado de la realidad que sus colegas que se quedaron viviendo en Atapuerca. Este interrogatorio ha llevado a la luz que el sistema judicial español no solo está atascado en el pasado, sino que se ha perdido en el laberinto de la estupidez machista, misógina, cosificadora y todo palabro que se os ocurra de este campo.
La respuesta colectiva ha sido una protesta iracunda de sobacos teñidos al aire. Las mujeres de España, en un acto de resistencia y lucha empoderante de extrema necesidad, han organizado “La Marcha de las Tetas Chupadas”, una manifestación donde el plan es marchar en topless y quemar sostenes en la Plaza Mayor, no como símbolo de liberación, sino para representar la quema de los prejuicios y la ignorancia judicial. Los lemas de la protesta incluyen “¡MI PERRO NO SE LLAMA MISTETAS!” y “¡Destetemos a los jueces como hicimos con los bebés!”.
Nuestra experta en feminismo del sobaco peludo de la Universidad de TikTok, la Dra. Miko Ñogordo, ha estallado sus leggings en cólera por tanto baile en contra del juez. Además ha declarado lo siguiente: “Es un machista, no solamente por revictimizar e interesarse por las tetas de la víctima. Es un agresor que quería regodearse en el relato mientras se hacía pajas bajo la mesa del tribunal. Por eso es necesario más feminismo en los juzgados: Hay que castrar jueces y condenar como culpable a cualquier hombre que sea denunciado por una mujer. Todo lo que no sea de este modo es opresor, patriarcal, machista y debe ser denunciado y cancelado.” Tras estas declaraciones fue a comprar un machete…
El Consejo General del Poder Judicial, que ahora tiene la reputación de un club de pajilleros salidos, ha iniciado una diligencia informativa, pero se rumorea que Carretero está pidiendo un juicio por “cacería feminazi”, alegando que las mujeres han iniciado un acoso contra él por tener envidia de pene y que no las quieren ni sus gatos.
Las redes sociales se han convertido en un festival de memes donde Carretero aparece como un inquisidor con un birrete de juez, rodeado de braseros y sostenes en llamas, con comentarios como “Aquí no hay justicia, solo auto de fe y a callar machistas” y “El nuevo deporte nacional: saltar sobre los prejuicios de Carretero”.
Mientras tanto, se ha iniciado una petición para que Carretero sea enviado a un retiro de meditación en el desierto, donde pueda reflexionar sobre sus acciones, o al menos, donde su misoginia no pueda hacer más daño. Sin embargo, muchos creen que él aceptaría ya que podría utilizar a los camellos que ha encarcelado para cambiarlos por tetas en esos países.
En esta tragicomedia judicial, la única conclusión clara es que el sistema necesita una purga, no de las brujas que no pudisteis quemar, sino de jueces que piensan que estamos en la Edad Media y que las mujeres somos solamente tetas preparadas para ser chupadas.