¡Atención, amantes de la historia y del drama museístico! El Museo Británico, el museo con el nombre más irónico del mundo, ha vivido una trama digna de una película de suspenso. Resulta que un ex empleado, al que podríamos llamar “el fantasma de los sistemas”, decidió que si él no podía estar en el museo, ¡nadie más lo haría! Este intrépido contratista de TI, tras ser despedido, se coló en el museo y apagó varios sistemas informáticos, causando el cierre de exposiciones temporales y parte de la colección permanente. La policía, siempre alerta, arrestó al hombre de 50 años bajo sospecha de allanamiento y daños, aunque luego lo dejaron en libertad bajo fianza.
Pero este no es el primer episodio de la serie “Desastres en el Museo Británico”. Anteriormente, otro empleado con afición por las antigüedades decidió que algunas piezas se verían mejor en su casa y se llevó más de 1.800 objetos. Además, el museo sigue enfrentando presiones para devolver artefactos adquiridos durante el Imperio Británico, como los famosos Mármoles del Partenón.
Parece que el Museo Británico está viviendo su propia “Noche en el Museo”, pero sin la ayuda de Ben Stiller para arreglar el desorden.