En un acto de patriarcado descarado que solo puede ser descrito como una bofetada a la madre tierra y a las mujeres que la habitan, el Ministerio de Fomento ha anunciado planes para construir una autopista que uniría Ibiza con El Hierro. Sí, porque lo que realmente necesitamos en este mundo es más asfalto, más contaminación, y más oportunidades para que los hombres demuestren su dominio sobre la naturaleza y las mujeres.
“Esto no es solo una autopista, es una declaración de guerra contra la ecología y la equidad de género”, declaró una activista feminista, cuya voz temblaba de indignación mientras imaginaba las toneladas de asfalto aplastando la flora y fauna locales. “¿Y quién se beneficiará más de esto? Los hombres, claro, con sus coches y su necesidad de ir más rápido, más lejos, sin importar las consecuencias.”
El proyecto, que promete “mejorar la conectividad” entre dos islas que geográficamente están tan alejadas como lo están los conceptos de igualdad y justicia en la mente de algunos políticos, ha sido descrito por Fomento como un “avance para el desarrollo”. ¿Desarrollo para quién? Para los constructores, para los lobbies de automóviles, para los que ven el mundo como un tablero de Monopoly donde solo importa ganar.
“Es obvio que detrás de esta autopista hay una agenda machista”, añadió otra activista, mientras mostraba un mapa donde la nueva ruta parecía una vena varicosa en el cuerpo de España. “Es el patriarcado extendiendo su dominio, literalmente, sobre el territorio, ignorando las necesidades de las mujeres que viven allí, su seguridad, su derecho a un medio ambiente limpio y su voz en las decisiones que afectan sus vidas.”
Las ecologistas y feministas radicales han comenzado a organizar protestas, talleres de resistencia y campañas en redes sociales con el hashtag #NoALaAutopistaMisógina. “Queremos puentes de igualdad, no autopistas de dominación”, se lee en uno de los carteles, mientras otra pancarta pregunta “¿Y para cuándo una autopista a la igualdad de género?”
Los defensores del proyecto argumentan que mejorará el turismo y la economía local, pero, ¿a qué precio? “¿Quiénes son más turistas en Ibiza? Hombres buscando diversión, y ahora tendrán una vía más rápida para llegar a El Hierro a hacer lo mismo”, criticó una activista, señalando la cultura de fiesta que ya existe y cómo podría ser exacerbada.
La pregunta que flota en el aire, entre las olas de protesta y el humo de los asfaltos que se avecinan, es: ¿cuándo aprenderá el patriarcado que la verdadera infraestructura que necesitamos es la que construye puentes hacia la equidad, la sostenibilidad y el respeto por la madre tierra y sus hijas?
Así que, mientras Fomento sueña con su autopista, recordemos que cada kilómetro de asfalto es un paso atrás hacia la era de la dominación masculina sobre la naturaleza y las mujeres. Es hora de construir alternativas, de imaginar una conectividad que no destruya sino que una, que no oprime sino que libere.