Fonsi Loaiza

El activista más viral de la izquierda revolucionaria en chándal ha sido fulminantemente eliminado de Instagram tras compartir contenido favorable a Hamas. Él alega censura imperialista y pide que lo sigan en X antes de que lo borren de nuevo. Promete venganza en forma de stories con fondo rojo.

Madrid — Zona libre de matices y WiFi de resistencia
La red social Instagram ha expulsado al activista y agitador online Fonsi Loaiza tras considerar que su contenido suponía un riesgo para la seguridad y la política de la plataforma. En concreto, Instagram le ha etiquetado como “persona y organización peligrosa”, una distinción que solo comparten él, el ISIS y las cuentas falsas que sortean AirPods.

Loaiza, convertido en mártir digital en cuestión de horas, ha reaccionado con vehemencia en su cuenta de X (ex Twitter, ex lugar seguro para los hashtags con puño en alto), donde ha escrito:

“En Instagram me han declarado como ‘una organización y persona peligrosa’. Han censurado mis contenido por mostrar solidaridad con el pueblo de Palestina contra genocidas y criminales de guerra de Donald Trump y Netanyahu. Si podéis seguidme y denunciad.”

En un giro inesperado, Loaiza ha solicitado tanto que lo sigan como que lo denuncien, algo que ha provocado cierta confusión entre sus seguidores, que no sabían si contribuir a su crecimiento o acabar de hundirlo. Uno de sus fans más fieles, el usuario @MarxismoDeBarrio, le preguntó: “¿Denunciamos tu expulsión o denunciamos tu cuenta? Lo que digas, camarada, pero aclárate”.


📱 El activismo en redes sociales: cuando el Che tiene WiFi y filtro vintage

Fonsi Loaiza lleva años haciendo activismo en redes como si fueran trincheras virtuales. Tras un paso fugaz por el periodismo deportivo, donde llegó a insinuar que Florentino Pérez tenía vínculos con la OTAN, se reinventó como activista internacional en shorts y sudaderas de Adidas.

En su versión más reciente, Fonsi combina análisis geopolítico con historias de Instagram en las que denuncia a “los genocidas del sionismo” mientras suena de fondo música de Manu Chao. Su formato estrella es el carrusel, donde acompaña frases incendiarias con imágenes pixeladas de niños heridos, soldados apuntando y banderas de fondo. Un estilo gráfico que, según él, “combina el dolor de los pueblos oprimidos con el poder narrativo del filtro Clarendon”.

Desde Meta, la empresa matriz de Instagram, han emitido un comunicado explicando que “los contenidos compartidos por el usuario Fonsi Loaiza violaban nuestras normas sobre apoyo a organizaciones terroristas, incitación a la violencia y uso excesivo del hashtag #FreePalestine en reels de menos de 15 segundos”.

Además, han añadido que “no es la primera vez que el usuario es advertido. Ya fue sancionado por afirmar que Greta Thunberg era un montaje del Pentágono y por subir un vídeo donde se equiparaba el Mundial de Qatar con el Holocausto”.


🎯 ¿Censura o sentido común? Debate entre activistas y moderadores con pulsaciones altas

Mientras los moderadores de Instagram tratan de contener la hemorragia de contenido radicalizado con emojis de fuego, la comunidad activista ha cerrado filas en torno a Fonsi. Desde cuentas con nombres como @AntiSistemaConEstilo y @ComandanteVegano, se ha iniciado una campaña para readmitir al activista bajo el hashtag #JusticiaParaFonsi.

“Lo de Fonsi no es un baneo, es una ejecución digital sumaria”, declaró en exclusiva una usuaria que se define como “militante del descontento con ring light”.

Pero también ha habido voces discordantes. Varios usuarios han recordado que Hamas es una organización terrorista reconocida oficialmente por la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y hasta por la UEFA, que les impidió disputar la Champions por obvias razones.

Un experto en comunicación política, que prefirió mantenerse en el anonimato para no ser comparado con Soros, afirmó:

“El problema de Fonsi no es que esté a favor de Palestina. Es que se le va la mano y acaba compartiendo vídeos en los que se justifica el lanzamiento de cohetes. Luego pone música épica, una cita de Chomsky y se cree que eso ya es discurso de resistencia. Pero no lo es. Es propaganda con buen encuadre”.


🎞️ El plan B de Fonsi: TikTok, Telegram y el regreso de los panfletos en PDF

Tras su expulsión de Instagram, Loaiza ha anunciado que reactivará su canal de Telegram, que ya cuenta con más de 12.000 suscriptores y memes dudosos. En él planea difundir sus vídeos censurados, además de “contenido exclusivo para revolucionarios que no se rinden aunque se les caiga el WiFi”.

También ha registrado varias nuevas cuentas en TikTok bajo nombres como @Antizionista_92, @FonsiRebeldía y @PeriodistaAutónomoPeroPeligroso. En ellas promete subir “vídeos cortos con fondo rojo, música de protesta y denuncias que no caben en un tweet pero sí en tu conciencia”.

Además, su equipo (compuesto, según él, por “dos compas y un gato anarquista”) está trabajando en una publicación quincenal en PDF titulada “ContraMeta”, donde abordará “los tentáculos del imperialismo digital” desde una perspectiva crítica, disruptiva y con tipografía Liberation Sans.


🏁 Epílogo: de héroe cancelado a influencer proscrito

Fonsi Loaiza ha sido expulsado de Instagram, sí, pero no de la batalla. Porque donde una red social ve una violación de normas, él ve una oportunidad para la épica. A su manera, ha elevado el arte del activismo online a nuevos niveles de intensidad y desconexión con la realidad.

Y mientras otros lloran sus seguidores perdidos, él los convoca a la trinchera: “No nos callarán. No nos silenciarán. Aunque nos bajen los reels, la lucha sigue. ¡Seguidme en X, en TikTok y, si me cancelan de nuevo, os paso mi newsletter por paloma mensajera!”

Porque Fonsi no es solo una persona. Es una causa. Una marca. Una categoría de contenido peligrosa con subtítulos en mayúsculas y mucho, mucho filtro rojo.

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