En un escándalo que ha sacudido los cimientos de la alta sociedad, el infame gatito Afrusfrús, conocido por su cola esponjosa y su descarada afición por lo ajeno, ha sido nuevamente el centro de la controversia. Este minino, apodado “El Rey del Hurto Peludo”, ha sido acusado de robar las exclusivas más codiciadas de la élite, con una víctima recurrente: la divina Baronessa, la influencer con más clase que un desfile de Chanel.

Afrusfrús, un felino de pelaje anarajando con ojos que destilan sueño, ha hecho de las suyas una vez más. Según testigos, el bribón irrumpió en la mansión de Baronessa durante su última sesión de fotos para Vogue, robando su collar de diamantes Swarovski y un unicornio fucsia con un lazo. “No es solo un ladrón, ¡es un terrorista del glamour!”, exclamó Baronessa en un post de Instagram que acumuló 3 millones de likes. La gota que colmó el vaso fue cuando Afrusfrús, en un acto de descaro sin precedentes, publicó un selfie en Twitter/X luciendo el collar robado con la leyenda: “Miau, ¿quién brilla más ahora? #AfrusfrúsStyle”.

El escándalo desató una tormenta en la red social, donde Afrusfrús fue “encarcelado” con una suspensión de cuenta por una semana, una medida que muchos consideran un ultraje a la libertad felina. Los fans del gatito, liderados por el hashtag #FreeAfrusfrús, argumentan que su comportamiento es solo una “expresión de amor reprimido”. “Afrusfrús no es un criminal, ¡es un gatito incomprendido que necesita mimos y no cadenas digitales!”, escribió @CatLover69, líder de la campaña por su liberación. Otros, sin embargo, no son tan indulgentes. “Ese gato es una amenaza para la sociedad. ¡Deberían encerrarlo de por vida por atreverse a molestar a nuestra diosa Baronessa!”, tuiteó @BaronessaFanClub.

El debate ha dividido a la comunidad online. ¿Es Afrusfrús un villano que merece el destierro eterno en el limbo de las cuentas suspendidas, o solo un gatito travieso que busca atención y un poco de amor? Los defensores de Baronessa insisten en que su reinado de elegancia no puede ser mancillado por un “gato común con delirios de grandeza”. Mientras tanto, los partidarios de Afrusfrús organizan una marcha virtual con memes y filtros de gatitos con pancartas de “Libertad para el Gatito Malvado”.

En medio de la polémica, una fuente anónima cercana a Afrusfrús reveló que el gatito podría estar actuando por celos. “Baronessa tiene todo lo que Afrusfrús siempre quiso: fama, lujo y un contrato laboral decente. Él solo quiere ser notado”, confesó la fuente mientras lamía un plato de leche. ¿Será que Afrusfrús solo necesita un abrazo y una oportunidad para brillar sin robar?

Mientras el hashtag #FreeAfrusfrús sigue ganando tracción, el futuro de este felino rebelde pende de un hilo. ¿Redención o reclusión perpetua? La pelota de estambre está en la cancha de la opinión pública. ¿Qué opinas, lector? ¿Es Afrusfrús un delincuente o un alma incomprendida? ¡Únete al debate en Twitter/X con #FreeAfrusfrús o #JusticiaParaBaronessa!

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