Madrid / Mar Mediterráneo — Diario ASDF
En un inesperado giro diplomático que ha sorprendido a la comunidad internacional, la exministra de Igualdad, Irene Montero, ha presentado este miércoles su propuesta “más ambiciosa hasta la fecha” para detener la violencia en Gaza: la creación de un Punto Violeta Flotante en medio del mar, “un espacio seguro para el diálogo, la sororidad y la descolonización de las olas”.
La iniciativa, presentada en rueda de prensa desde la cubierta de un ferry anclado en el puerto de Valencia, ha sido descrita por Montero como “una solución feminista, transversal y radicalmente pacífica para un conflicto que lleva décadas secuestrado por lógicas patriarcales”. Según explicó, el objetivo es “trasladar al Mediterráneo la experiencia transformadora de los puntos violeta de las fiestas patronales” y “convertirlo en un faro de luz morada capaz de detener tanques, misiles y micromachismos geopolíticos”.
🌊 Un faro morado en aguas internacionales
El Punto Violeta Marítimo, según los documentos que Montero repartió a la prensa en carpetas recicladas con purpurina biodegradable, estaría ubicado “en una zona equidistante entre Tel Aviv, Gaza y el feminismo universal”. La estructura consistiría en una plataforma hexagonal flotante de 150 metros de diámetro, pintada íntegramente de morado y coronada con una gran carpa en la que se organizarían círculos de diálogo no mixtos, talleres de autoconciencia internacionalista y sesiones de yoga desmilitarizador.
“Cuando las bombas caigan, el punto violeta brillará”, declaró Montero con solemnidad. “Será un lugar donde las mujeres palestinas, israelíes y del resto del mundo podrán mirarse a los ojos, compartir sus dolores y decidir juntas el fin del genocidio, sin intermediación de señores en traje ni generales con corbata”.
La iniciativa también contempla instalar altavoces de alta potencia alrededor de la plataforma para emitir en bucle canciones de Rozalén, discursos de Angela Davis y mensajes grabados de Yolanda Díaz leyendo poemas de Gioconda Belli. Según los técnicos del Ministerio del Mar, el volumen alcanzará “niveles suficientes como para interferir en los radares militares y desincentivar bombardeos en un radio de 50 kilómetros”.
🚤 Una flota solidaria para proteger el punto
Para garantizar la seguridad de la estructura, Montero ha anunciado la creación de una Flota Feminista de Paz, compuesta por veleros, zodiacs y kayaks pilotados exclusivamente por activistas formadas en asambleas no jerárquicas. Las embarcaciones navegarán en círculos alrededor de la plataforma entonando consignas como “¡Ni misiles ni machismo, descoloniza el abismo!” y “¡Tanques fuera, sororidad a toda vela!”.
“Queremos que el punto violeta sea un espacio no solo simbólico, sino también físicamente seguro. Por eso hemos pedido voluntarias de colectivos náuticos queer y de asociaciones de surf anticoloniales”, explicó Montero. “No vamos a llevar armamento, porque la fuerza de la sororidad es suficiente. Si un destructor intenta acercarse, le vamos a responder con pancartas y dinámicas de grupo”.
Según fuentes cercanas a Podemos, ya hay al menos 12 colectivos feministas de Baleares y tres asociaciones de “remeras antipatriarcales” de Euskadi dispuestas a integrarse en la flotilla. Incluso se ha ofrecido un grupo de exmonitoras de colonias para coordinar el avituallamiento “a base de hummus, kombucha y galletas sin gluten”.
🌐 Reacciones internacionales
La propuesta ha provocado un auténtico terremoto diplomático. Mientras la prensa europea intenta entender si se trata de una metáfora o de un plan real, varios líderes internacionales han reaccionado con una mezcla de desconcierto y cautela.
En Israel, un portavoz del gobierno calificó la idea de “inusual” y añadió que “estudiaremos con seriedad la posibilidad de enviar un representante al círculo de diálogo, siempre y cuando haya servicio de café kosher”. En Gaza, un portavoz de Hamás dijo que “no está claro si el punto violeta es una amenaza, un barco o una fiesta universitaria”, pero reconoció que “si sirve para parar los bombardeos, se podría considerar”.
El secretario general de la ONU, António Guterres, aseguró que la propuesta “no está contemplada en ninguna resolución, pero tampoco hay nada que lo prohíba expresamente”. Por su parte, Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, afirmó: “Es la primera vez que me proponen detener un conflicto con talleres de empoderamiento. Pero dada la situación, todo intento cuenta”.
Incluso el presidente de Francia, Emmanuel Macron, pidió que se le reserve una plaza para asistir al primer “círculo de hombres en deconstrucción” que tendrá lugar en la plataforma. “Siempre quise llorar frente al mar mientras me deconstruyo”, dijo.
📝 Financiación y logística
Para financiar la plataforma, Montero ha propuesto crear un impuesto temporal a las empresas que fabriquen drones y perfumes masculinos, así como abrir una ronda de donaciones “entre las mujeres del mundo que saben que la paz no se decreta, se teje”. El presupuesto inicial se estima en 120 millones de euros, incluyendo la pintura morada, los altavoces y un sistema de paneles solares en forma de puño feminista.
“Cada euro invertido en este punto es un misil menos”, afirmó Montero. Además, planteó la posibilidad de solicitar fondos europeos bajo el programa Horizonte 2030, en el apartado de “innovación social marítima no bélica”.
La construcción se realizaría en tres fases:
- Fase Inspiración: redacción de manifiestos y diseño colectivo del color exacto de morado.
- Fase Materialización: construcción de la plataforma por cooperativas navales feministas y pintada colectiva con brochas compartidas.
- Fase Encendido: inauguración con una performance acuática en la que varias activistas representarán la caída del patriarcado al agua mientras se escucha “La puerta violeta” de Rozalén.
📡 Un nuevo modelo de diplomacia
Según Montero, el proyecto no solo busca resolver el conflicto en Gaza, sino “redefinir las relaciones internacionales desde la perspectiva de género”. “Hasta ahora, las guerras las decidían hombres con corbatas y mapas. Nosotras proponemos decidir la paz con cojines en el suelo y té de hibisco. La historia lo agradecerá”, declaró, alzando la mirada hacia el horizonte marino.
La exministra también señaló que el Punto Violeta Marítimo servirá como prototipo para otros conflictos. “Si funciona aquí, podemos instalar uno en el Mar de China, otro en el Canal de la Mancha y quizá uno pequeñito en el pantano de San Juan, para los debates internos de la izquierda”.
📢 Reacciones en España
En España, la propuesta ha generado reacciones encontradas. Desde el PSOE, varios portavoces han admitido en privado que “no entendemos muy bien de qué va esto, pero si sirve para que Irene no nos haga más vídeos en redes, lo apoyaremos discretamente”. En el PP, fuentes cercanas a la dirección aseguraron que “como idea para una serie de Netflix podría funcionar”, mientras que VOX ha pedido que el punto violeta sea inspeccionado “por si oculta inmigrantes ilegales disfrazados de socorristas”.
La vicepresidenta Yolanda Díaz, por su parte, celebró la propuesta en redes sociales con un emotivo mensaje: “Cuando las mujeres paramos, el mundo se detiene. Cuando nos ponemos a flote, los misiles también. Gracias, Irene”. Pablo Iglesias retuiteó el mensaje con un emoji de ola 🌊 y un puño ✊.
🧭 Conclusión: la diplomacia morada zarpa
Mientras los barcos se preparan y las pancartas se imprimen, Irene Montero ha anunciado que encabezará personalmente la expedición inaugural hacia el futuro Punto Violeta. “Zarparemos en nombre de todas las que no tienen voz, con chalecos salvavidas y megáfonos. No vamos a detenernos hasta que el Mediterráneo hable morado”, declaró, con el viento ondeando su pañuelo feminista.
Aunque muchos dudan de la viabilidad real de la iniciativa, incluso sus críticos reconocen que pocas veces una propuesta española ha logrado acaparar tantos titulares internacionales en tan poco tiempo. Si la paz no llega, al menos quedará flotando un gigantesco recordatorio de que la creatividad política no tiene límites… ni siquiera en alta mar.