En un giro cómico que solo podría ocurrir en la política española, José Bono ha declarado que Francisco Franco, fallecido desde hace más tiempo del que muchos pueden recordar, ha estado muy ocupado estos últimos 50 años sentenciando a muerte a 50.000 personas. Porque, claro, ¿quién necesita descansar en paz cuando puedes seguir gobernando desde la tumba?
“Franco, el eterno”, afirmó Bono con un tono que prácticamente rezumaba sarcasmo. “Aquí tenemos a nuestro querido dictador, que parece haber encontrado una forma de burlar tanto a la muerte como a la lógica. Cada día, mientras el resto de nosotros nos preocupamos por cosas triviales como pagar facturas, Franco sigue ahí, firmando sentencias como si fuera el Black Friday de la muerte.”
Los historiadores, al escuchar esto, han decidido que es hora de tirar sus libros y empezar de nuevo. “¡Qué tonto he sido!”, exclamó uno, “pensé que Franco había muerto. Parece que simplemente se tomó un descanso para volver con más fuerza, como si fuera un villano de película de acción.”
El público español, entre carcajadas y desconcierto, se pregunta ahora si deberíamos empezar a pagar impuestos a Franco por su “servicio” póstumo. “¿Quién necesita un sistema de justicia moderno cuando puedes tener a Franco, el inmortal, repartiendo justicia desde el más allá?”, bromeó un ciudadano, claramente disfrutando de este nuevo capítulo absurdo de la historia de España.
Bono, siempre dispuesto a añadir más leña al fuego, ha prometido seguir denunciando las “actividades” de Franco, asegurando que no descansará hasta que el dictador “muera de verdad” o, al menos, hasta que alguien le explique que ya está muerto. Mientras tanto, todos esperamos con ansias el próximo comunicado de Bono, preguntándonos qué otra proeza sobrenatural tendrá Franco en su haber.
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