Jose Vico

Por: Rigoberto Marxo, estratega de sofá y community manager de su tía

Twitter, España — El conocido tuitero progresista y estratega de conflictos tuiteros, José Vico, ha sacado lo que algunos ya califican como “el nuevo manual de guerrilla digital para hippies con WiFi”. En un tuit que ha revolucionado la esfera izquierdista de la red social antes conocida como Twitter (ahora X, o lo que sea que Elon Musk haya decidido que es hoy), Vico ha compartido un detallado plan de 4 pasos para acabar con la ultraderecha. En serio. Cuatro. Y uno de ellos es “hacer capturas de pantalla”.

“Esto no es una imposición”, aclara Vico, “pero si no lo haces, igual eres un traidor infiltrado del Yunque”.

Así arranca el flamante hilo que algunos han comparado con El Príncipe de Maquiavelo, El Arte de la Guerra de Sun Tzu y el libro de instrucciones de un exprimidor Lidl, por partes iguales.


🧠 Paso 1: Ataca a los ultras, pero sólo si tienen logo verificado y nómina

Vico lo deja claro: nada de entrar al trapo con trolls de 14 años con foto de Vox y bandera de España en la bio. Eso no es estrategia, eso es perder el tiempo. En lugar de eso, recomienda ir directamente a cuentas oficiales.

“Si no pone ‘Diputado de VOX’, no merece tu odio”, explicaría después en una entrevista ficticia que nos hemos inventado. “Se trata de optimizar el resentimiento.”

Como si fuera un coach emocional de la indignación, Vico propone centrar la ira solo en lo que cotiza en el IBEX o aparece en Intereconomía. Trolls con más números que letras en el usuario, abstenerse.


📸 Paso 2: ¡Descarga el vídeo, soldado! Que el algoritmo no te vea débil

Aquí empieza lo bueno. Vico recomienda usar apps para descargar vídeos. “Si le das retuit a un ultra, el algoritmo llora y Santiago Abascal se vuelve más fuerte”, advierte, como si estuviéramos en una especie de videojuego donde cada interacción suma puntos a la fachoesfera.

Para evitar alimentar al enemigo, propone hacer pantallazos o grabar la pantalla. Muchos tuiteros de izquierdas ya han empezado a entrenar en la app Screen Recorder Elite 3000 con intensas sesiones de 30 segundos de scroll.

“Gracias a Vico, ya no comparto fascismo, sólo JPEGs de fascismo”, declara un joven militante mientras borra su historial de búsquedas de “cómo descargar vídeos de Twitter sin que se entere mi crush”.


💬 Paso 3: Usa argumentos… aunque no los lea nadie

El tercer paso del plan maestro de Vico consiste en “desmontar bulos con argumentos”. Aquí la controversia ha sido máxima: ¿Quién demonios entra a Twitter a leer argumentos?

“Llevo seis años soltando tochos sobre el Franquismo y nadie me ha dado ni un like”, se queja @Marxito77. “Pero bueno, si Vico dice que hay que seguir, pues se sigue. Quizás en 2043 alguien me dé retuit.”

Vico, fiel a su plan, recomienda escribir textos largos, como si estuviéramos en 2009 y los hilos todavía importaran. Se rumorea que prepara un curso de “Debate racional en tiempos de apocalipsis digital”, auspiciado por el Ministerio de Tópicos Bienintencionados.


💩 Paso 4: Deja que los ultras griten, no los leas, no los mires, no los alimentes

Este es, sin duda, el paso más místico. Vico aconseja no leer las respuestas ultras. Nada. Cero. Como cuando abres una factura de la luz: sabes que está ahí, pero prefieres vivir en la ignorancia. “Lo hacen para distraernos”, dice Vico, con tono de Jedi informático.

“Si ves que te insultan, ¡felicidades! Estás ganando”, añade. Esto ha generado confusión en algunos tuiteros que llevan 8 años recibiendo amenazas y ahora no saben si han vencido o si simplemente están en Twitter.


📢 Reacciones: “Gracias a Vico, me siento como el Che Guevara de Instagram”

Las reacciones no se han hecho esperar. La comunidad de izquierda tuitera está dividida: unos veneran a Vico como el Sun Tzu de la era digital, otros opinan que el hilo es “una guía para no hacer nada, pero sintiéndose útil”.

“Mi madre me dijo que dejara Twitter porque era tóxico. Ahora le explico que estoy luchando contra el fascismo desde el móvil. Gracias Vico”, dice @IzquierdismoZen mientras publica su decimoquinto hilo sobre la Ley de Suelo con imágenes de gatos antifascistas.

Desde el otro lado del espectro, los ultras celebran en silencio. Un portavoz no oficial de la ultraderecha (un tipo con 2 followers y 7 denuncias activas) ha declarado: “Mientras ellos graban pantallas, nosotros estamos en la calle. Bueno, o en Telegram. Pero más calle que pantalla, seguro”.


🧙‍♂️ El fenómeno Vico, entre la estrategia y el cosplay de resistencia

Fuentes cercanas aseguran que José Vico está preparando un Patreon para compartir sus próximos consejos de guerra digital:

  • Cómo bloquear sin perder autoridad moral
  • Qué filtro de Instagram usar para parecer más combativo
  • Y una guía definitiva para hacer hilo sin que parezca que estás mendigando atención

Mientras tanto, el país sigue dividido entre los que gritan en mayúsculas, los que hacen pantallazos de los que gritan, y los que se limitan a mirar el caos desde la distancia, con una cerveza en la mano y una ceja levantada.


Resumen final:

Vico ha conseguido lo imposible: unir a la izquierda en torno a algo que no sea una discusión sobre el pan sin gluten. ¿El problema? Que su plan, aunque bienintencionado, parece sacado de un manual de autoayuda con eslóganes como “No alimentes al troll, aliméntate a ti mismo”.

A este paso, la izquierda española acabará derrotando a la ultraderecha a base de capturas de pantalla, emojis de fuego y argumentos que nadie lee.

Y quizás, solo quizás, José Vico termine siendo Ministro de Teoría Estratégica Aplicada a Twitter. Todo es posible en este país donde hasta los conflictos se gestionan con un hilo.

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