Diario ASDF

Por fin, Netflix nos ha regalado una película animada que no solo brilla como un neón en un concierto de K-pop, sino que también nos hace reír, cantar y, de paso, reflexionar. K-Pop Demon Hunters (o Las Guerreras K-pop, como se le conoce en algunos mercados) es una explosión de color, música y carisma que llegó el 20 de junio de 2025 para recordarnos que el mundo necesitaba desesperadamente un trío de idols cazadoras de demonios. ¡Y qué bien lo han hecho! Esta cinta, producida por Sony Pictures Animation, es un cóctel de acción, comedia y un mensaje que conecta como un estribillo pegajoso. Prepárate para un viaje salvaje, porque aquí te contamos por qué esta película es el banger del año.
Un trío que roba el show (y las almas de los demonios)
Si algo le faltaba al universo animado eran personajes que derrocharan carisma como si estuvieran en un fancam de TikTok. Rumi, Mira y Zoey, las protagonistas de K-Pop Demon Hunters, son exactamente eso: un trío de superestrellas del K-pop que, cuando no están llenando estadios, se dedican a patear traseros demoníacos con estilo. ¡Era hora, Netflix! Basta de personajes planos que parecen sacados de un manual de clichés. Estas chicas son un torbellino de personalidad: Rumi, con su mezcla de rebeldía y vulnerabilidad; Mira, la reina del sarcasmo con un corazón de oro; y Zoey, que básicamente es un rayo de sol con una espada mágica. Juntas, forman el grupo Huntrix, y su química es tan buena que podrías jurar que son amigas de toda la vida.
Lo mejor de todo es que no son las típicas heroínas perfectas. Como dijo la directora Maggie Kang, querían chicas que “eructaran, fueran groseras, tontas y divertidas”. Y, oh, cómo lo lograron. Hay una escena en la que Rumi y Mira discuten sobre quién dejó el micrófono encantado en el refrigerador, y es tan absurdamente graciosa que casi me atraganto con mi palomita. Estas chicas no solo cazan demonios, sino que también cazan risas, y lo hacen con una naturalidad que hace que quieras unirte a su fandom de inmediato.
Una trama que no se toma en serio (y eso es perfecto)
La historia de K-Pop Demon Hunters es tan loca como suena: un grupo de idols K-pop lleva una doble vida como cazadoras de demonios, enfrentándose a una boy band rival, los Saja Boys, que resultan ser… bueno, demonios disfrazados. ¿Predecible? Tal vez un poco, como han señalado algunos en X. ¿Divertida? Absolutamente. La película no pretende ser El Ciudadano Kane de la animación, y eso es parte de su encanto. Abraza lo absurdo sin disculpas, desde coreografías que desafían la gravedad hasta un villano, Gwi-Ma (doblado por el legendario Lee Byung-hun), que lidera una boy band demoníaca con más swag que un comeback de BTS.
El guion, aunque simple, tiene momentos de oro. La revelación de que Rumi es hija de un demonio y una estrella pop es tan descabellada que solo puedes aplaudirla. Y aunque algunos críticos han dicho que el mensaje sobre aceptar tus diferencias podría ser más profundo, la película lo entrega con tanta sinceridad que es imposible no sentirse conmovido. Hay una escena en la que Rumi, mirando su reflejo en un charco después de una pelea, dice: “Si soy un poco demonio, que sea el demonio más fabuloso del escenario”. ¡Ícono
Un mensaje que pega como un estribillo
Hablando del mensaje, K-Pop Demon Hunters tiene un corazón más grande que un lightstick en un concierto. La película habla sobre aceptarte tal como eres, con todos tus “defectos” (o cuernos demoníacos, en el caso de Rumi). En un mundo donde las redes sociales nos bombardean con ideales imposibles, este mensaje llega como un abrazo cálido. Como dijo un usuario en X: “El mensaje de no renegar de tus ‘defectos’ me gustó como lo trataron”. Y no es solo para los adolescentes; los adultos también podemos aprender a querernos un poquito más, aunque no tengamos que enfrentarnos a una boy band infernal.
Lo que hace que este mensaje conecte es que no se siente forzado. La película no te da un sermón; te lo envuelve en risas, canciones y una pelea épica donde las chicas usan sus micrófonos como armas mágicas. Es un recordatorio de que puedes ser imperfecto, torpe o incluso un poco demonio, y aún así brillar como estrella.
Animación que es puro aesthetic
Visualmente, K-Pop Demon Hunters es un espectáculo. Los colores fríos y vibrantes, inspirados en videos musicales y K-dramas, hacen que cada escena parezca un póster digno de Pinterest. La animación, cortesía de Sony Pictures Imageworks, es fluida y audaz, con un estilo que toma lo mejor del anime y lo mezcla con un toque tridimensional. Las secuencias de acción están tan bien coreografiadas que podrían competir con cualquier MV de K-pop. Y los diseños de personajes… ¡por favor! Cada integrante de Huntrix tiene un look tan definido que ya quiero comprar su merch.
Un detalle que me encantó es cómo los rostros de los personajes cambian según el tono de la escena. En los momentos de “alto glamour”, parecen sacados de una portada de Vogue; en las peleas, sus expresiones son tan exageradas que podrías enmarcarlas como arte pop. Es un nivel de atención al detalle que demuestra cuánto amor pusieron en esta película.
Una banda sonora que te hará stanear
No podemos hablar de K-Pop Demon Hunters sin mencionar su banda sonora. Con canciones originales de artistas como Jeongyeon, Jihyo y Chaeyoung de TWICE, además de EJAE, Audrey Nuna y Rei Ami, este soundtrack es un álbum que podrías escuchar en bucle. Temas como “Golden” y “Soda Pop” son tan pegajosos que, según IMDb, los fans en la película cantaban las letras como si ya las conocieran. Y no es solo para los fans del K-pop; como dijo un usuario en X, “no me atrae el K-pop y la he disfrutado lo suyo”.
La música no solo acompaña la acción, sino que la eleva. Hay una escena donde Huntrix enfrenta a los Saja Boys en un duelo de baile que es mitad concierto, mitad exorcismo, y juro que quería levantarme del sofá a aplaudir. Si no terminas esta película buscando el OST en Spotify, algo hiciste mal.
¿Por qué amamos K-Pop Demon Hunters?
K-Pop Demon Hunters es una carta de amor al K-pop, a la cultura coreana y a la idea de que puedes ser un héroe sin ser perfecto. Sus personajes carismáticos son un soplo de aire fresco en un panorama animado que a veces se siente repetitivo. Su humor, que va desde chistes tontos hasta sátira adolescente, te sacará más de una carcajada. Y su mensaje de autoaceptación, envuelto en un paquete de acción y música, resuena con cualquiera que alguna vez se haya sentido fuera de lugar.
Así que, si aún no la has visto, corre a Netflix, prepara tus palomitas y déjate llevar por el ritmo. Como dijo un fan en X: “W O W ! ! ! ! SÍ SEÑOR, UN PELICULÓN”. K-Pop Demon Hunters no solo caza demonios; también caza tu corazón. ¡Y que viva el fandom de Huntrix

el Conejo Blanco .