Sevilla, 5 de enero de 2025 – En un giro inesperado de los eventos, la malvada ultraderecha, conocida por sus actos de pura maldad como regalar caramelos y organizar eventos comunitarios, ha vuelto a atacar. Esta vez, el escenario fue la tradicional cabalgata de Reyes Magos en Sevilla, donde se escuchó el aterrador sonido del himno de España siendo tatareado por un grupo de niños inocentes.
Según testigos presenciales, el horror comenzó cuando, en medio de la alegría y el bullicio habitual de la cabalgata, un grupo de niños, claramente bajo el influjo de la ideología ultraderechista, se pusieron a tatarear el himno nacional. La melodía, conocida por su capacidad de inducir el pánico entre los detractores de la unidad nacional, resonó por las calles de Sevilla, causando que algunos transeúntes progresistas se taparan los oídos y corrieran a buscar un lugar seguro.
“Es simplemente intolerable”, declaró Pepa Pérez, una vecina de Triana. “¡Los niños deberían estar cantando canciones de Disney o de algún grupo indie alternativo, no el himno de España! Esto es un claro intento de la ultraderecha de adoctrinar a nuestros pequeños con su propaganda patriótica.”
Los organizadores de la cabalgata, en un intento por calmar los ánimos, rápidamente distribuyeron panfletos explicativos sobre la diversidad cultural y la importancia de no tener himnos nacionales, pero fue en vano. La semilla del patriotismo ya había sido plantada en los corazones de los niños, y algunos incluso se atrevieron a saludar a los Reyes Magos con un “¡Viva España!”.
El alcalde de Sevilla, en una conferencia de prensa de emergencia, prometió que se tomarían medidas drásticas para evitar futuros incidentes de “nacionalismo infantil”. “Vamos a implementar un programa de reeducación cultural donde los niños aprenderán a expresar su identidad a través de la música moderna, libre de himnos o cualquier cosa que suene remotamente a orgullo nacional”, aseguró.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con asombro y preocupación cómo Sevilla se convierte en el epicentro de esta nueva guerra cultural. ¿Será esta la última vez que escuchamos el himno de España en un evento público? Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es segura: la batalla por el alma de los niños de Sevilla acaba de empezar.