Oh, qué maravilla, queridos lectores, hemos alcanzado un nuevo pináculo de la absurdidad humana gracias a la insaciable obsesión de los autoproclamados “wokes” por transformar cada rincón de la fantasía en un escaparate de su agenda inclusiva. Sí, amigos, parece que ahora, en el año glorioso de 2025, la cima del progreso social en los videojuegos y la narrativa ficticia es colocar a nuestros héroes mágicos en sillas de ruedas, porque, ¿qué mejor manera de empoderar a los personajes que limitarlos con un artilugio terrenal cuando podrían sanarse con un chasquido de dedos? Permítanme sumergirme en esta piscina de incredulidad con un buen toque de sarcasmo, porque, francamente, esto merece ser diseccionado con la dosis justa de burla.
Empecemos con el tuit que ha encendido esta hoguera de lo ridículo, cortesía de @Cyael
, publicado el 28 de junio de 2025 a las 07:49 UTC. En este pequeño tesoro de la sátira visual, nos presentan un collage de personajes de videojuegos y cómics, todos en sillas de ruedas, acompañados de un texto que gotea desdén: “¡Sillas de ruedas, pronombres y activismo! Gracias, consultores de DEI. Noten cómo la Oráculo de Batman no está aquí, ni Lester de GTA. Incluso Nintendo incorpora controles de movimiento en su próximo juego de sillas de ruedas. Lo que lo hace WOKE es el pandering performativo. Magia pero lisiado.” Oh, qué delicia, ¿no? Un grito de guerra contra la supuesta tiranía de la inclusión que, según el autor, ha reducido la imaginación a un guion predecible de corrección política.
Primero, dejemos que la ironía nos envuelva como una manta acogedora. Estamos hablando de mundos de fantasía donde dragones escupen fuego, magos lanzan hechizos que resucitan ejércitos y héroes blandien espadas encantadas capaces de cortar montañas. Y sin embargo, en esta utopía de posibilidades infinitas, los genios creativos de la industria del entretenimiento han decidido que el mayor acto de rebelión contra la opresión es… ¿dejar a los personajes en sillas de ruedas? ¿En serio? ¿No podrían, digamos, inventar una silla voladora con patas de araña, un trono flotante alimentado por cristales místicos o, no sé, un hechizo de curación que devuelva la movilidad? No, no, eso sería demasiado creativo. Mejor atengámonos a la silla de ruedas estándar, porque nada grita “progreso” como replicar la realidad en un universo donde las leyes de la física son opcionales.
Pero espera, hay más. El tuit de @Cyael
no solo critica la falta de imaginación, sino que señala la ausencia de íconos como la Oráculo de Batman (Barbara Gordon) y Lester de Grand Theft Auto, personajes que, de hecho, usan sillas de ruedas pero que no parecen encajar en esta nueva ola de “pandering performativo”. ¿Y por qué no están incluidos? Probablemente porque sus historias no fueron diseñadas como un ejercicio de virtud señalada, sino como parte de narrativas coherentes. Barbara Gordon, tras su lesión en The Killing Joke, se reinventó como Oráculo, una genio de la tecnología que compensa su discapacidad con intelecto y estrategia. Lester, por su parte, es un cerebro criminal que usa su condición para dirigir operaciones desde las sombras. Estos personajes no necesitan magia para justificarse; su profundidad viene de sus acciones, no de su silla.
Sin embargo, los nuevos héroes “mágicos pero lisiados” parecen haber sido creados con un manual de DEI en mano. Miren las imágenes del tuit: personajes con poderes sobrenaturales, rodeados de efectos especiales deslumbrantes, pero atados a sillas de ruedas como si fuera un requisito de casting. ¿Qué mensaje nos están vendiendo? ¿Que la verdadera inclusión es mostrar a alguien con poderes divinos que, por alguna razón inexplicable, prefiere rodar en lugar de caminar? ¿Acaso no sería el primer instinto de un mago novato, al descubrir su chispa mística, intentar curarse a sí mismo? Imagínense el diálogo: “Oh, tengo la habilidad de invocar tormentas y resucitar muertos, pero prefiero quedarme en esta silla porque… ¿solidaridad?” Ridículo.
Y aquí entra la incredulidad pura. En un mundo donde Nintendo, según el tuit, está incorporando controles de movimiento a un supuesto “juego de sillas de ruedas”, uno se pregunta qué clase de genio pensó que esto era una buena idea. ¿Es un juego de carreras de sillas de ruedas con poderes mágicos? ¿Un simulador de discapacidades con un giro fantástico? La mención de los controles de movimiento sugiere un intento de involucrar a los jugadores físicamente, lo cual es admirable en teoría, pero ¿por qué limitarlo a la estética de una silla de ruedas cuando podrían haber diseñado un vehículo fantástico que eleve la experiencia? No, no, eso sería demasiado divertido. Mejor mantengamos las cosas “realistas” en un mundo donde los unicornios son moneda corriente.
Los comentarios en el hilo solo profundizan en esta fosa de lo absurdo. @KyleDWilson1
, padre de un niño en silla de ruedas, expresa su frustración con una honestidad cruda: “Tienes un mundo mágico, puedes hacer lo que quieras, y es LA MISMA MIERDA QUE EN EL MUNDO REAL. No les das una silla con patas de araña o un dispositivo flotante. No, solo una silla de ruedas.” Amén, hermano. ¿Por qué no aprovechar la libertad creativa para ofrecer algo único? En lugar de eso, parece que los consultores de DEI han decidido que la silla de ruedas es el nuevo símbolo de la virtud, un fetiche que deben adorar en cada pantalla.
Luego está @masticina
, quien apunta lo obvio: “La magia pero lisiado es el peor arquetipo nuevo porque el primer maldito hechizo que aprenderías es uno para curar tu discapacidad.” Exacto. En un universo donde la lógica narrativa debería prevalecer, ¿por qué un personaje con acceso a magia no buscaría sanarse? La única explicación plausible es que los creadores están más interesados en marcar casillas de inclusión que en contar una historia creíble. Es como si un chef decidiera servir un banquete gourmet pero insistiera en incluir puré de papas rancio porque “representa a las papas oprimidas”.
Y no olvidemos a @AWalkerart
, quien comparte imágenes de un personaje de Persona 5 que usa una plataforma móvil, un diseño que al menos intenta algo diferente. Pero incluso aquí, la crítica subyacente es clara: los fans quieren escapismo, no un reflejo de sus limitaciones diarias. Como señala otro usuario, @MartyrPanda
, “¿Eso es lo que una persona en silla de ruedas quiere hacer, jugar como alguien en una silla? ¡Vete a la mierda!” El sentimiento es compartido por muchos: en un mundo de fantasía, la gente quiere volar, pelear y explorar, no rodar por mazmorras con un guión predecible.
La obsesión fetichista por las sillas de ruedas no es nueva, pero su intensificación en 2025 parece ser un último estertor de la industria del entretenimiento, que ha visto cómo las iniciativas de DEI, tras los despidos masivos en empresas como Meta y Amazon en octubre de 2024, intentan justificar su existencia con gestos cada vez más forzados. Los resultados de búsqueda web que acompañan este debate, como el artículo de Steam sobre el impacto de las iniciativas de DEI en la industria del gaming, sugieren que estas medidas buscan “fomentar comunidades inclusivas” y “ampliar el potencial del mercado”. Pero, como señala el propio texto, si no resuenan con la audiencia, el resultado puede ser pérdidas financieras. ¡Sorpresa! Nadie quiere pagar por una fantasía que se siente como un sermón.
Tomemos el ejemplo de Reddit, donde en r/Fantasy se discute la representación de discapacidades. Personajes como Thick de Robin Hobb o Tyrion Lannister de Canción de Hielo y Fuego son elogiados por su profundidad, no por su condición. En r/truegaming, los usuarios critican la inclusividad mal ejecutada, como en juegos donde la diversidad parece un truco publicitario. Y en la Wikipedia, la lista de personajes ficticios con discapacidades incluye ejemplos variados, pero ninguno tan forzado como los del tuit de @Cyael
.
Entonces, ¿qué tenemos aquí? Una industria que, en lugar de innovar, ha caído en un bucle de pandering performativo, donde la silla de ruedas se ha convertido en un trofeo de virtud más que en un elemento narrativo. Los wokes, con su fetichismo por lo “inclusivo”, han olvidado que la fantasía existe para escapar, no para reflejar nuestras limitaciones con un lazo rosa. Mientras tanto, los fans piden creatividad, y lo único que reciben es un guion reciclado de sensibilidades modernas.
En conclusión, queridos lectores, ríanse conmigo de esta locura. Porque si el futuro de los videojuegos es un desfile de magos lisiados que podrían curarse pero eligen no hacerlo por “representación”, entonces prefiero quedarme con mi vieja consola y un dragón que no necesita permisos de DEI para volar. ¡Que viva la imaginación, y que las sillas de ruedas queden para el mundo real!
el conejo blanco