En una reveladora y absolutamente cómica declaración, la renombrada pseudoperiodista Ana Perro de Veras… Digooooooooo… Ana Pardo de Vera ha decidido iluminarnos con su brillante sabiduría lingüística, social y excelsa gimnasia mental. Durante una entrevista en la que intentaba, sin éxito, mantener algún nivel de dignidad profesional (como si antes lo tuviese), Pardo de Vera se defendió de las acusaciones de racismo después de haber tildado al reportero Bertrand Ndongo de “gorila” y asegurar que fue a empotrarla.
Según Pardo de Vera, su comentario no debería ser considerado ofensivo por varias razones, tan sólidas como la gelatina que lleva mi abuela la coja. Primero, proclamó ser una ferviente animalista, lo cual, en su lógica torcida, significa que cualquier referencia a animales es un cumplido. En su mundo, decir “gorila” es como decir “eres tan fuerte y majestuoso como un león”, solo que con menos dignidad y más pelaje.
🇪🇸 | La pseudoperiodista Ana Pardo de Vera dice que al llamar «gorila» al reportero negro Bertrand Ndongo no lo insultaba porque es «animalista» y «antirracista» y, por tanto, ese término al usarlo ella no puede ser un insulto.
Pero la justificación no termina ahí; también se autoproclamó “antirracista”, porque tiene amigos negros y los considera personas. Bajo este paraguas, Pardo de Vera argumenta que el término “gorila” no puede ser racista cuando sale de su boca, porque su intención, supuestamente, es pura, progresista y siempre correcta, porque manda su papo y sino es misoginia. En su visión, el racismo solo existe si la persona que habla no se ha declarado previamente como antirracista, lo cual, en su caso, es tan evidente como su ignorancia sobre la biología básica y la sensibilidad cultural.
La comunidad de periodistas y activistas ha reaccionado con una mezcla de incredulidad y carcajadas. Algunos han propuesto que, si seguimos esta lógica, podríamos empezar a referirnos a los periodistas como “cucarachas” bajo el argumento de que estamos “pro-insectos” y, por ende, no puede ser un insulto.
Sobre el empotramiento, no llegó a dar explicación más allá de lo que se ve en el vídeo cuando Ndongo se abalanzó hacia ella. Por ello, nuestro experto en empotramientos, Larry Kaverga, ha explicado por qué no dio la explicación: “El empotramiento por un negro siempre es difícil, porque nunca se está preparado y asusta… De ahí la ausencia de comentarios, porque es la primera vez. Novata…” Dijo mientras se apresuraba a la farmacia a por lubricante.
Por otro lado, nuestra experta en feminismo, la Dra. Miko Ñogordo ha realizado un baile en favor de Pardo de Vera, porque, según ella: “Se ataca a una brillante profesional, porque es mujer y lo digo yo que soy otra, así que me publicáis esto u os hago un trend de acoso por misoginia” Dicho esto fue a teñirse el sobaco, porque se le veían las raíces.
Mientras tanto, Bertrand Ndongo ha respondido con la elegancia que siempre lo caracteriza, sugiriendo que si ser comparado con un gorila es un cumplido, entonces quizás Pardo de Vera debería considerarse a sí misma como un “papagayo”, en honor a su capacidad de repetir frases sin entender el contexto.
En conclusión, esta saga nos recuerda que en el mundo del periodismo, al igual que en la naturaleza, hay ciertos especímenes que, aunque raros, siguen sorprendiendo por su capacidad de desafiar cualquier noción de sentido común y decencia. Menos mal, que aún quedan medios serios, como nosotros, que nos aventuramos en esta jungla de papagayos, gorilas y otros insectos molestos…