París, 31 de marzo de 2025 – En un giro que nadie vio venir (excepto quizás los guionistas de una sitcom política), Marine Le Pen, la autoproclamada “emperatriz del patriotismo turboalimentado”, ha sido condenada por malversación de fondos en lo que los fiscales han descrito como “un caso tan obvio que hasta el croissant más despistado de Francia podría haberlo resuelto”.
El tribunal dictaminó que Le Pen, líder del partido Frente Nacional Ultra Plus Turbo (o como lo llaman sus detractores, “el club de fans de los gritos en mayúsculas”), desvió millones de euros destinados a campañas políticas para financiar su colección personal de bustos de Napoleón en oro macizo y un suministro vitalicio de queso brie envejecido en cuevas secretas. “¡Es una persecución política!”, gritó Le Pen desde los escalones del juzgado, mientras agitaba una bandera tricolor y accidentalmente golpeaba a un mime desprevenido.
Fuentes cercanas a la investigación revelaron que las pruebas incluían selfies de Le Pen posando junto a pilas de billetes etiquetados como “dinero para la patria”, así como un diario detallado titulado “Cómo financiar mi imperio galáctico sin que nadie se dé cuenta”. Los fiscales también señalaron una factura sospechosa de 300.000 euros por “servicios de consultoría patriótica” prestados por su gato, Monsieur Liberté, quien aparentemente no presentó declaración alguna.
El juez, visiblemente agotado tras el juicio, sentenció a Le Pen a devolver los fondos y a realizar 500 horas de servicio comunitario enseñando civismo a palomas parisinas. “Espero que esto le enseñe que el dinero público no es para caprichos ultranacionalistas”, declaró, mientras el público en la sala aplaudía y lanzaba baguettes simbólicas al aire.
En respuesta, Le Pen anunció que apelará la sentencia, afirmando que “el verdadero crimen es que Francia no me ha coronado reina todavía”. Sus seguidores, meanwhile, han comenzado una campaña en redes sociales con el hashtag #LibertadParaMarineYElBrie, que hasta el momento solo ha generado memes de gatos con boinas.
La política francesa, siempre un circo, acaba de añadir un nuevo acto estelar.