En una revelación que ha sacudido el tranquilo mundo del kebab en Jaén, se ha descubierto una red de mafiosos del shawarma que operan bajo la fachada de los típicos locales de comida rápida. Según fuentes anónimas que prefieren no ser identificadas (principalmente por temor a recibir un kebab en la cabeza), estos mafiosos han estado ofreciendo “trabajo a cambio de papeles” a inmigrantes desesperados.
La operación ha sido descrita como una cadena de suministro humano donde los trabajadores, en lugar de recibir salarios, obtienen promesas de visados y permisos de trabajo. “Es como un kebab de promesas”, comentó un funcionario local, mientras intentaba no reírse con la boca llena de falafel.
Los investigadores encontraron documentos que detallaban contratos donde se estipulaba que los empleados debían trabajar 18 horas al día, siete días a la semana, a cambio de un “quizás” sobre su situación legal. “Es moderno, es innovador, es el capitalismo puro”, declaró sarcásticamente un portavoz de los derechos laborales.
Uno de los trabajadores rescatados, cuyo nombre no podemos revelar por razones obvias (pero digamos que se llama “Juan”), describió su experiencia: “Pensé que estaba comprando un boleto a la libertad, pero terminé esclavo de una máquina de carne giratoria. Al menos, el hummus era bueno”.
La policía de Jaén ha comenzado una campaña para liberar a estos “esclavos del kebab”, aunque algunos locales han respondido con ofertas de “dos por uno en kebabs para los agentes de la ley”.
Mientras tanto, la comunidad local se ha dividido. Por un lado, hay quienes piden justicia; por otro, están los que simplemente no quieren dejar de disfrutar de su kebab favorito. “Si cierran todos estos locales, ¿dónde voy a ir a las 3 de la mañana?”, se lamentó un residente noctámbulo.
En conclusión, la ciudad de Jaén se encuentra en una encrucijada: ¿continuar disfrutando del sabor de la libertad en forma de kebab o luchar contra la explotación laboral? Mientras tanto, los mafiosos del kebab, probablemente, están planeando su próximo menú… o su próxima fuga.
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