En una movida que ha sacudido los cimientos del patriarcado (y los estómagos de los niños), las madres del colegio Hispalis en Sevilla han decidido boicotear la clase del día 8, declarando una huelga. La razón: evitar al profesor de matemáticas, conocido en los pasillos como el “Profesor Chiflado”, cuya afición por devorar bocadillos ajenos. Ha trascendido lo anecdótico para convertirse en un símbolo de la opresión masculina del cisheteropatriarcamachirulado falócrata.
Según fuentes fidedignas (léase, madres ultraenfadadas con bocatas de sobra), este profesor, que prefiere mantener el anonimato porque, al fin y al cabo, tiene la boca demasiado ocupada, ha sido descubierto en múltiples ocasiones comiéndose los bocadillos de los niños antes y durante la hora del recreo. Pero esto no es solo una cuestión de hambre; es un claro acto de dominación patriarcal por violencia vicaria hambrunil.
“Es un símbolo de la apropiación masculina sobre lo que es inherentemente de las mujeres: la nutrición de nuestros hijos,” declaró una madre, mientras preparaba bocadillos con doble ración de jamón para compensar las pérdidas. “Cada mordisco que da a esos bocadillos es un mordisco a nuestra autonomía, independencia, libertad, empoderamiento y a la seguridad alimentaria de nuestros pequeños.”
Los rumores sugieren que este profesor ha sido entrenado por una sociedad secreta de pedagogos machistas, racistas, gordófobos y cisheteropatriarcales cuya meta es minar la confianza de las madres y mantener a los niños en un estado constante de hambre, lo cual, según estudios que nadie ha visto, pero que tenéis que creer, porque para eso soy una periodista feminista empoderada, fomenta la dependencia emocional y nutricional de los varones.
Además, Diario ASDF ha consultado estos hechos con la excelentísima Dra. Miko Ñogordo, experta en la Universidad de TikTok para que nos explique en detalle la gravedad de la situación. Tras dejar de mover el culo para su último vídeo, nos dijo lo siguiente: “Seguro que primero se come los de las niñAs, porque es un cerdo misógino. Así nos mantiene sumisas y débiles, aunque si se come el de los niñOs mejor, porque son totalmente prescindibles” Sentenció mientras volvió a su perreo feminista.
La directiva del colegio, por su parte, ha reaccionado con un silencio ensordecedor, probablemente porque están ocupados escondiendo sus propios bocadillos o envenenándolos para dárselos, porque toda estructura patriarcal es violenta. Mientras tanto, las madres se han organizado para crear una red de apoyo donde no solo se intercambian recetas de sándwiches indigeribles para el profesor, sino también estrategias para educar a sus hijos en la resiliencia frente al patriarcado.
El día 8, el colegio Hispalis será un campo de batalla silencioso, donde la ausencia de niños con sus bocadillos será un poderoso manifiesto de resistencia feminista empoderada con los sobacos más peludos de todos. El mensaje es claro: no se trata solo de un bocadillo, es de la lucha por un mundo donde las niñas puedan comer sus meriendas sin miedo a que un profesor con hambre de poder se las robe, las oprima y digámoslo: Mate o viole, porque eso dice el dogma.
Mantente alerta, porque en esta guerra de bocadillos, cada mordida cuenta.