Fotonoticia

El manifiesto, firmado por pedagogos, youtubers progresistas, influencers de TikTok y tres politólogos que aún no han encontrado trabajo, plantea que si los adolescentes pueden tatuarse a Bad Bunny, también pueden decidir el futuro del país.

Adolescencia: la nueva frontera democrática

Más de 60 expertos autodenominados como “intelectuales de referencia en la era del algoritmo” han firmado un manifiesto titulado “La Democracia no tiene arrugas: derecho al voto adolescente ya”, en el que proponen rebajar la edad de voto a los 16 años, y en algunos casos incluso “a 14 si el joven ya ha leído un artículo delDiario.es por voluntad propia”.

El documento, divulgado este lunes en el foro Pensamiento Woke y Nuevas Narrativas de Empoderamiento Electoral, plantea que los jóvenes de 16 años poseen una madurez “suficientemente desarrollada como para entender que Abascal no es un personaje de anime, sino alguien real”.

Según los firmantes, “la juventud es nuestro futuro, pero si no les dejamos votar pronto, su futuro será votar a Ayuso por rebeldía, y ahí ya no hay futuro que valga”.


“Hay que frenar el avance fascista en TikTok”

Uno de los firmantes más influyentes del manifiesto es el influencer educativo @MarxismoConFiltros, que cuenta con más de 600.000 seguidores y cuyo canal trata sobre “economía decolonial para gente con déficit de atención”.

“Yo mismo fui adoctrinado por vídeos de Jordan Peterson cuando tenía 17 años”, explica. “Lo superé, pero no todos tienen mi resiliencia política. Por eso debemos adelantarnos y permitir que voten antes de que les salga barba y empiecen a ver vídeos de Milei doblados al español neutro”.

El manifiesto alerta del peligro de que “las nuevas generaciones, si no se les da un marco de referencia político estable, acaben creyendo que la libertad consiste en hacer lo que quieran con su dinero”. Para evitarlo, proponen que desde los 16 años los jóvenes puedan votar y, opcionalmente, recibir una caja mensual con pegatinas antifascistas y galletas veganas.


La propuesta: voto desde los 16 y sesiones de TikTok pedagógico

La propuesta central incluye:

  • Rebajar la edad mínima para votar a los 16 años, aunque podría evaluarse su ampliación a los 15 “si el menor ha participado en una huelga estudiantil o ha ido al cine a ver Las gentiles”.
  • Sustituir la tradicional jornada de reflexión por una “Jornada de Conciencia Climática”, en la que los votantes menores puedan meditar sobre su impacto medioambiental antes de elegir papeleta.
  • Eliminar los colegios electorales de zonas con franquicias de Telepizza, “pues eso atrae votantes de centro-derecha”.

El documento también sugiere que “si a los 16 años puedes pagar impuestos trabajando en Glovo, deberías poder votar para intentar cambiar eso y, de paso, abolir a los jefes en general”.


Expertos (sin oposición aprobada) avalan la idea

Entre los firmantes hay profesores de secundaria, activistas climáticos que han pintado tres museos y varios psicólogos educativos. Uno de ellos, el doctor Estanislao Cuenca, asegura que “el cerebro humano termina de desarrollarse a los 25 años, pero la conciencia progresista puede activarse con una dosis adecuada de indignación y series de Netflix”.

El doctor Cuenca, famoso por su teoría de que “la democracia debe ser un espacio seguro donde no ganen los que nos caen mal”, afirma que la ultraderecha ha aprendido a usar memes “con eficacia letal”, y que la única forma de combatirlo es “con votantes jóvenes que aún no tienen hipoteca ni saben qué es el IRPF”.


Reacciones desde el Congreso

La propuesta ha generado división entre los partidos. Desde el PSOE, un portavoz ha declarado que “nos parece estupendo, de hecho proponemos ir más allá: voto a los 16 y cursillo obligatorio de Ana Iris Simón para quienes tengan más de 50”.

En cambio, desde VOX han reaccionado enérgicamente: “¡Primero fue la EBAU adoctrinadora, luego los dibujos animados con diversidad, y ahora quieren que el presidente del Gobierno sea alguien que aún cree en los Reyes Magos!”, exclamó Espinosa de los Monteros, que apareció espontáneamente aunque ya no tiene cargo.

Sumar, por su parte, ha convocado una asamblea para valorar la propuesta, aunque de momento han tenido que posponerla porque no se ponían de acuerdo sobre si las votaciones deben hacerse con clickers, a mano alzada, o por sorteo popular con baraja de tarot.


¿Qué opinan los jóvenes?

Para entender mejor la perspectiva juvenil, entrevistamos a varios adolescentes de 16 años:

Ainhoa (16, Murcia): “Me parece guay votar, pero solo si el sobre es biodegradable. Si no, me rayo”.

Kevin (16, Tarragona): “Yo votaría por Ibai. O por el que diga Ibai. Pero si no se presenta, igual me abstengo y hago un directo comentándolo”.

Luna (16, Bilbao): “Votar está bien, pero ¿te puedes llevar el sticker? Si no hay sticker, paso”.


Conclusión: adolescencia es democracia, siempre que no gobierne el enemigo

El manifiesto concluye con una reflexión potente: “No es que queramos manipular el voto joven, es que el voto joven ya está manipulado por la música urbana. Y si la derecha ha sabido infiltrarse en el perreo, nosotros debemos responder con democracia juvenil, reguetón consciente y urnas con luces LED”.

Fuentes cercanas al Ministerio de Juventud han adelantado que si la propuesta prospera, se estudia introducir una nueva modalidad de sufragio electrónico en la que los adolescentes puedan votar deslizando a la izquierda (progresismo) o a la derecha (expulsión inmediata del censo electoral).

Y así, con glitter, TikToks y manifiestos con palabras como sistémico, interseccional y sostenible, España avanza hacia una democracia donde el futuro lo decidan quienes aún no pueden entrar en una discoteca, pero sí cambiar el mundo. Al menos, si no está gobernando la ultraderecha.

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