En un giro que huele a podrido como el pescado de oferta del día, Mercadona ha anunciado un aumento salarial del 20% para sus empleados en 2025. Sí, has leído bien, un 20%, justo a tiempo para las próximas elecciones. ¿Coincidencia? ¡Ni hablar! Esto es claramente una estratagema socialista para comprar votos con nuestro dinero y arruinar la economía con aún más inflación.
“Es una traición a los valores del trabajo duro y el mérito”, exclamó un miembro de la asociación de empresarios conservadores, probablemente mientras miraba su cuenta bancaria para ver si podía contratar a alguien por menos. “¿Y qué pasa con los pequeños comercios? ¿Quién va a pensar en ellos mientras Mercadona juega a Santa Claus con los sueldos de sus empleados?”, añadió, como si los pequeños comercios no hubieran estado ya en una lucha titánica contra los gigantes de la distribución.
Los expertos económicos, aquellos que usualmente predicen el fin del mundo cada vez que alguien estornuda en bolsa, han advertido que este aumento salarial podría llevar a un aumento de precios tan descomunal que pronto estaríamos pagando 10 euros por un paquete de galletas María. “Este es el camino hacia la hiperinflación”, pronosticó uno, con un tono que sugería que ya había preparado su búnker.
Los empleados de Mercadona, por su parte, han reaccionado con una mezcla de alegría y sospecha. “Es como recibir una medalla de oro y luego descubrir que es de chocolate”, comentó un trabajador anónimo, probablemente mientras calculaba cuánto tiempo tardaría este aumento en desaparecer con el aumento del costo de vida.
Pero, amigos, no nos dejemos engañar. Este aumento no es por amor al trabajador, sino un intento de la izquierda de hacernos creer que están haciendo algo por el pueblo mientras nos llevan a la ruina. “Es el pan y circo de los tiempos modernos”, dijo un político de extrema derecha, con una seriedad que solo se ve cuando hablan de impuestos o de derechos de los trabajadores.
Y, ¿qué decir de la productividad? Con este aumento, ¿se trabajarán más o menos horas? ¿Se mejorará el servicio o veremos a los empleados contando su dinero nuevo mientras los clientes esperan? “Esto va a hacer que la gente sea perezosa, trabajarán menos y pedirán más”, teorizó un comentarista conservador, como si el aumento salarial fuera una garantía de ociosidad.
Así que, mientras los empleados de Mercadona celebran su incremento salarial, nosotros, los verdaderamente preocupados por la economía y el futuro de nuestro país, debemos estar alertas. Este aumento no es más que una trampa disfrazada de generosidad, una maniobra para adormecer a la masa con promesas de prosperidad mientras se prepara el terreno para más intervencionismo y más control estatal sobre nuestras vidas. ¡Que Dios nos coja confesados!