**Metiéndonos los Pronombres a la Fuerza: El Último Desliz de Ruckus Games en la Saga Woke del Gaming**
¡Qué maravilla! Otro día, otro estudio de videojuegos que decide que lo que los jugadores *realmente* queremos es un sermón sobre ideología de género antes de siquiera tocar un mando. Ruckus Games, un flamante equipo formado por veteranos de Gearbox, Riot y Bethesda, ha decidido que su título debut —un shooter RPG cooperativo que promete ser todo sobre “aplastar, agarrar y crecer”— necesita un campo obligatorio de selección de pronombres para inscribirse en su prueba de juego. Porque nada grita “acción explosiva y armas absurdas” como tener que marcar una casilla con “Él/Éllos”, “Ella/Ellas”, “Elle/Elles” o el siempre útil “Otro”. Sin opción de saltarlo, sin posibilidad de decir “no, gracias”, sin manera de simplemente gritar: “¡Oye, estoy aquí para disparar cosas, no para reflexionar sobre mi identidad!” Bienvenidos a 2025, donde hasta los videojuegos vienen con un acompañamiento de moralina progresista. [Ref: https://thatparkplace.com/ruckus-games-requires-players-to-select-pronouns-to-join-playtest-for-new-game/]
Pongámonos en situación. Ruckus Games, con base en el mismísimo corazón de Texas, está promocionando su shooter cooperativo sin título como “una realidad diferente, algo nunca visto antes”. Suena genial, ¿verdad? Un enfoque fresco para el género, lleno de armas estrafalarias como una tostadora que dispara sierras o una hidrolavadora convertida en lanzallamas. ¡Me apunto! Inscríbeme para un poco de diversión caótica invadiendo barrios virtuales. Pero espera, ¡alto ahí! Antes de que pueda siquiera soñar con abrirme paso a tiros por un vecindario digital, tengo que declarar mis pronombres. No los de mi personaje, ojo, *mis* pronombres. Porque, al parecer, Ruckus Games cree que mi experiencia de juego no estará completa sin confesar al mundo si me identifico como “Él”, “Ella”, “Elle” o un misterioso “Otro”. ¿En serio? ¿Esto es lo que los genios detrás de Borderlands consideran una innovación?
No me malinterpretes. Me encantan los videojuegos. Soy de los que se pasan horas perfeccionando builds, explorando mundos abiertos y riéndome con armas ridículas que disparan pollos explosivos. Pero lo que no me apetece es que me obliguen a participar en un experimento social para poder probar un juego. ¿Qué tiene que ver mi identidad de género con mi capacidad para disparar a un alienígena o saquear una casa virtual? Absolutamente nada. Y, sin embargo, aquí estamos, con Ruckus Games exigiendo que todos los playtesters se sometan a este ritual woke antes de siquiera descargar el cliente de prueba. Es como si, para entrar a un restaurante, te obligaran a declarar tu orientación política o tu signo zodiacal. “Oh, lo siento, no puedes comer nuestro delicioso filete a menos que confirmes si eres Libra o Tauro”. Ridículo.
Y no es que Ruckus Games esté rompiendo nuevos caminos aquí. Esta obsesión con los pronombres se ha convertido en el pan de cada día en ciertas esquinas de la industria del gaming. Desde formularios de registro hasta perfiles de personajes, las empresas están desesperadas por demostrar lo “inclusivas” son, aunque eso signifique alienar a una buena parte de su base de jugadores. ¿Quién pidió esto? ¿De verdad hay una legión de gamers clamando por más casillas de género en sus formularios? Porque yo no los he visto. Lo que sí veo son hilos en X, Reddit y foros donde los jugadores están hartos de que les metan estas cosas a la fuerza. “Solo quiero jugar”, dice un usuario en X. “¿Por qué tengo que declarar mi género para probar un shooter? ¿Qué sigue, un ensayo sobre mi orientación sexual para desbloquear el modo multijugador?” [Ref: Búsqueda en X]. Exacto, amigo, exacto.
Lo irónico es que Ruckus Games parece pensar que esto es una jugada maestra de relaciones públicas. “¡Miren qué chicos, somos inclusivos! ¡Nos preocupamos por todos!” Pero, ¿a qué costo? Porque forzar a los jugadores a seleccionar pronombres no es inclusivo; es coercitivo. Es decir, si no quieres participar en este juego de identidades, estás fuera. No hay opción para decir “prefiero no compartir” o “esto no es relevante”. Es un mandato, puro y duro. Y para colmo, la lista de pronombres no es precisamente corta. Además de los clásicos “Él/Éllos” y “Ella/Ellas”, tienes “Elle/Elles” y “Otro”, lo que abre la puerta a un sinfín de posibilidades que, francamente, no tienen nada que ver con el juego. ¿Qué pasa si elijo “Otro”? ¿Me van a pedir que especifique? ¿Tendré que inventar algo como “Zir/Zem” para que el algoritmo woke me deje en paz? Es absurdo.
Y no nos engañemos, esta no es solo una molestia menor. Es un síntoma de un problema más grande en la industria del gaming: la creciente influencia de una agenda ideológica que prioriza la virtud sobre la diversión. Los videojuegos solían ser un escape, un lugar donde podías ser un mago, un soldado espacial o un fontanero con bigote sin que nadie te preguntara por tu identidad en la vida real. Pero ahora, parece que cada nuevo lanzamiento viene con un manual de corrección política. Desde personajes no binarios metidos con calzador hasta diálogos que suenan como si hubieran sido escritos por un activista de Twitter, la industria está decidida a recordarnos que no podemos simplemente disfrutar de un juego sin reflexionar sobre las complejidades del género. ¿Y Ruckus Games? Ellos han subido la apuesta al hacer que esta tontería sea un requisito para incluso *probar* su juego.
Hablemos de la hipocresía por un segundo. Ruckus Games está basado en Texas, un estado que no exactamente conocido por abrazar la ideología de género con los brazos abiertos. ¿De verdad creen que su base de jugadores —que probablemente incluye a muchos fans de Borderlands criados con humor irreverente y caos sin filtros— va a aplaudir esta decisión? ¿O es que están tan desconectados de su audiencia que piensan que todos estamos ansiosos por compartir nuestros pronombres antes de disparar un lanzacohetes con forma de guitarra? Mira, si quieres incluir opciones de personalización, ¡perfecto! Deja que los jugadores elijan los pronombres de sus personajes, sus peinados, sus armaduras, lo que sea. Pero no me obligues a mí, como persona, a declarar algo personal e irrelevante para acceder a tu juego. Eso no es inclusión; es una invasión.
Y luego está el tema de la ejecución. Según el artículo de That Park Place, el formulario de inscripción para el playtest no solo te obliga a seleccionar un pronombre, sino que también pide información personal como nombre, correo electrónico y país de residencia. ¿Por qué demonios necesitan mis pronombres para un playtest? ¿Van a personalizar la experiencia de juego según si soy “Él” o “Elle”? ¿Me van a dar un arma diferente si elijo “Otro”? Porque si no, entonces esto es solo una señal de virtud barata, una manera de decir “miren lo progresistas que somos” sin ofrecer nada tangible a cambio. Y si de verdad están usando esta información para algo en el juego, entonces me preocupa aún más, porque suena como una receta para un desastre narrativo. Imagina un shooter cooperativo donde los NPCs te llaman por tus pronombres en medio de una batalla. “¡Cuidado, Elle/Elles, hay un alienígena a tu izquierda!”. Por favor, no.
Lo que más me cabrea es la falta de opciones. Si Ruckus Games realmente quisiera ser inclusivo, incluiría una casilla para “No deseo especificar” o simplemente haría el campo opcional. Pero no, ellos han decidido que todos debemos jugar según sus reglas, sin importar si estamos de acuerdo o no. Esto no es solo una molestia; es una falta de respeto hacia los jugadores que solo quieren disfrutar de un juego sin meterse en debates ideológicos. Y no me vengas con que “es solo un formulario, no es para tanto”. Sí, es para tanto. Porque cada vez que una empresa cede ante esta mentalidad, se envalentona a otras a hacer lo mismo. Hoy es un formulario de pronombres; mañana es un cuestionario sobre tu postura en temas sociales para desbloquear el modo campaña. ¿Dónde termina?
En X, los jugadores ya están haciendo ruido al respecto. Un usuario lo resumió perfectamente: “¿Por qué no puedo simplemente jugar un juego sin que me pidan que declare mi identidad? Esto no es un formulario de empleo, es un shooter”. Otro comentó: “Ruckus Games está en Texas, pero actúan como si estuvieran en la burbuja de San Francisco. ¿Quién les pidió esto?” [Ref: Búsqueda en X]. La desconexión es palpable. Los jugadores no quieren sermones; quieren juegos. Y si Ruckus Games no lo entiende, se van a encontrar con un playtest muy vacío.
https://x.com/Grummz/status/1939747687232106791
Al final, lo que me saca de quicio es la arrogancia. Ruckus Games asumió que podían imponer esta tontería sin consecuencias, como si los jugadores fuéramos un rebaño de ovejas felices de seguir cualquier moda woke que nos pongan delante. Pero los gamers no son así. Somos un grupo ruidoso, obstinado y apasionado que no tiene miedo de decir “basta” cuando las cosas se pasan de la raya. Así que, Ruckus, aquí va un consejo gratis: centren su energía en hacer un juego divertido, con armas locas y mecánicas sólidas, y dejen las cruzadas ideológicas para los foros de internet. Porque si sigues por este camino, lo único que vas a “aplastar, agarrar y crecer” es el número de jugadores que pasan de tu juego.
https://youtu.be/1lddkop-FTE?si=XyDqDXuKOZq35LXH