La manifestación convocada para exigir la dimisión de Pedro Sánchez rompe todas las previsiones: se esperaban dos, llegaron cuatro, y en pleno clímax… ¡se sumaron dos más!
Madrid, 8 de junio de 2025. La Puerta del Sol ha vuelto a ser testigo de un acontecimiento histórico, aunque esta vez no por la magnitud del evento, sino por su épica… contenida. La manifestación convocada por miembros del Partido Popular y asociaciones de “patriotas comprometidos con la democracia y los rosarios en la política” para exigir la dimisión inmediata de Pedro Sánchez ha sido calificada como un “éxito sin precedentes”.
La previsión inicial era austera: dos asistentes, un megáfono, y la ilusión de cambiar el rumbo del país a golpe de pancarta casera. Sin embargo, la sorpresa llegó a las 11:37 de la mañana, cuando aparecieron dos personas más, una de ellas con una silla plegable y otra con un perro (que según fuentes presentes “no era facha, pero estaba a favor de los piensos patrios”).
A las 11:59, y justo cuando el portavoz improvisado del grupo (un jubilado que pasaba por allí y se quedó por curiosidad) comenzó su alegato contra “el sanchismo radical bolchevique”, otras dos personas se sumaron al evento. Una de ellas era la madre de uno de los asistentes, que venía a llevarle un bocadillo. Pero, según los organizadores, “toda presencia cuenta, incluso la involuntaria”.
“No es el tamaño, es el simbolismo”
El Partido Popular no tardó en emitir un comunicado urgente celebrando la convocatoria como “una de las más multitudinarias manifestaciones espontáneas de los últimos tiempos”, destacando que “ha venido más gente que la prevista, lo cual demuestra que el pueblo está harto, pero aún no ha terminado de desayunar”.
Algunos medios afines, como La Caverna TV y Noticias Desde el Búnker, titularon con entusiasmo:
“El pueblo ruge: Sánchez acorralado tras histórica movilización”, acompañando sus portadas con fotos convenientemente recortadas en las que el mismo señor aparece tres veces desde distintos ángulos.
Momentos destacados de la jornada:
- Una señora se acercó creyendo que regalaban embutido, pero al ver la pancarta de “Pedro dimisión” dijo que se quedaba “porque total, no tenía nada que hacer”.
- Un espontáneo con gorra de España se ofreció para “poner algo de música de Manolo Escobar”, pero su altavoz no tenía batería. Lo intentó con su móvil, pero se le acabaron los megas.
- Un periodista confundió la manifestación con una reunión de Pokémon GO, lo cual incrementó momentáneamente la asistencia hasta 9 personas, aunque se fueron decepcionadas al no encontrar un Pikachu azul.
Los grandes ausentes
Ni Feijóo ni Ayuso acudieron a la manifestación. El primero alegó “problemas de agenda” (estaba en una cata de mariscos en Galicia), y la segunda prefirió no mezclarse con “la base”, por si eso implicaba contacto físico con ciudadanos de a pie.
Sin embargo, varios dirigentes regionales del PP emitieron tuits ambiguos con mensajes como “Hoy más que nunca, España late”, acompañados de selfies en terrazas de playa con un café cortado.
Reacciones del Gobierno
Fuentes cercanas a Moncloa afirman que Pedro Sánchez, al ser informado de la manifestación, preguntó:
“¿Cuántos han ido? ¿Seis? Bueno, eso es un grupo de WhatsApp”.
Aun así, se ha reforzado la seguridad en la sede del PSOE “por si los seis se organizan en pelotón”.
Posibles réplicas
Al finalizar el evento, uno de los asistentes gritó: “¡Esto no se acaba aquí!”, mientras recogía su silla y se alejaba lentamente. Se ha anunciado que se baraja una segunda convocatoria en julio, esta vez con objetivo ambicioso: reunir hasta diez personas y un altavoz que funcione.
Los organizadores aseguran que “con un poco de suerte y si no hace mucho calor, podemos llenar una esquina entera de la Plaza de Colón”.
Y mientras tanto…
Pedro Sánchez sigue en Moncloa, probablemente sin enterarse aún de que estuvo a punto de dimitir si no fuera porque el perro de uno de los manifestantes tenía pipí.