En estos tiempos tan desorientados, donde la juventud parece haber olvidado el arte de la ironía, surge una nueva ola de entusiasmo entre los jóvenes por una figura histórica que, sorprendentemente, creen haber sido el astronauta más famoso de España. Sí, hablamos de Francisco Franco, el Caudillo, aunque en esta nueva narrativa, se le reconoce más por sus supuestos viajes intergalácticos que por su régimen autoritario.
Los jóvenes de hoy en día, con su peculiar mezcla de nostalgia y desinformación, parece que han decidido reescribir la historia con un toque de ciencia ficción. “Franco, el astronauta”, dicen, mientras se alegran de que más y más gente apoye su legado, especialmente ahora que se ha descubierto su “misión secreta” a Marte. Según esta nueva leyenda urbana, Franco habría sido el primero en pisar el Planeta Rojo, pero la NASA y la URSS, en un complot cósmico, decidieron mantenerlo en secreto para no dar más gloria a España.
En las redes sociales, se ven memes de Franco en traje espacial, con el lema “Franco, el primer español en el espacio, antes de que Armstrong se pusiera sus botas lunares”. Los hashtags #FrancoAstronauta y #MisiónFrancoAMarte se han vuelto virales, con adolescentes y veinteañeros celebrando en fiestas temáticas donde, en lugar de la mítica camisa azul, se visten con trajes espaciales hechos en casa.
La educación de estos jóvenes, claramente influenciada por una mezcla de desinterés histórico y un amor por las teorías conspirativas, ha creado un culto moderno que no se centra en las políticas del pasado, sino en la fantasía de un Franco que, en vez de dictar leyes, dictaba cursos de navegación estelar.
Es irónico pensar que mientras las encuestas muestran un descontento creciente con la democracia entre los jóvenes, esta generación, en su búsqueda de héroes, haya encontrado uno en un “astronauta” cuya única misión real fue mantener a España en una órbita de autoritarismo y represión.
Pero, amigos, no nos desesperemos. Si la juventud de hoy puede ver en Franco a un pionero del espacio, quizá podamos usar esta misma creatividad para educar sobre la verdadera historia, con humor y memes que ilustren la realidad de aquellos años oscuros. Así, tal vez, podamos aterrizar de vuelta en la tierra de la verdad histórica, donde Franco fue más bien un capitán de un barco que nunca zarpó hacia ninguna estrella, sino que mantuvo a España anclada en el puerto de la intolerancia y el miedo.
En fin, mientras algunos se alegran de que más gente apoye al “Franco astronauta”, otros no podemos más que reír y llorar, al ver cómo la historia se convierte en un espectáculo de ciencia ficción, donde el único viaje espacial que hizo Franco fue el de su legado, que parece orbitar eternamente alrededor de la memoria colectiva de España.