Madrid, 25 de febrero de 2025 – En un país donde el ridículo es moneda de curso legal, las lumbreras del comercio sexual online han encontrado al santo grial del marketing: José Luis Ábalos, el exministro que pasó de firmar decretos a protagonizar titulares que harían vomitar a un guionista de serie Z. Con el eslogan «Aquí, las favoritas de los ministros», estas webs han decidido que nada vende mejor un rato de placer que asociarlo al aroma de maletín sudado y reuniones a media luz. España, señores, siempre marcando tendencia.
La campaña es tan absurdamente brillante que merece un Nobel del cinismo: Ábalos, o al menos una versión pixelada que grita “soy él, pero no lo digas”, aparece en banners con un maletín en una mano y un guiño que dice “confía en mí, sé lo que hago”. «Nos lo puso en bandeja», balbuceó entre carcajadas una supuesta genio del márketing que seguro se hace llamar “La Madrina de Koldo”. «Si ya te lo cuentan en prime time, ¿para qué inventar? Esto es sostenibilidad publicitaria». Y tiene razón, porque reciclar basura política para vender favores carnales es el ecologismo que este país merece.
Los “servicios estrella” son un poema: «El Koldo Turbo», para los que quieren rapidez y cero testigos; «La Moción de Placer», con extras que ni el BOE se atreve a detallar; y el glorioso «Ábalos All-In», que incluye “transporte discreto” y una promesa de silencio que ya quisiera la mafia. Todo aderezado con un sarcasmo que corta como cuchillo de cocina: «Si él lo aprobó, ¿quién eres tú para decir no?».
En el Congreso, el circo sigue su curso: la oposición pide cabezas mientras se descojona en los pasillos, y el gobierno finge que esto es un montaje de la ultraderecha, porque obviamente Ábalos nunca pisaría un charco tan elegante. Los diputados más ingeniosos ya proponen un debate parlamentario titulado “Del escaño al reservado: un análisis”, pero nadie tiene narices de admitirlo en voz alta.
Y luego está internet, ese estercolero maravilloso donde Ábalos ya es «el sugar daddy de la patria» y «el influencer que te lleva al after». Memes como «De socialista a VIP en dos maletines» o «Cuando tu carrera política acaba en un banner de escorts» colapsan la red, mientras las webs celebran un subidón de visitas que ni el Black Friday. Total, si el escándalo es un chiste, que al menos nos riamos todos. España no está en crisis, está en su salsa.
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Páginas webs de prostitutas se anuncian con Ábalos: «Aquí, las favoritas de los ministros». ✍️ Marcos Ondarra (@MarcosOndarra). buff.ly/3EO9U4Q