En Houston, la policía se enfrenta a un nuevo y peculiar enemigo: ratas con gustos muy refinados que han decidido darse un festín con las drogas incautadas. Sí, como lo oyen, estos roedores han encontrado su paraíso en los almacenes policiales, donde disfrutan de banquetes de marihuana y cocaína dignos de la más exclusiva fiesta clandestina.
Las autoridades, sorprendidas por la afición de las ratas a los estupefacientes, han decidido que es hora de poner fin a estas raves roedoriles. Para ello, han optado por destruir las pruebas almacenadas desde hace décadas, no sea que las ratas terminen organizando un cartel propio y reclamando territorios.
Con más de 1.200.000 evidencias, incluyendo 180 toneladas de marihuana, el almacén policial se ha convertido en el club nocturno más exclusivo para estos pequeños fiesteros. “Las ratas son las únicas que disfrutan de ella”, comentó el alcalde John Whitmire, resignado ante la situación.
Pero no todo está perdido. El fiscal del condado ha propuesto una nueva normativa que permitirá destruir las drogas incautadas antes de 2015, siempre y cuando no sean necesarias para procesos judiciales. Así, esperan desalojar a estos inquilinos indeseados y evitar que las ratas se conviertan en las nuevas reinas del narcotráfico local.
Peter Stout, presidente del Centro de Ciencias Forenses de Houston, admitió lo complicado que será lidiar con estas ratas “drogadictas”. “Este es un problema en todo el país: roedores, insectos, hongos, todos ellos adoran las drogas… es complicado lidiar con ellas”, afirmó Stout, mientras imaginamos a las ratas disfrutando de su propio festival clandestino.
En resumen, la policía de Houston tiene un nuevo desafío: acabar con la fiesta de las ratas antes de que estas decidan abrir su propio club nocturno en el almacén de evidencias. ¡La lucha contra el crimen nunca deja de sorprendernos!