Diario ASDF — Edición Definitivamente Sorprendida
España vuelve a adentrarse en su deporte nacional: la búsqueda del culpable… incluso cuando el culpable ya está oficialmente identificado por una sentencia judicial. La condena al Fiscal General del Estado por la filtración de los correos del novio de Ayuso, un caso envuelto en drama político, tertulias inflamadas y opiniones lanzadas con la misma precisión que un frisbee torcido, ha colocado al país ante una nueva pregunta imposible:
¿Quién tiene que pedir perdón ahora… si el condenado es precisamente el que tendría que recibir las disculpas o darlas?
Porque lo que parecía un caso más de acusaciones cruzadas ha terminado con un desenlace que nadie vio venir —ni siquiera los tertulianos que presumen de ver el futuro en un comentario de X (antes Twitter)—: el Fiscal General ha sido declarado responsable de la filtración. Un giro que ha obligado a reorganizar guiones televisivos, columnas de opinión y memes preparados para la otra versión del cuento.
España entra en una fase de “mareo institucional”
La sentencia ha dejado en shock a medio país. La otra mitad dice que ya lo sabía desde el principio. La tercera mitad —porque en España las matemáticas políticas funcionan por acumulación emocional— asegura que esto demuestra que el sistema está roto, que nunca estuvo bien montado, o que lo dejaron caer en algún momento entre 2016 y 2023.
Lo que está claro es que la condena al Fiscal General ha abierto una especie de vacío existencial nacional: ¿quién debe pedir perdón a quién?
- ¿Debe pedir perdón el propio Fiscal General al país?
Sería lo lógico, opinan algunos, aunque también recuerdan que en España lo lógico nunca es lo más probable. - ¿Debe pedir perdón la oposición por acusar antes de tiempo?
No, según la oposición. Ellos nunca piden perdón, solo “rectifican implícitamente” cuando cambian de tema. - ¿Debe pedir perdón el Gobierno?
Según el Gobierno, solo si la culpa recae en un miembro del Gobierno, y técnicamente el Fiscal General “va por libre”. Muy libre, al parecer. - ¿Debe pedir perdón el novio de Ayuso?
No tiene por qué, pero muchos ciudadanos opinan que pedir perdón “por si acaso” tiene buena prensa.
La situación es tan caótica que un analista del Centro Nacional de Estudios del Comportamiento Institucional (un organismo que no existe, pero cuya existencia nadie cuestiona) ha declarado:
“España ha entrado oficialmente en fase mareo institucional. Es ese momento en el que todos creen que todos deben pedir perdón, pero ninguno quiere empezar no vaya a ser que parezca débil.”
Ayuso celebra la sentencia, pero exige aún más explicaciones
Isabel Díaz Ayuso ha recibido la noticia con un comunicado que podría resumirse en una frase:
“Yo siempre tuve razón, aunque todavía no he decidido sobre qué exactamente.”
La Presidenta madrileña ha acudido a los medios visiblemente satisfecha, declarando que esta sentencia confirma “el atropello contra su entorno más íntimo” y que demuestra “la persecución política, administrativa, judicial, gastronómica y mediática” de la que dice ser víctima.
Preguntada por si va a pedir algún tipo de disculpa pública ahora que la justicia ha señalado al Fiscal General como responsable directo, Ayuso ha respondido:
“Perdón lo pedirá quien tenga que pedirlo. Yo, desde luego, no. Bastante tengo ya con defenderme de todo el mundo.”
Mientras tanto, su equipo insiste en que la sentencia “no solo es una victoria judicial, sino también una victoria moral, emocional y estética”, aunque no han aclarado si se refieren a la estética comunicativa o simplemente al físico del novio de Ayuso.
El Fiscal General: del ceño levantado al silencio administrativo
Horas después de conocerse la condena, el Fiscal General del Estado apareció brevemente ante los medios. Esta vez no levantó una ceja. Tampoco habló. Solo se limitó a suspirar, gesto que fue inmediatamente analizado por expertos:
- Un grupo de psicólogos lo interpretó como “aceptación resignada”.
- Un grupo de politólogos lo calificó de “gesto de manual para proteger la marca personal”.
- Un grupo de tertulianos decidió que era “la prueba definitiva de que estaba tramando algo”.
Lo único que sí dijo fue:
“La sentencia se acata.”
No añadió “aunque no se comparta”, y eso ha generado un debate mayor que el propio proceso judicial.
El país busca al “perdonador oficial”, figura inexistente pero muy necesaria
Según ha podido confirmar el Diario ASDF, varios partidos han sugerido la creación de una figura pública llamada “Perdonador Oficial del Estado”, cuyo trabajo sería encargarse de pedir perdón cuando nadie más quiera hacerlo.
La propuesta incluye:
- Un despacho propio.
- Un sello oficial.
- Un sueldo variable según la gravedad del perdón requerido.
- Un botón rojo para pedir perdón de urgencia en directo.
La idea ha generado apoyo inesperado en redes sociales, donde muchos celebran que esto permitiría “agilizar trámites emocionales”.
Los tertulianos entran en pánico: tienen que rehacer semanas de narrativa
Quizá el colectivo más afectado por esta sentencia han sido los tertulianos, que se han visto obligados a reescribir todos sus discursos, análisis previos y gestos enfadados.
Durante días habían interpretado el caso de manera completamente opuesta, y ahora tienen que girar con elegancia… algo que no forma parte de su entrenamiento profesional.
Según una encuesta exprés realizada por el Diario ASDF, estas son las técnicas que están utilizando:
- El giro argumental retroactivo
Consiste en afirmar que “esta posibilidad siempre estuvo sobre la mesa”, aunque nadie la mencionó jamás. - El ataque preventivo al condenado
Se presenta la condena como algo que “se veía venir” porque “en política nada es casualidad”. - El borrado selectivo de programas anteriores
Varios programas de televisión han empezado a introducir fallos técnicos sospechosamente oportunos cuando se intenta reproducir emisiones de días anteriores. - La técnica japonesa del kimono argumental
Se cambia de tema con la misma fluidez con la que se cambia un kimono bien diseñado: rápido, silencioso y sin que nadie lo note.
Los ciudadanos no saben si alegrarse, indignarse o pedir un resumen
Los ciudadanos consultados por este diario han mostrado una mezcla de incredulidad, enfado, alivio, desconcierto y deseo de una siesta larga.
Las reacciones más comunes incluyen:
- “Yo ya no sé quién tiene razón.”
- “¿Esto afecta a mi vida de alguna manera?”
- “¿Quién es exactamente el novio de Ayuso?”
- “¿Habrá serie documental?”
- “¿Esto se escribe con B o con V?” (refiriéndose a la palabra “filtración”, inexplicablemente).
Varios ciudadanos han pedido que el Ministerio de Educación habilite una asignatura opcional llamada:
“Comprender la política española I: Introducción al caos.”
Conclusión: pedir perdón en España sigue siendo ciencia ficción
Tras la sentencia contra el Fiscal General, España se ha quedado en un escenario extraño: el responsable está identificado, pero la responsabilidad colectiva sigue flotando en el aire como un globo sin dueño.
Mientras Ayuso celebra, los tertulianos improvisan, los partidos se reposicionan y los ciudadanos buscan un hilo conductor que nunca existió, queda una pregunta suspendida sobre la vida pública española:
¿Quién va a pedir perdón ahora… y para qué, si nadie piensa asumir nada?
Porque si algo ha demostrado este caso es que en España pedir perdón no es un acto político.
Es un mito. Una leyenda urbana. Un unicornio emocional.
