Madrid — Diario ASDF.
Renfe ha anunciado este martes un plan de “renovación de plantilla y modernización del espíritu ferroviario” que, según la propia compañía, marcará “un antes y un después en la historia del transporte público español, de la igualdad laboral y del despido por objetivos alegres”. El plan incluye un punto especialmente controvertido: la empresa despedirá a 200 trabajadores varones para sustituirlos por 200 mujeres con contratos indefinidos y a jornada completa.
El comunicado, difundido a las 07:30 de la mañana —hora en la que la mitad de los trenes aún están acumulando retrasos para ir calentando motores—, ha provocado un terremoto político, sindical, académico y astrológico. Desde los sindicatos de Renfe hasta el Colegio de Expertos en Ferromancia (una disciplina pseudocientífica que estudia la alineación energética de los trenes) han expresado su sorpresa ante una medida tan directa, tan específica y tan… tan Renfe.
“Es una medida valiente, moderna y con sabor a decreto de madrugada”
En la presentación oficial, la portavoz de Renfe, Manuela Pórtico, afirmó que el objetivo del programa es “actualizar la plantilla y avanzar hacia un ambiente laboral más equilibrado, más diverso y más resistente al mansplaining ferroviario”.
Cuando un periodista preguntó por qué se había optado por despedir exactamente a 200 hombres en lugar de contratar directamente a 200 mujeres sin despidos, Pórtico respondió:
“Porque la igualdad también necesita gestos simbólicos, y nada simboliza mejor el cambio que un despido masivo perfectamente redondeado”.
Aseguró además que Renfe no se había limitado a escoger el número 200 por capricho, sino que se había tenido en cuenta “una tabla comparativa complejísima basada en criterios de edad, competencias, rotación laboral y si los trabajadores varones sabían o no hacer tortilla de patatas sin cebolla”.
Según la portavoz, “muchos de los despedidos han hecho grandes aportes al sector ferroviario”, pero “es el momento de abrir las puertas del progreso”. Y añadió:
“Vamos a ser la primera empresa pública que sustituye trabajadores siguiendo estrictamente un patrón de cromosomas. Otros sectores ya lo han intentado, como el del marketing, la política o la crítica cultural, pero nadie se había atrevido a hacerlo tan descaradamente”.
¿Por qué mujeres? Renfe explica su razonamiento en un documento de 47 páginas con emoticonos
En el dossier explicativo distribuido a la prensa, Renfe señala varios motivos por los cuales, según la empresa, las mujeres son especialmente adecuadas para ocupar los nuevos puestos. El documento, titulado “Guía para la Nueva Era Ferroviaria y para que los trenes no salgan tan tarde”, incluye razonamientos como:
- “Las mujeres suelen encontrar soluciones alternativas cuando el tren llega tarde, como respirar hondo en lugar de lanzar improperios”.
- “Tienen un manejo superior del espacio en mochilas pequeñas, lo que podría traducirse en una mejor distribución de herramientas de mantenimiento”.
- “Estadísticamente, pocas mujeres creen que el tardar de un tren se soluciona golpeando la máquina expendedora”.
- “La población femenina tiene mayor tolerancia a reuniones en las que tres personas hablan a la vez pero ninguna aporta nada”.
Pero la parte más comentada del documento es un gráfico titulado “Evolución emocional media de un hombre y una mujer cuando un tren se retrasa 14 minutos”, en el que se aprecia que el estrés masculino se dispara mientras el femenino se mantiene dentro de lo que la empresa denomina “ambiente vibracional aceptable”.
Críticos del informe afirman que Renfe está cayendo en “estereotipos con forma de PowerPoint”, pero la compañía insiste en que se trata de “observaciones científicas realizadas por personal altamente cualificado durante viajes de Cercanías en hora punta, que es donde se ve el verdadero espíritu humano”.
Los sindicatos reaccionan: “¿Pero qué… perdón… qué?”
Los sindicatos mayoritarios de Renfe han recibido la noticia con una mezcla de desconcierto, enfado y deseo de pedir otro café antes de continuar hablando.
Desde la Confederación de Trabajadores Ferroviarios Perplejos (CTFP), su portavoz declaró:
“En nuestros 80 años de historia hemos visto de todo: privatizaciones, huelgas salvajes, un tren que un día llegó en hora… pero esto nos supera”.
El sindicato exige una reunión urgente para aclarar “qué criterio se utilizará para decidir quiénes son los 200 hombres despedidos”. La imprecisión ha llevado a rumores internos, como que podrían ser los que más veces hayan usado la frase “esto antes no pasaba” o quienes aparcan peor en el parking interno de Chamartín.
El Sindicato Unido del Personal que Sabe Dónde Está Cada Tornillo del AVE (SUPSTEA) afirma que la medida es “discriminatoria en ambas direcciones”: para los hombres, por razones obvias; y para las mujeres, porque “las sitúa como sustitutas por decreto, cuando todas deberían ser contratadas por méritos propios y no por una campaña de marketing con aroma a cortina de humo”.
Reacciones políticas: del entusiasmo al apocalipsis
En el Congreso, la noticia ha generado declaraciones que ya están siendo archivadas por los cronistas parlamentarios bajo la categoría de “Episodios memorables del surrealismo institucional”.
- El Gobierno aplaudió la iniciativa y declaró que es “una medida inspiradora que impulsa el empleo femenino”, aunque también pidió que los trenes “si eso, lleguen a su hora en algún momento del siglo”.
- La oposición denunció que la decisión es “una purga cromosómica impropia de una democracia avanzada” y acusó a Renfe de “despedir a hombres para contratar votos”.
- Un diputado independiente, visiblemente perdido, preguntó si esto significaba que los trenes cambiarían de color.
- El grupo mixto solicitó un informe de impacto económico, social y emocional, pero Renfe respondió que el informe “lo están terminando de maquetar, porque a la tabla 6.3 le falta una nota a pie de página que quedó muy poética”.
Mientras tanto, el Ministerio de Igualdad publicó un comunicado breve pero contundente:
“Nosotros solo pasábamos por aquí. Pregunten a Renfe”.
Reacciones ciudadanas: entre la risa, el caos y el meme
En redes sociales, el anuncio ha generado una ola de reacciones que va desde el entusiasmo hasta la comedia involuntaria.
El hashtag #Renfe200 alcanzó más de 200.000 menciones en 3 horas.
Entre los mensajes más virales destacan:
- “¿Pero las mujeres arreglarán los trenes o los harán llegar más tarde para que combinemos color de uñas con color de vagón?”
- “Renfe cambiando plantilla como quien cambia cromos en el recreo”.
- “¿Puedo ser una de las 200 mujeres si me identifico como tal solo durante la entrevista?”
- “El feminismo no pedía esto, pero tampoco lo va a rechazar si viene con contrato indefinido”.
Algunos usuarios propusieron que Renfe debería ir más allá y sustituir directamente “a todos los seres humanos por inteligencia artificial, a ver si los trenes empiezan a comportarse como dice la teoría”.
Renfe aclara: “No estamos en guerra contra los hombres, sino contra la ineficiencia… que suele tener nombre masculino”
Con la polémica creciendo, Renfe emitió una segunda nota de prensa aclaratoria en la que especificaba que “no se trata de un ataque a los trabajadores varones”, sino de “un experimento laboral avanzado diseñado por un equipo interdisciplinar que no había dormido mucho la noche anterior”.
También desmintió que se estuviera elaborando un segundo plan que consistiera en sustituir a los interventores por mujeres “capaces de pedir los billetes sin que el pasajero experimente una súbita desintegración del alma”.
Aun así, la compañía sí confirmó que estudia programas similares para otros departamentos, como:
- Sustituir a los revisores que piden el billete con desgana por otros que lo pidan “como si fuese un ritual sagrado”.
- Reemplazar al personal que anuncia retrasos por megafonía con voces que “transmitan calma, dulzura y una pizca de resignación zen”.
- Crear un departamento de “gestión emocional de retrasos” atendido por personal especializado en abrazos metafóricos.
¿Qué opinan las mujeres? “Pues depende a qué hora entre mi turno”
Las asociaciones feministas han reaccionado con matices. La Federación Nacional de Mujeres que Opinan de Todo (FENAMOOT) afirmó que “la iniciativa es positiva si mejora las condiciones laborales”, pero criticó que Renfe presentara la medida “como si fuera un truco mágico para resolver problemas estructurales”.
Una portavoz resumió la postura así:
“Está bien que se contrate a más mujeres, pero nos habría gustado que el motivo no fuera ‘es que vamos a echar a 200 tíos’, sino ‘es que nos hemos dado cuenta de que la gente quiere trenes que funcionen’”.
También se han oído voces que celebran la medida por un motivo puramente práctico:
“Los hombres despedidos tendrán más tiempo libre para hacer lo que siempre dicen que no pueden: poner lavadoras”.
¿Qué pasará ahora?
Renfe ha anunciado que el proceso de despidos y nuevas contrataciones comenzará en diciembre, “siempre que los trenes lleguen a tiempo para firmar los papeles”.
Los 200 hombres afectados serán informados personalmente, aunque la empresa no ha especificado cómo, lo que ha generado temor sobre si recibirán la noticia:
- por carta certificada,
- por WhatsApp,
- o en forma de aviso por megafonía (“Atención, atención: el trabajador situado en el asiento 3B queda despedido. Gracias por viajar con Renfe”).
Las 200 mujeres contratadas comenzarán a trabajar en enero y participarán en un curso de formación que incluye:
- ergonomía ferroviaria,
- gestión del caos planificado,
- autodefensa contra señores que explican cómo funciona un tren,
- y una asignatura novedosa: “Retraso estructural avanzado: teoría y práctica”.
Conclusión: Renfe vuelve a reinventarse… para bien o para mal
La decisión de despedir a 200 hombres para contratar a 200 mujeres ha colocado a Renfe en el centro del debate público. Algunos ven una apuesta por la igualdad. Otros, una discriminación descarada. Y otros simplemente se preguntan si esta vez la empresa está tratando de desviar la atención de lo de siempre: los trenes que llegan tarde.
Pero lo que está claro es que, por primera vez en meses, Renfe ha conseguido que el país hable de algo relacionado con la compañía que no es un retraso de 40 minutos.
Y para muchos, solo eso ya es un milagro ferroviario.
