glovo de la armada

Madrid. Lo que parecía un movimiento geopolítico arriesgado y solemne —el envío de un buque de la Armada para escoltar a la flotilla rumbo a Gaza— ha terminado convertido en la anécdota internacional más divertida de la semana. El presidente Pedro Sánchez, con su habitual tono solemne de telepredicador socialista, anunció ayer que España no se quedará de brazos cruzados ante el drama humanitario y que, para demostrarlo, enviará al patrullero oceánico Furor.
Eso sí: con un pequeño detalle que se le olvidó mencionar al Congreso… el barco viajará cargado de hummus, pan de pita y botellas de Aquarius sabor limón, lo que lo convierte oficialmente en el primer “Uber Eats flotante” de la historia naval.


El discurso oficial: épica y dignidad

“España estará donde haya que estar”, proclamó Sánchez con su pose de estatua viviente, recordando vagamente a un busto de bronce de sí mismo. Según Moncloa, el envío del Furor tiene tres objetivos claros:

  1. Proteger a los ciudadanos españoles que viajan en la flotilla.
  2. Demostrar el compromiso de España con la paz y la justicia internacional.
  3. Repartir hummus gratis en caso de atasco diplomático.

La prensa internacional se quedó a medias entre la admiración y la risa floja. “Es la primera vez que un país manda un barco armado con más tuppers de falafel que proyectiles”, señalaba The Times. En Israel, mientras tanto, un portavoz militar murmuró: “Esperamos que no disparen garbanzos”.


La realidad: un Glovo marítimo en toda regla

Según han filtrado marineros del propio buque, la tripulación recibió instrucciones poco habituales:

  • Sustituir los proyectiles del cañón principal por latas de garbanzos marca Hacendado.
  • Cambiar las ametralladoras por dispensadores de pan de pita caliente.
  • Usar los helicópteros no para operaciones militares, sino para lanzar desde el aire cajas con “packs familiares de hummus + crudités”.

“Nos sentimos como riders, pero con gorra de marinero”, confesó uno de los marineros que prefiere permanecer en el anonimato. Otro se quejó de que la aplicación del Ministerio de Defensa que regula los pedidos “funciona peor que Glovo: te pide contraseña de Cl@ve PIN cada vez que tienes que entregar un pedido”.


El Furor: del Mediterráneo al “delivery express”

El Furor es un moderno Buque de Acción Marítima de la clase Meteoro, con capacidad para patrullar los océanos, rescatar náufragos y realizar misiones humanitarias. Pero esta vez su misión es más mundana: convertirse en la nueva dark kitchen del Mediterráneo oriental.

Según la propaganda oficial, su arsenal incluye:

  • Un cañón de 76 mm capaz de lanzar tres bocadillos de falafel por segundo.
  • Dos ametralladoras MK-38 reconvertidas en máquinas de kebab vertical.
  • Una bodega llena de 200 litros de salsa de yogur “made in Mercadona”.

Para completar la transformación, la Armada ha contratado a un chef de cocina fusión que promete innovar con platos como “torpedo de berenjena rellena” o “misil de couscous”.


Críticas de la oposición: “más Deliveroo que defensa nacional”

La oposición no tardó en reaccionar. Alberto Núñez Feijóo calificó la misión de “pantomima ridícula”, acusando a Sánchez de “usar la Armada para montar un negocio de catering electoral”. Santiago Abascal, por su parte, denunció que el barco “no lleva suficientes chuletones para representar a la verdadera España”.

Desde Podemos, sin embargo, aplaudieron la idea: “Es un gesto de fraternidad internacional. ¡Por fin un ejército que dispara hummus en lugar de balas!”, declaró Ione Belarra mientras pedía que se sustituyeran los uniformes militares por camisetas tie-dye.


El reality show de Telecinco: Supervivientes – Edición Flotilla

Como no podía ser de otra forma, Telecinco ha visto oro televisivo en esta operación. Fuentes internas confirman que prepara un reality show titulado Supervivientes – Edición Flotilla, en el que varios concursantes viajarán a bordo del Furor y tendrán que superar pruebas como:

  • Carrera de garbanzos mojados en la cubierta principal.
  • Debate nocturno sobre Palestina e Israel con Pedro Piqueras moderando en directo.
  • Rescate de flotadores con forma de unicornio en aguas internacionales.

El premio: un año de hummus gratis patrocinado por Mercadona y la posibilidad de hacerse un selfie con Pedro Sánchez en modo estatua.


Israel reacciona: “¿Qué demonios están haciendo?”

En Tel Aviv, la noticia ha provocado desconcierto. “Normalmente esperamos buques armados, no restaurantes flotantes”, comentó un portavoz militar israelí mientras revisaba las imágenes de satélite que mostraban al Furor cargando cajas de hummus en Cartagena.

Los analistas internacionales ya especulan con un nuevo tipo de diplomacia: la “diplomacia del falafel”. Según el experto ficticio Hans Von Patata, “Sánchez ha inaugurado una era en la que los conflictos no se resolverán con armas, sino con garbanzos y salsa tahini. Esto puede cambiar la geopolítica mundial para siempre”.


La tripulación protesta: “Queremos propina”

La moral de la tripulación está dividida. Algunos marineros celebran el nuevo papel de “riders navales”, otros se quejan de que el Gobierno no ha regulado el sistema de propinas.

“Si tenemos que entregar hummus a mitad del Mediterráneo, mínimo que nos dejen quedarnos con la propina en metálico”, protesta un suboficial. Otro añade: “La aplicación de pedidos del Ministerio siempre falla y al final los clientes nos ponen una estrella en Google Maps Naval”.


Escenas surrealistas en el Mediterráneo

Los primeros ensayos ya han dejado imágenes dignas de Berlanga. En una maniobra de entrenamiento, el Furor disparó por error 50 kilos de garbanzos contra un barco pesquero italiano. El capitán, lejos de enfadarse, gritó: “¡Gracias, ya tenemos cena para toda la semana!”.

En otro momento, el radar del barco detectó “objetos sospechosos”. Resultaron ser 200 flotadores de flamenco rosa abandonados por turistas británicos en Ibiza. La tripulación, en lugar de hundirlos, los rescató y los puso a secar en la cubierta.


Moncloa insiste: “No es un chiste”

A pesar de la lluvia de memes en redes sociales, Moncloa insiste en que la operación es seria. “Es un gesto de compromiso con la paz”, aseguró la ministra de Defensa. No obstante, fue pillada minutos después en el pasillo practicando la frase “¿Quién ha pedido hummus extra?” mientras sostenía un megáfono.


Conclusión: España inventa la guerra delivery

Lo que empezó como una misión de protección humanitaria ha terminado como la primera prueba piloto de un servicio que podría exportarse a todo el mundo: la guerra delivery. En lugar de mandar tropas, los países enviarían barcos cargados de comida típica para ablandar al enemigo.

¿Bloqueo en el Mar Negro? Solucionado con un “Riders del Borscht” ucraniano. ¿Tensiones en el Pacífico? Mandas un barco con sushi y otro con tacos y ya tienes paz asegurada.

Mientras tanto, el Furor zarpa rumbo al Mediterráneo con la banda sonora de Camela a todo volumen, dispuesto a demostrar que España, cuando quiere, sabe mezclar la diplomacia con el hummus mejor que nadie.

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