La Haya, 25 de junio de 2025. En un giro inesperado que solo podría suceder en una telenovela española, con mucho permiso de los dramas coreanos y los culebrones venezolanos, Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno de España, ha declarado ante la OTAN que lo del 2,1% del PIB en gasto militar no es su culpa. No, no es una broma. Según Sánchez, las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Defensa son los verdaderos culpables de esta cifra, porque, como él mismo dijo con su habitual serenidad, “no he sido yo, al contrario”.
Imagina la escena: Sánchez, frente a un atril con el logo de la OTAN, rodeado de banderas y de líderes mundiales que lo miran con una mezcla de incredulidad y cansancio. “Yo no dije el 2,1%”, insiste, como si estuviera en un juicio por un delito que no cometió. “Fueron ellos, las Fuerzas Armadas. Yo solo soy el presidente, ¿saben? Un mero espectador de las decisiones que tomo”.
#EnDirecto | Sánchez: “Cuando dicen que yo he sido quien ha dicho el 2,1% no soy yo, son las Fuerzas Armadas, es el Ministerio de Defensa. (…) No he sido yo, al contrario”
El 2,1% que se escapó.
Para contextualizar, recordemos que la OTAN, liderada por un Donald Trump rejuvenecido y más irritable que nunca, ha propuesto que todos los países miembros gasten el 5% del PIB en defensa para 2035. Un gasto al que van a llegar si o si, porque reniegan mucho de Trump, pero al final se bajan los pantalones…digo…llegan a acuerdos multilaterales con el líder de la nación más poderosa del continente americano, y del mundo (que no se note el peloteo). Un objetivo ambicioso, dicen algunos. Un disparate, dice Sánchez. Y para demostrarlo, España ha propuesto un modesto 2,1%, que, según Sánchez, no es su idea, sino la de “los expertos”. ¿Quiénes son estos expertos? Nadie lo sabe. Tal vez sean los mismos que diseñaron el plan de recuperación post-COVID, o quizás los que decidieron que el AVE a ninguna parte era una buena idea.
La cumbre de la OTAN en La Haya ha sido un circo. Mientras otros líderes, como el primer ministro polaco, discuten sobre tanques y misiles, Sánchez habla de “capacidades” y “Estado del bienestar”. En un momento dado, incluso sugirió que España podría defender Europa entera con un par de drones y un buen discurso. “Nosotros somos un socio fiable”, dijo, mientras la sala estallaba en risas contenidas.
Cumbre de la OTAN: “Siéntate y escribe mil veces: es el cinco por ciento.”
Imágenes exclusivas de la OTAN.
El desmentido de Rutte.
Pero la joya de la corona fue el desmentido del secretario general de la OTAN, Mark Rutte, quien, con una paciencia digna de un santo, explicó que no, que el 2,1% no es suficiente. “Para cumplir con las capacidades, España necesitará al menos un 3,5%”, dijo Rutte, como si estuviera explicándole a un niño por qué no puede comer helado antes de cenar. Sánchez, por su parte, siguió negando. “No, no, no”, dijo, “el 2,1% es suficiente. Pregunten a las Fuerzas Armadas”…la cosa es…que ya se lo dijo Rutte por carta, la carta esa que le puso el otro día a Feijoo…con lo cual una se lleva a preguntar si, en su infancia aprendió a leer más tarde que los otros niños de su clase…no os preocupéis mis queridos lectores, ya investigaré sobre el tema más a fondo que material hay.
Toma, Alberto. Que alguien te la traduzca. A ver si eso aclara tus dudas.
La foto de familia y el aislamiento.
El momento culminante fue la foto de familia de la cumbre. Allí estaba Sánchez, en un rincón, como si hubiera llegado tarde a la fiesta y no encontrara un sitio en el sofá. Algunos dicen que fue un accidente. Otros, que fue un mensaje claro de los demás líderes: “Estás solo, Pedro”. Pero Sánchez, siempre optimista, lo interpretó como un triunfo. “Mira”, dijo a sus asesores, “estoy tan cerca de la bandera española que parezco un patriota”. Pero nosotros, en este prestigioso diario sabemos la verdad, la foto la tomo su suegro.
¿Me lo parece a mí o en la foto de familia de la cumbre de la OTAN Pedro Sánchez está un poco apartado? Parece ese ‘cuñao’ que nadie traga, pero que no queda más remedio que soportar. Su Sanchidad ha condenado a España a la irrelevancia internacional.
Las reacciones en España.
En España, las reacciones fueron variadas, como si estuviéramos en un partido de fútbol donde todos gritan pero nadie marca gol. La oposición, liderada por el PP, exigió la dimisión de Sánchez con la misma intensidad con la que un turista pide una caña en un bar de Sevilla. “Este hombre no puede seguir al frente del país”, dijeron, mientras Sánchez respondía que él no era el responsable de nada, como si estuviera jugando al pimpón con la culpa. Los ciudadanos, por su parte, se dividieron entre quienes lo apoyaron por defender el Estado del bienestar (porque, claro, quién no quiere que el dinero se gaste en protitu…digo educación, carreteras, trenes y sanidad en lugar de en misiles) y quienes lo criticaron por hacer el ridículo internacional, como si España no tuviera ya suficiente experiencia en eso.
Y luego está Ione Belarra, la líder de Podemos, que no se quedó atrás. Con su habitual estilo incendiario y una dosis extra de dramatismo, declaró que Sánchez era un “títere de la OTAN” y que debería dimitir inmediatamente. “Fuck Trump y Fuck la OTAN”, dijo, como si estuviera lanzando un hechizo en una novela de fantasía. Sus seguidores, fieles a su causa, aplaudieron, mientras el resto de España se preguntaba si estaba hablando en serio o si era parte de una performance artística.
Conclusión.
Al final del día, Pedro Sánchez sigue siendo Pedro Sánchez. Un hombre que, según él, no toma decisiones, no hace promesas y no es responsable de nada. Mientras tanto, la OTAN sigue adelante con su plan del 5%, y España sigue siendo el país que prefiere gastar en prostit… sanidad y educación antes que en tanques. ¿Quién tiene razón? Depende de a quién le preguntes. Pero una cosa es segura: la próxima cumbre de la OTAN será un espectáculo que no te querrás perder. Y esta reportera no se olvida de poner la cara de felicidad de Trump, ese líder del que todo el mundo se ríe, pero, por lo que sea, obedece cual cachorrillo de yorkshire.
