En un giro inesperado que solo podría ser descrito como un episodio de “telenovela geopolítica”, el ex-presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido tomarse un descanso de sus rondas de golf para intervenir en el conflicto ucraniano. En una jugada que ha dejado a los diplomáticos del mundo boquiabiertos, Trump anunció haber hablado por teléfono con tanto Vladimir Putin como Volodymyr Zelenski para iniciar, según sus propias palabras, “de inmediato” las negociaciones de paz en Ucrania.
“Hablé con esos dos, y les dije, ‘Oigan, chicos, ¿por qué no se sientan y hablan como personas civilizadas?’”, declaró Trump en una entrevista improvisada con un periodista de Fox News que casualmente estaba en el campo de golf. “Les dije que yo podría ser el moderador, porque, ya saben, nadie hace un trato mejor que yo.”
Los expertos en política internacional se han apresurado a señalar que esta iniciativa parece más una escena sacada de una comedia de situación que de un verdadero esfuerzo diplomático. Aún así, la Casa Blanca ha respondido con un lacónico “Sin comentarios”, mientras que el Kremlin ha emitido un comunicado en el que simplemente dice que “el Presidente Putin siempre está abierto al diálogo”.
Por su parte, Zelenski, con un tono que mezclaba sorpresa y sarcasmo, comentó en una rueda de prensa: “Bueno, si Trump puede hacer que la paz llegue de inmediato, entonces tal vez también pueda resolver el cambio climático mientras está en ello.”
El mundo observa con escepticismo y una pizca de humor esta nueva ‘estrategia de paz’ de Trump. Aunque muchos esperan que esta iniciativa no pase de ser una anécdota más en la larga lista de momentos memorables de su carrera política, una cosa es segura: en la era de Trump, lo absurdo se convierte en noticia.