Madrid, 29 de abril de 2025 – En un hito histórico que redefine los límites de la lógica humana, Renfe ha proclamado que sus servicios ferroviarios están funcionando “con una normalidad tan perfecta que roza lo sobrenatural”, a pesar de que un apagón apocalíptico ha sumido a España en la oscuridad y paralizado hasta el último tren del país. “Esto no es un fallo, es una obra maestra de nuestra gestión”, ha declarado el director general de Renfe, sosteniendo una linterna y un megáfono en una estación de Atocha convertida en un campamento improvisado.
El apagón, que según expertos podría ser obra de un gremlin cósmico o de un cable mal enchufado en una central nuclear, ha dejado a la nación sin electricidad, agua caliente ni memes en las redes sociales. Sin embargo, Renfe ha elevado el caos a un arte, asegurando que la ausencia total de trenes en circulación es “la máxima expresión de nuestro compromiso con la puntualidad relativa”. “Si no hay trenes, no hay retrasos. ¡Matemáticamente impecable!”, exclamó un portavoz mientras esquivaba a un grupo de pasajeros que intentaba lincharlo con horarios impresos.
En las estaciones, el panorama es digno de una superproducción distópica. Miles de viajeros, atrapados entre maletas y bocadillos caducados, han comenzado a formar micronaciones en los andenes, con monedas hechas de tapones de botella y himnos compuestos con silbatos de revisor. “Pensé que el apagón sería un problema, pero Renfe me ha enseñado que esperar eternamente es un estilo de vida”, confesó Juan Pérez, un pasajero que lleva 14 horas meditando frente a un panel que parpadea “Tren cancelado por el fin de los tiempos”.
Para calmar los ánimos, Renfe ha instalado megafonías que emiten mensajes motivacionales como “Su tren llegará cuando el universo lo decida” y “Agradezcan la oportunidad de reconectar con su yo interior”. Además, ha anunciado que los billetes de hoy podrán canjearse por un “pase VIP para la Gran Cola Eterna”, un evento exclusivo que promete “horas de espera inmersiva” hasta el año 2077. Como gesto de buena voluntad, la compañía ha repartido linternas de manivela con el lema “Renfe: iluminamos tu paciencia”.
Mientras las palomas declaran la independencia en la estación de Chamartín y un grupo de influencers retransmite el colapso desde un vagón abandonado, Renfe ha prometido que, cuando vuelva la electricidad, los trenes seguirán sin funcionar por “razones épicas que aún estamos inventando”. “Esto no es un apagón, es una revolución del no-transporte”, concluyeron, mientras un tren de mercancías, movido por pura inercia, se detenía dramáticamente en medio de la nada.
Seguiremos informando, si encontramos una paloma mensajera con batería.
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