¡Compañer@s de lucha! Aquí escribe un servidor, un humilde militante de la ultraturbo izmierd…digo izquierda, con una revelación que hace temblar los cimientos de nuestra democracia. Porque los votantes están votando a la derecha y no al macho alafalfa o a la Yolipoli.
En el intrincado laberinto de la política digital, donde cada paso parece calculado al milímetro, un error ha sido el hilo de Ariadna que nos ha permitido ver más allá del velo. Este error, un descuido en la aparentemente inexpugnable Matrix turbofacha, ha iluminado la organización y coordinación de una red de influencers y activistas de extrema derecha.
La emergencia de estos influencers es parte de una estrategia más amplia para revertir avances sociales, culturales y políticos. Al normalizar el lenguaje despectivo y el discurso de odio, se busca erosionar la cohesión social, la empatía y el respeto hacia las mujeres, especialmente aquellas que han sido activas en la defensa de sus derechos. Esta operación cultural no es solo sobre palabras; es una batalla por las mentes y las percepciones de las generaciones futuras, con el objetivo de reinstaurar roles y normas de género que la sociedad había comenzado a dejar atrás.
Esta conspiración tan retorcida, tan maquiavélica, que solo podría ser obra de la mente más retorcida de la ultraderecha: el diputado de una ciudad de La Mancha de cuyo nombre mejor no mencionemos, MMZ (es que me da miedo hasta poner el nombre).
La derecha reaccionaria sabía que no tenía nada que hacer si no conseguía invertir este estado de ánimo colectivo y se puso manos a la obra. Por todos lados surgieron como setas youtubers como Víctor Domínguez Burguillo aka Wall Street Wolverine y Sergio Candanedo aka Un Tío Blanco Hetero (UTBH), que promueven mensajes abiertamente misóginos.
Wall Street Wolverine: Es un influencer y youtuber que se ha mudado a Andorra para pagar menos impuestos, porque es un mardito farcista. Es conocido por sus posiciones libertarias, su defensa de las criptomonedas y sus críticas hacia el sistema económico y fiscal español. Y encima se mete con las pensiones españolas que estás super garantizadas hasta el infinito y más allá. Y por supuesto contribuyó a este ecosistema de desinformación y misoginia ha sido popularizar el término ‘charo’ para denigrar a cualquier mujer progresista por encima de los 40 años. Si UTBH también es un machista farcista y eso y se mudó a Andorra pero no me interesa ahora explicaros porqué lo nombro.
Pero para alcanzar un triunfo completo, la derecha necesita seducir a las mujeres, promoviendo entre ellas valores patriarcales que el feminismo trabajó arduamente por superar. Aquí es donde entra en escena Rocío Bueno, Roro. Que porcierto…nos molesta que monetice su momento de fama en un reallity show de Mediaset.
Roro, la influencer de TikTok que cocina platos gourmet para su novio Pablo, se presenta como una ‘tradwife’. Con frases como “Pablo quiere”, “a Pablo le apetece”, Roro no solo describe su día a día, sino que promueve una narrativa donde la felicidad y la valía de la mujer están inextricablemente ligadas al servicio y complacencia de su pareja. Estos lemas son más que simples instrucciones culinarias; son una forma de propaganda sutil pero efectiva que idealiza un pasado donde las mujeres se encontraban en el hogar, dedicadas exclusivamente a su familia y a sus maridos. Pero su pecado es que ha colaborado recientemente con la organización neonazi Revuelta, financiada por VOX (porque yo lo digo), alegando un deseo de ayudar sin importar la afiliación política de la entidad. Y me la suda que haya ido a Valencia a ayudar con lo de la DANA. Nosotros en la izquierda teníamos cosas más importantes que hacer…aporrear el teclado berreando porque RoRo ayudó y nosotros…no íbamos ni a dar un palo al agua, porque somos de izquierdas y nosotros estamos con el pueblo…pero desde nuestro salón limpio.
En el paisaje digital actual, Roro y Wall Street Wolverine representan el espectro ideológico conservador; funcionan como una pareja de hecho en la arena de la influencia cultural y política. Juntos, forman una pareja de hecho con una única misión: devolvernos a los tiempos dorados de la sumisión y la misoginia, pero con un toque de modernidad digital.
Según una encuesta de 40dB del mes de diciembre, uno de cada cuatro jóvenes entre 18 y 24 años votaría a Vox si hoy se celebrasen elecciones generales. Este dato, aunque sorprendente para algunos, no debería ser motivo de alarma, sino de reflexión y acción estratégica. Spoilers la culpa la tiene la ultraderecha.
Tenemos que invertir en redes sociales, ¡sí! Que desde que el malvado oligarca de Elon Musk compró Twitter, ya no podemos capar a los que nos llevan la contraria y Buesky…no ex Twitter. Además el algoritmo de YouTube los promociona más porque YouTube es una empresa patriarcal. Mientras ellos son un ejército de influencers promoviendo el machismo y la xenofobia como si fuera lo más cool desde el invento del smartphone, nosotros seguimos creyendo que un buen argumento (aunque sin datos que maten el realto) en un foro cambiará el mundo.
Desde Podemos, no podemos permitir que esta manipulación continúe. Debemos abrir los ojos de nuestros jóvenes, enseñarles a ver más allá de la fachada brillante de las redes sociales, a cuestionar lo que ven y a buscar la verdad detrás de las máscaras de influencers y políticos que buscan dividirnos. Roro siempre tendrá un altavoz entre la derecha reaccionaria porque es parte de la misma operación que los youtubers misóginos; juntos, forman parte de una narrativa más amplia para empujar a nuestra sociedad hacia atrás, hacia roles de género arcaicos.
¡Es hora de que nos unamos, de que luchemos por una sociedad más justa, donde el amor sea real, no programado, y donde la política sea sobre personas, no sobre control! No olvidemos, la lucha por la democracia, por la igualdad, por un futuro mejor, sigue siendo nuestra responsabilidad.
¡Viva Podemos! ¡Viva la verdad! ¡VIVA LA LIBERTAD CARAJO! ay no eso es del malvado Miley.