Badajoz, Madrid o Barcelona — Agosto de 2025, día X (aún por confirmar): mientras otros calurosos veranos pasados nos recordaban a mojitos y atardeceres en la playa, este ha decidido pasar factura. El verano robó algo más que nuestro ánimo: se llevó la cordura. Y ha convertido nuestras casas en hornos domésticos sin botón de paro.
1. El secuestro veraniego
Todo comenzó con leves sudores… y terminó con sudores dignos de sauna definitiva. Juan Pablo Rumbo, 61 años, oriundo de Badajoz, ha sido nombrado prisionero oficial del ventilador. “Salgo en bici antes de que el sol abra los ojos y entro al confinamiento voluntario antes del mediodía”, confiesa. Su terraza, ese sueño romántico de tardes con copa en mano, ahora es territorio hostil: “Nos robaron el verano. Quiero que llegue octubre”, suspira, como si invocara a un mes sabio y fresco que lo libere de esta condena térmicaEl País+1.
2. La resistencia del ventilador
Los ventiladores de techo, almohadas con gel, mantas de bambú y pijamas de satén son ya héroes nacionales de esta tragedia tropical. De noche o de día, las familias giran a su alrededor con una devoción que raya en lo místico. La guía “para dormir verdaderamente fresco” ya es lectura obligatoria junto a “Cómo sobrevivir a tu suegra” y “Cocina en 10 minutos”. El ventilador es el nuevo altar y todos rezan frente a sus aspas giratoriasEl País.
3. Academia de excusas para evitar salir
Salir a la calle ya no es “hacer algo bonito”: es una misión suicida. Las excusas van de lo cotidiano (“tengo que regar unas plantas”) a lo dramático (“tenía que validar mi vida”). Tiendas cerradas, terrazas vacías y comerciales diciendo “No hay nadie, luego no hay ventas”. El calor ha vaciado ciudades enteras… y las ha llenado de pijamas y pantuflas dentro de casaEl País.
4. Vulnerabilidad en alta definición
No todo es humor. El calor ha cobrado víctimas: 1 472 muertes entre junio y agosto, casi el doble que el año pasado. Niños, ancianos, personas con menos recursos; todos más expuestos y con menos opciones—ni aire acondicionado, ni refugios climáticos—para huir de esta ola infernalEl País+1.
5. Cambio climático: el villano habitual
Esta ola de calor no aparece sola. Es parte de una escalada continua. Veranos más prolongados, noches tropicales, alertas rojas y eternas olas de calor como campeonas nacionales. Todo indica que la “operación octubre” podría caer en mayo el año que viene, a menos que nuestras ciudades se vuelvan refugios climáticos de verdadEl País+3El País+3El País+3.
Propuesta satírica: el “Ministerio del Sofoco”
Imaginen un ministerio: Ministerio del Sofoco y Apagado del Verano. Su misión:
- Declarar alerta roja permanente en terrazas, playas y todo espacio abierto.
- Entregar camisetas mojadas y abanicos públicos por doquier.
- Crear “refugios climáticos” en iglesias, centros comerciales… ¡y sótanos sin aire acondicionado!
- Conceder feriados obligatorios los días que el termómetro supere los 40 °C.
“Queremos pagar su verano… devolviéndonos un otoño adelantado”, sería su eslogan oficial.
Resumen final
Este agosto de 2025 no se recordará por sus noches estrelladas, sino por esas noches tropicales que ni el ventilador más potente resistió. Nos metió en casa, nos robó el disfrute, y colocó a octubre como la única salida viable. Pero el humor satírico, con su ventilador de imaginación, puede ofrecernos alivio… aunque sólo sea mental. Y con un poco de esperanza, que octubre llegue con fresquito… y si no, que al menos traiga verdad de reforma urbana y política climática real.