“A pesar de las temperaturas de 44 grados, los meteorólogos insisten en que ‘se está mucho mejor que en 2022, que era como vivir dentro de un horno industrial lleno de brasas emocionales’”
Madrid, 2 de julio de 2025 – Diario ASDF
Por: Rubén Calamidad, reportero de exteriores desde la sombra de una palmera hinchable
Mientras la ciudadanía española se derrite como queso manchego olvidado en el capó de un coche, los principales organismos meteorológicos del país, reunidos en un simposio en Albacete (porque en Canarias se negaron a acogerlos por “ser demasiado optimistas”), han lanzado una afirmación que ha dejado perplejos a todos los que todavía tienen la capacidad de pensar tras haber perdido el 30% de sus electrolitos: “Este está siendo uno de los veranos más frescos del siglo.”
La declaración ha sido recibida con incredulidad, sudoración intensa y algún que otro exabrupto. Sobre todo en Córdoba, donde la gente ha comenzado a freír huevos sobre las portadas del diario que difundió la noticia.
Una cuestión de “sensaciones térmicas alternas”
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), tras ser preguntada si se trataba de un error de imprenta, respondió con aplomo científico y una servilleta empapada de sudor:
“Es una cuestión de perspectiva. Sí, hemos tenido temperaturas extremas… pero el aire acondicionado ha aguantado mejor que otros años. Y en Burgos hizo fresco una mañana. ¡Con eso basta para revisar las medias históricas!”, declaró el portavoz, justo antes de desmayarse en directo por un golpe de calor “moderado”.
Además, algunos expertos señalan que este julio ha sido “más fresco emocionalmente hablando”, ya que en comparación con los veranos de 2022 y 2023 —plagados de incendios, guerras, y canciones de reguetón que desafiaban la dignidad humana—, el presente al menos “solo te quema por fuera”.
Las reacciones de la calle: “¿Fresco? ¿Dónde? ¿En Mordor?”
El Diario ASDF salió a la calle con un termómetro, una botella de Aquarius y una voluntad férrea por no morir en acto de servicio. Consultamos la opinión de ciudadanos al azar:
Paco, 61 años, residente de Sevilla:
“¿Fresco? Mira, chaval, llevo tres semanas durmiendo en la bañera con bolsas de hielo. Mi gato se ha rapado solo. Anoche soñé que vivía en el núcleo del Sol y me desperté con escalofríos de alivio.”
Yolanda, 34 años, de Valencia:
“Hoy fui a tirar la basura a las ocho de la mañana y vi un buzón fundido. En serio, ¿quién dice que esto es ‘fresco’? ¿Un esquimal con chaqueta North Face y sentido del humor?”
Moisés, 43 años, influencer climático:
“Es la típica manipulación climática. Están intentando convencernos de que el calor no existe. Pero yo he visto a una anciana derretirse en el paso de cebra. Literalmente. Solo quedaron las gafas.”
Cambio climático inverso, la nueva teoría que nadie pidió
Algunos portales especializados han empezado a difundir teorías alternativas, como el “calor cuántico inverso”, que sostiene que mientras más calor hace, más frío deberíamos sentir “en comparación con lo que podríamos estar sintiendo en un universo paralelo donde no existen los ventiladores”.
Un think tank de Valladolid ha lanzado un informe titulado: “Julio, mes de brisa: por qué los 43 grados actuales son más llevaderos que los 42,9 de hace cinco años”, donde se afirma que “el cuerpo humano ha evolucionado, y ahora el sudor es un mecanismo de refrigeración más elegante que nunca”. El estudio fue financiado por una empresa de piscinas portátiles.
Un verano de “mentiras heladas”
A raíz de la noticia, las redes sociales se han llenado de memes mostrando pingüinos con sombrilla en el Sahara, turistas alemanes asándose en Benidorm con el texto “¡Qué fresquito se está este año!”, y fotos de termómetros marcando 46º acompañadas por hashtags como #InviernoTropical o #YoPorSiAcasoSudo.
En TikTok se ha vuelto viral el reto “Arde pero no quema”, que consiste en sentarse cinco minutos en una terraza al sol y luego asegurar con cara seria que “este verano está siendo muy llevadero”. A la fecha, se han reportado 87 desmayos y tres apariciones espontáneas del Diablo en terrazas de Murcia.
Conclusión: el poder de la narrativa
Los expertos aseguran que todo es cuestión de percepción. Que si uno quiere pensar que hace fresco, puede autoconvencerse con ayuda de afirmaciones positivas, un ventilador, y negación activa de la realidad. Un poco como cuando uno dice que España va bien, o que el fútbol es solo un juego.
Como colofón a la rueda de prensa, el portavoz de AEMET cerró con una cita del filósofo griego Fríopolis de Térmicus:
“El calor solo existe si tú crees en él.”
Luego se quitó la camisa, se metió en una fuente y pidió asilo térmico en el Polo Norte.