Valencia, 17 de marzo de 2025 – En un giro digno de una telenovela política, el Partido Popular de la Comunitat Valenciana, liderado por el siempre imperturbable Carlos Mazón, ha logrado sacar adelante los presupuestos de la Generalitat gracias a un pacto in extremis con sus fieles escuderos de Vox. Fuentes cercanas al acuerdo aseguran que la negociación fue “un ejercicio de amor fraternal entre derechas”, aunque algunos testigos afirman haber visto más tensiones que en una partida de Risk en Nochebuena.
El pacto, que se selló tras una maratoniana sesión de café, reproches y algún que otro meme compartido en el grupo de WhatsApp de los negociadores, incluye medidas tan sorprendentes como la construcción de un monumento al “arroz con cosas” como símbolo de la identidad valenciana, y la prohibición expresa de que las fallas sean consideradas “demasiado woke”. Vox, por su parte, habría exigido que el presupuesto destine un fondo especial para “investigar si las naranjas de la terreta son de derechas o de izquierdas”, una propuesta que Mazón aceptó con un leve arqueo de ceja y un “bueno, si insistes”.
Mientras tanto, la oposición ha estallado en una mezcla de indignación y risas contenidas. Desde Compromís han calificado el acuerdo como “una paella sin presupuesto para el sofrito”, y el PSPV ha amenazado con llevar el asunto al Tribunal de las Aguas, aunque nadie sabe muy bien cómo. En las redes sociales, los valencianos ya han bautizado el pacto como “el milagro de la Mare de Déu del PP”, y los memes de Mazón con capa de superhéroe rescatado por Santiago Abascal no han tardado en inundar X.
Con los presupuestos aprobados, Mazón respira aliviado, aunque no ha querido confirmar si celebrará el triunfo con una mascletà o con un discreto “ja està fet” en el balcón de la Generalitat. Lo que sí está claro es que, una vez más, la política valenciana demuestra que la realidad supera cualquier ficción… o al menos, cualquier sátira.