Por el equipo de investigación de Diario ASDF
Madrid, 26 de junio de 2025 – Edición impresa nº 1894 de la realidad aumentada que no pediste, pero mereces
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha sido pillada este miércoles en el Congreso de los Diputados haciendo un gesto que ha encendido las redes, provocado sonrojos varios y generado al menos siete memes por minuto en la sede digital del Diario ASDF.
Los hechos sucedieron durante una tensa (y eterna) sesión de control al Gobierno en la que se debatían asuntos tan cruciales como la utilidad del aire acondicionado en los baños del Congreso o la razón por la cual algunos diputados llevan pantalón corto aunque no esté permitido por reglamento. En medio del debate, las cámaras del hemiciclo captaron a Yolanda Díaz realizando un gesto que ha sido descrito por expertos como “sorprendente, inequívoco y de corte claramente fálico”.
El gesto: ni ambigüedad ni contexto
La imagen congelada, ahora viral, muestra a Díaz mirando hacia la bancada del Partido Popular mientras simula con la mano y la boca lo que parece ser el clásico gesto de felación. En un primer momento, algunos medios intentaron suavizar el asunto diciendo que quizás estaba explicando cómo se come un Calippo, pero el daño ya estaba hecho: el GIF estaba circulando a la velocidad de una ley mordaza en trámite de urgencia.
ASDF consigue el vídeo oculto: “¡Corte, cámara, acción!”
El Diario ASDF, como siempre en la vanguardia del chisme parlamentario, ha tenido acceso exclusivo a un vídeo grabado segundos antes del gesto. En él se puede ver cómo Yolanda, visiblemente molesta por una intervención del diputado Cayetano Polo (Vox), se gira hacia su asesora y le susurra algo sin micrófono. Luego, ríe, hace el gesto y vuelve a poner cara de “yo pasaba por aquí”.
Para descifrar el contenido de ese breve susurro, el Diario ASDF ha recurrido a Eusebio Travestini, un experto en lectura de labios con experiencia en realities de Telecinco, juicios del procés y vídeos de chonis en discotecas de Murcia.
Lectura de labios: “Lo que me tengo que tragar yo en este curro…”
Tras varias horas analizando el clip con filtros térmicos y subtítulos automáticos de YouTube, Travestini lo tiene claro:
“Díaz dice, y cito textualmente: ‘Si me tengo que tragar otra intervención más de estos señoritos, me meto debajo del escaño con una pajita y no salgo hasta el 2030’”.
La frase, aunque un tanto ambigua, parece confirmar que el gesto no fue una amenaza sexual ni un ataque directo a nadie, sino más bien una metáfora de la frustración acumulada por años de sesiones parlamentarias soporíferas, pactos imposibles y cafés de máquina.
El discurso previo: “¿Dónde está mi pancarta de ‘no es no’?”
Minutos antes del gesto, Yolanda Díaz había pronunciado un encendido discurso sobre la dignidad de las trabajadoras de la economía sumergida, los peligros del patriarcado con calcetines blancos y la necesidad de “una nueva masculinidad que no haga mansplaining, ni manspreading, ni manspaghetti” (este último término aún no está recogido por la RAE, pero ya tiene tres hilos en X).
Según fuentes no verificadas (pero con WiFi), Díaz habría concluido su intervención diciendo:
“Estoy aquí no solo como vicepresidenta, sino como hija, madre, cuñada, y mujer que se niega a arrodillarse ante los poderes patriarcales… a no ser que sea para atarme los cordones, y aún así con dignidad y sororidad”.
Las palabras, en retrospectiva, suenan como un aviso de lo que estaba por venir.
Reacciones: del chascarrillo a la moción simbólica
Las reacciones no se han hecho esperar:
- El PSOE ha pedido que se analice el gesto en clave artística, como “una performance conceptual de hartazgo”.
- Vox ha solicitado que se investigue si la vicepresidenta violó el reglamento de decoro gestual, y de paso, si se puede ilegalizar el sarcasmo.
- El PP ha pedido “prudencia y silencio”, aunque fuentes internas confiesan que Ayuso ya ha usado el vídeo para un TikTok remixado con música de Daddy Yankee.
- Sumar, por su parte, ha declarado que “Yolanda simplemente estaba denunciando el empobrecimiento simbólico del Congreso mediante el gesto de la opresión oral”.
La moción simbólica que planteará el grupo mixto para que se prohíban los gestos obscenos en el hemiciclo será debatida el próximo martes, justo después del debate sobre si los carritos de comida en la cafetería deberían ofrecer tofu a la plancha.
Epílogo: “El Congreso es un zoo, pero sin jaulas”
Desde el Diario ASDF solo nos queda recordar que este no es el primer escándalo de gestualidad en el Congreso. Recordemos el famoso “peineta-gate” de Celia Villalobos, el momento en que Gabriel Rufián se tiró un moco sin querer, o aquella vez en que Pedro Sánchez intentó imitar a Salvador Illa y terminó pareciendo un busto parlante de Madame Tussauds.
Pero sin duda, el “Yolandazo oral” pasará a la historia como el momento en que la vicepresidenta dijo más con un gesto que con 37 planes de empleo.
Desde ASDF seguiremos informando con rigurosa falta de rigor.