Chiringotxo del Mar, 3 de junio de 2025 — El Ayuntamiento de Chiringotxo del Mar ha aprobado esta mañana una controvertida ordenanza municipal que establece un peaje acuático de 5 euros para cualquier persona que desee sumergirse en el agua del mar. La medida, anunciada por la alcaldesa Candelaria Fonsi Gutiérrez del Carajo, ha provocado un tsunami de reacciones tanto en redes sociales como en las terrazas del paseo marítimo, donde los jubilados locales ya debatían acaloradamente sobre si esto vulnera o no el Estatuto del Bañista Libre.
💦 “El agua es nuestra, y no se regala”
La alcaldesa defendió la medida con una serenidad que solo dan tres gin tonics y una mayoría absoluta inesperada:
“El mar lleva aquí miles de años y no ha pagado IBI ni una sola vez. Ya era hora de que aportara algo. Y si el mar no paga, que paguen los que se meten. Es economía líquida, literal.”
Según explicó en rueda de prensa —celebrada descalza sobre una tabla de paddle surf—, los 5 euros por chapuzón servirán para “mantener el agua húmeda, pagarle un sueldo digno al socorrista que se duerme a diario y financiar el nuevo sistema de olas artificiales para los días en que el mar está de huelga”.
🚧 ¿Cómo funcionará el cobro?
El sistema es sencillo y humillante: al llegar a la playa, cada visitante recibirá una pulsera con un código QR. Si quieren meterse al agua, deberán pasar por un arco detector de humedad, donde una cámara térmica detectará si su temperatura corporal desciende tras el contacto marino. Si se moja, paga. Si finge mojarse, paga doble y le dan una toalla con la cara de la alcaldesa que pone “listillo”.
Además, habrá un “dron vigilante de zambullidas” que sobrevolará la costa para detectar inmersiones ilegales. El dron ha sido bautizado por los niños del municipio como “Neptu-drón”.
😡 Indignación nacional e internacional
Organizaciones como Amnistía Acuática, Greenpeace con Ganas y Plataforma para un Mar Libre de Capitalismo han condenado la medida, asegurando que se trata de una “privatización emocional del agua salada” y que atenta contra el derecho universal al chapoteo.
En redes sociales, el hashtag #ElMarNoSePaga ha sido tendencia, junto a otros como #DevolvednoslaSal, #AguaConIVA y el enigmático #ChiringotxoEsVenezuela, que nadie ha sabido explicar del todo bien pero que ha sido retuiteado por varios influencers con gafas de sol desde Ibiza.
🧜♂️ Un sector a favor: el comercio local
Curiosamente, algunos sectores del municipio apoyan la medida. Según el presidente de la Asociación de Bares Playeros, Yuri Francisco “El Torreznas”, los ingresos por mojaduras podrían ser “una bendición” para el pueblo:
“Si con eso conseguimos al fin tapar los agujeros del paseo marítimo que parecen trincheras, yo encantado. Además, la playa está tan llena en agosto que ya hay quien se moja solo por sudor ajeno. Al menos ahora ese sudor dejará dinero.”
También se espera que aumente el alquiler de piscinas inflables clandestinas en las terrazas, lo que ha dado lugar a un mercado negro emergente de chapoteo doméstico, con nombres como “AquaSubversión” y “Wetflix”.
👙 Reacciones ciudadanas: “¡Es una salbajada!”
Los chiringotxenses de a pie se muestran divididos. Mientras algunos aplauden la iniciativa por considerarla “una forma creativa de poner en valor el patrimonio líquido”, otros creen que se ha cruzado una línea mojada. El vecino más vocal, Pascualino López, ex pescador reconvertido en streamer de pesca simulada, se quejó ante los medios:
“Esto es una salbajada con b. Porque la sal ahora también te la cobran aparte. Nos están exprimiendo hasta la escama.”
🪸 El futuro: ¿más impuestos marítimos?
La ordenanza podría ser solo el inicio. El borrador de verano del Ayuntamiento sugiere nuevas tasas como:
- 2€ por cada castillo de arena con almenas.
- 1,5€ por uso de caracola como instrumento musical.
- 10€ por selfie con gaviota de fondo.
- 15€ por gritar “¡Mira, una medusa!” si no hay medusa.
Fuentes internas aseguran que ya se está estudiando un impuesto a la puesta de sol, siempre que el horizonte esté despejado y no haya barcos pesqueros arruinando la estética.
🧂 Conclusión
Chiringotxo del Mar vuelve a sorprender al mundo con una medida que mezcla surrealismo administrativo, necesidad fiscal y un poquito de tequila. La pregunta que se hace todo el mundo es:
¿Será este el comienzo del turismo acuático premium o simplemente otro disparate que acabará en los tribunales, como el impuesto a las chanclas con calcetines de 2022?
Lo único seguro es que este verano, mojarse saldrá caro.