En un giro de los acontecimientos que ha dejado a la audiencia con más dudas que respuestas, se ha descubierto que un periodista de una de las cadenas de radio más respetadas del país ha estado utilizando la inteligencia artificial para redactar sus noticias. Sí, amigos, en lugar de los sudorosos esfuerzos de un ser humano pensando en el bien común, ahora tenemos a máquinas generando nuestro contenido informativo, y lo hacen con una destreza que hasta da miedo.

La noticia salió a la luz tras un comentario en redes sociales que decía “Reescribeme esto sin que se note que es copiado:”, acompañado de un enlace a un artículo de la Cadena SER, titulado “Ni gasolina ni diesel ni electricidad: el motor del futuro que funciona con una energía oculta”. Este artículo, ahora rectificado, había levantado sospechas por su tono inusualmente… digamos, “robótico”. Pero, ¿qué pasó? Al parecer, el periodista en cuestión, en un intento por cumplir con sus cuotas de escritura sin tener que mover más que sus dedos para teclear, recurrió a la IA para “reescribir” el contenido.
Puedes acceder a la versión original de la noticia en cuestión a través de web archive.
“Es una tragedia para el periodismo”, declaró un veterano de la profesión, probablemente mientras recordaba los tiempos en que escribir una noticia requería más que un buen prompt para un bot. “Ahora, en vez de buscar la verdad, algunos periodistas se dedican a buscar la manera más fácil de cumplir con su trabajo, aunque eso signifique perder la esencia humana de la información.”
Los oyentes, acostumbrados a una narrativa que al menos parecía escrita por alguien con un alma, han reaccionado con una mezcla de humor y preocupación. “Espero que la IA no empiece a hacer los chistes de la mañana”, comentó un oyente, quizás temiendo que su risa matutina se convierta en una carcajada programada.
La cadena de radio, en un intento por apaciguar las aguas, ha rectificado el artículo y ha emitido un comunicado que básicamente decía “oops, nuestra culpa”, prometiendo una vuelta a la ‘humanidad’ en sus reportajes. Pero, ¿cómo podemos estar seguros? En un mundo donde la IA puede escribir tan bien como un humano, o peor, mejor, la línea entre el periodismo auténtico y el generado por un algoritmo se vuelve cada vez más borrosa.
“¿Y si la IA empieza a decidir qué es noticia?”, se pregunta una voz preocupada en las redes sociales, abriendo un debate sobre la ética de usar inteligencia artificial en el periodismo. ¿Estamos ante el comienzo del fin del periodista como lo conocemos, o simplemente es una nueva herramienta que, mal usada, puede convertirse en un arma de desinformación?
En conclusión, mientras el mundo del periodismo se adapta a esta nueva era digital, donde la IA puede ser tanto aliada como amenaza, los oyentes y lectores esperan que la esencia de la buena información – esa mezcla de investigación, veracidad y humanidad – no se pierda en el intento de hacer el trabajo más fácil. Porque, al final, lo que queremos son noticias, no ficción generada por una máquina con una inclinación por lo “alarmante”.