Diario ASDF — Edición Internacionalísimo
Madrid amaneció ayer envuelta en un halo de patriotismo estadounidense que habría hecho llorar al mismísimo George Washington —y no por orgullo precisamente—. El Estadio Santiago Bernabéu acogió por primera vez un partido oficial de la NFL, un acontecimiento deportivo sin precedentes en España y sin sentido para la inmensa mayoría de quienes no saben diferenciar un tight end de un tighter end. Sin embargo, eso no impidió que el palco presidencial se convirtiera en un carnaval político-corporativo encabezado por Isabel Díaz Ayuso, José Luis Martínez-Almeida y Florentino Pérez, quienes hicieron acto de presencia como si fueran representantes plenipotenciarios de la Península Ibérica ante el imperio norteamericano.
El evento fue retransmitido por todas las televisiones del planeta, pero lo verdaderamente llamativo no fue el partido en sí, sino la actitud del trío madrileño, cuya devoción por todo lo que huela a Estados Unidos alcanzó niveles que algunos cronistas describieron como “históricamente inéditos en Europa occidental”. Según fuentes del propio estadio, Ayuso llegó a pedir que el himno español no sonara para evitar “incomodar a los invitados internacionales”, y Almeida preguntó inocentemente al delegado de la NFL si había alguna forma de solicitar un green card “por puntos, como en los restaurantes”.
Florentino, por su parte, actuó como si el Bernabéu fuera ya un condado independiente anexado a Florida, saludando a los jugadores como si fueran sus nuevos fichajes y asegurando a los periodistas presentes que “en 2030 todos los partidos de la NFL podrían jugarse aquí, si los americanos no tienen inconveniente en que lo compremos todo”.
Una derecha con alma de colonia: expertos analizan la iconografía del palco
La imagen de Ayuso, Almeida y Florentino juntos, ondeando banderitas de Estados Unidos y comiendo perritos calientes vendidos a 27 euros cada uno, ha provocado un torrente de análisis sociopolíticos. El Instituto Madrileño de Estudios sobre Cosas que No Importan publicó un informe exprés donde se afirma que nunca en la historia reciente se había visto una derecha española con una mentalidad tan abiertamente colonial.
“Este nivel de fascinación por todo lo americano no se veía desde que alguien intentó abrir un restaurante madrileño llamado Casa McConquistador. Y eso ya fue grave”, explicó la catedrática Fulgencia Vázquez, especialista en Psicosociología Comparada entre Excolonias Potenciales.
Según la experta, lo que se vio en el palco “no fue diplomacia cultural, fue directamente una oferta pública de venta: entregarían Madrid entera a Donald Trump a cambio de un pasaporte americano, una tarjeta sanitaria de Florida y un apartamento con cancha de pickleball en Miami”.
El informe también señala que Ayuso aplaudía cada jugada independientemente de cuál fuera el equipo que la ejecutara, lo que demuestra que no había entendido absolutamente nada de lo que estaba ocurriendo en el campo. Pero eso no le impidió declarar entusiasmada a la prensa:
“Esto es libertad. Esto es lo que es Madrid. Esto es Occidente. Aunque no sepamos quién va ganando, el espíritu es lo importante.”
Almeida, profundamente conmovido por el espíritu americano del evento, declaró:
“He visto a un señor vestido de armadura de plástico correr con un balón. Si eso no es prosperidad, yo ya no sé qué es”.
El Bernabéu: de templo europeo a sucursal del sueño americano
La NFL eligió el remodelado Bernabéu como sede para este histórico partido, pero lo que no esperaba era que el estadio se convirtiera involuntariamente en un gigantesco teatro de aspiraciones coloniales. El público asistente fue recibido con música country, cheerleaders traducidas simultáneamente al castellano y un narrador que confundía constantemente la línea de anotación con la cola para comprar cerveza.
De hecho, el propio Florentino había ordenado instalar provisionalmente una estatua del Águila Calva norteamericana en la entrada principal del estadio, argumentando que “la estética del nuevo Bernabéu se entiende mejor desde una perspectiva globalizadora, americana y potencialmente galáctica”.
Varios asistentes afirmaron haber visto a Ayuso firmando lo que parecía un documento oficial durante el descanso. Un periodista la fotografió junto a una carpeta con el título: “Proyecto: Libertad y Madrid, Estado Asociado Nº 51”. Fuentes del Gobierno regional negaron que se tratara de una petición formal, insistiendo en que se trataba simplemente de un “ejercicio fanfic institucional”.
El comportamiento del palco: un espectáculo dentro del espectáculo
Los medios internacionales destacaron especialmente la actitud del palco madrileño. Mientras los directivos de la NFL esperaban protocolos formales, se encontraron con un recibimiento típicamente castizo y simultáneamente entregado al american way of life.
Ayuso, que había ensayado durante días varias frases en inglés, repitió constantemente: “Madrid is freedom, like America but with better tapas”, frase que un ejecutivo texano creyó que era un chiste y luego descubrió que no.
Almeida intentó iniciar un debate sobre la posibilidad de hermanar Madrid con Detroit, porque “siempre he querido hermanarme con algo industrial”, pero fue ignorado repetidamente.
Florentino ofreció a los directivos de la NFL “cualquier zona de Madrid que necesiten para expandirse, excepto Chamartín —que ya lo tengo comprometido—”. También les enseñó planos de un hipotético estadio subterráneo para partidos nocturnos “en caso de que el clima europeo no sea de su gusto”.
Durante la segunda parte, algunos espectadores afirmaron escuchar a Ayuso decir:
“Si Donald Trump me pide presidir una comunidad autónoma en Florida, yo voy”.
A lo que Almeida respondió, según testigos:
“Yo con ser alcalde de Miami Beach me conformo.”
Madrid, escaparate mundial… o sucursal colonial accidental
Las redes sociales ardieron durante el evento. Miles de usuarios subrayaron el entusiasmo hiperbólico de la derecha madrileña ante todo lo relacionado con Estados Unidos. Algunos tuits especialmente virales afirmaban:
- “Ni en 1898 los americanos tenían tantas ganas de quedarse con Madrid como Madrid tiene de quedarse con los americanos.”
- “Ayuso ha aplaudido un tiempo muerto. Almeida ha vitoreado un saque inicial. No saben ni lo que ven pero lo celebran todo.”
- “Florentino ha preguntado si los Dallas Cowboys se podrían alquilar por temporadas.”
Entre los memes más compartidos destaca uno que mostraba al trío madrileño señalando el campo con cara de emoción desmedida, acompañados del texto: “Cuando abren un McDonald’s nuevo en Chamberí.”
Mientras tanto, desde la oposición criticaron lo que llamaron “colonialismo aspiracional”. Un portavoz del PSOE declaró que “lo único que falta es que Ayuso pida meter a Madrid en la OTAN como miembro invitado”.
La NFL y la diplomacia involuntaria
Los ejecutivos de la NFL, aparentemente desconcertados por la intensidad del recibimiento, emitieron un comunicado diplomático lleno de frases vacías pero correctas. Expresaron su agradecimiento por la “hospitalidad madrileña”, aunque una fuente anónima afirmó que hubo “cierta sobrecarga emocional” por parte de las autoridades locales.
Según esa fuente, uno de los directivos preguntó en privado:
“¿Siempre están tan emocionados con lo americano aquí, o es algo de hoy?”
Otro respondió:
“No sé, pero la señora presidenta me ha ofrecido abrir academias de cheerleaders en colegios públicos.”
Un final hollywoodiense para un partido que pocos entendieron
El encuentro terminó sin que la mayoría del público tuviera la más mínima idea de quién había ganado. No importaba. Lo esencial, al menos para el palco, era haber consolidado una tarde de puro atlantismo festivo.
Ayuso bajó al césped al final del partido, ondeó una bandera gigante de Estados Unidos y gritó a los fotógrafos: “¡Madrid es la Capital del Mundo Libre!”. A su lado, Almeida asintió solemnemente mientras preguntaba a un técnico si podía llevarse de recuerdo uno de los cascos de los jugadores “para ponerlo en el despacho”.
Florentino, por su parte, sonreía con satisfacción general mientras decía a los micrófonos:
“Este es el futuro del deporte europeo: lo que diga América, se hace. Y si no lo dice, yo se lo propongo.”
Epílogo: ¿Madrid, la nueva colonia de Miami?
Tras el espectáculo vivido, una pregunta circula entre analistas y tuiteros: ¿es Madrid la capital europea con más vocación de convertirse en sucursal americana? ¿Existe un proceso de colonización invertida, en el que la potencia dominada suplica ser dominada con entusiasmo?
El Diario ASDF, en su compromiso con el periodismo riguroso pero completamente absurdo, consultó a varios especialistas que coincidieron en una conclusión desconcertante:
“Madrid no será la 51ª estrella de la bandera estadounidense, pero si la derecha madrileña pudiera, compraba la bandera entera.”
En cualquier caso, el trío Ayuso-Almeida-Florentino ha dejado clara una cosa: en Madrid se respira libertad, pero libertad americana, que parece que es la que más les gusta. Y si mañana la NFL decide celebrar un partido en la Plaza Mayor, ya hay quien prepara el palco, las banderas, los perritos calientes y la solicitud conjunta para residencias permanentes en Florida.
También le puede interesar
Ayuso, Almeida y Florentino en el palco del Bernabéu para el partido de la NFL. Nunca ha habido una derecha con una mentalidad más colonial que la española. Venderían Madrid entera a Donald Trump por un pasaporte americano y una residencia con campo de golf en Miami.
