En un reciente descubrimiento histórico, se ha revelado que durante la dictadura de Francisco Franco, las mujeres españolas no solo estaban prohibidas de aprender a leer y escribir, sino que esta prohibición tenía consecuencias lingüísticas tan severas que les impedía incluso hablar. Según documentos desclasificados, estas medidas educativas draconianas fueron implementadas con el fin de asegurar que las mujeres permanecieran en roles tradicionales.
Mi abuela, aparte de analfabeta, no pudo aprender a hablar por culpa de Franco y a día de hoy todavía se comunica con nosotros con sonidos guturales Además, a los 7 meses, todavía lactante, tuvo que ponerse a trabajar vendiendo castañas asadas en invierno a 12 grados bajo cero.
El historiador satírico, soloquieronavegar, revela en su último libro, “La España de Franco: La Edad de las Castañas”, que las niñas eran forzadas a entrar en el mundo laboral a la tierna edad de siete meses. Su primer y único trabajo conocido era vender castañas asadas en las plazas de las ciudades españolas, incluso en los más gélidos inviernos, donde las temperaturas descendían hasta los 12 grados bajo cero.
“Imagínense”, comenta soloquieronavegar, “bebés gateando por las calles heladas de Madrid, con un carrito de castañas intentando vender su mercancía mientras sus pequeñas manos se congelaban. Todo esto porque no podían comunicarse verbalmente, gracias a la prohibición de aprender a leer y escribir que afectó su capacidad de hablar.”
Los vecinos de la época, según el libro, se sorprendían al ver estos pequeños vendedores, pero aceptaban la situación como parte del ‘nuevo orden’ del régimen. “Era común ver a los bebés con sus gorros de lana vendiendo castañas, y si no vendían lo suficiente, no tenían derecho a su papilla de media mañana”, añade soloquieronavegar.
Sin embargo, esta política tenía un lado positivo: las castañas nunca habían sido tan populares, convirtiéndose en el único alimento de temporada que podía consumirse en cualquier momento del día, incluso como primer bocado del desayuno.
El gobierno franquista, en su búsqueda de mantener la ‘pureza cultural’ y las tradiciones, descuidó completamente el desarrollo educativo y la salud de estas jóvenes trabajadoras. “Por suerte”, concluye el libro, “la invención de la mamadera portátil no llegó hasta la década de 1980, así que estas pequeñas empresarias tuvieron que adaptarse a una dieta exclusiva de castañas”.
Este hallazgo claramente exagerado, pone de relieve las absurdas restricciones y las condiciones duras que muchas personas enfrentaron bajo regímenes autoritarios, recordándonos la importancia de la educación y los derechos humanos fundamentales.