Madrid, 27 de febrero de 2025 – España ha entrado en un estado de shock colectivo tras la última bomba informativa que convierte el culebrón de José Luis Ábalos en un guión digno de un cruce entre Alicia en el País de las Maravillas y Gran Hermano VIP. La protagonista, conocida como “la sugar babe de la Castellana” –un ser que acumula más títulos que la Duquesa de Alba en un día de gala: pareja oficial, ex de guardia, novia esporádica, amiga con extras, “relación particular” y, según los rumores más locos, CEO del amor tarifado–, ha decidido desatar el caos en una entrevista exclusiva con Diario ASDF. Sus confesiones: “Me flipa la pizza con piña y, oye, yo creo que los unicornios existen de verdad, porque me conceden deseos”.

El terremoto comenzó cuando un periodista, disfrazado de repartidor de Glovo, la cazó saliendo de una pizzería hipster en Malasaña con una Hawaiian Supreme bajo el brazo y un brilli-brilli en los ojos que parecía sacado de un filtro de Snapchat. “La piña con queso fundido es mi religión, y si me apuras, juraría que he visto unicornios galopando por la Gran Vía”, soltó la joven, mientras lucía un modelito que gritaba “me lo pagó un exministro y no me arrepiento”. La frase cayó como un meteorito en un país donde la pizza con piña ya es motivo de divorcio, y la mención de los unicornios desató teorías conspirativas: ¿es una iluminada o una estratega que sabe cómo mantenernos hablando de ella?

Ábalos, atrapado en el ojo del huracán, intentó capear el temporal desde un bar de polígono con una servilleta como escudo. “Cada cual tiene sus gustos, ¿no? A mí me va la tortilla con cebolla y no pasa nada… ¿O sí?”, balbuceó, visiblemente superado por una polémica que ya lo tiene al borde de pedir asilo en Narnia. Pero el daño estaba hecho: en X, los memes muestran a la pareja cabalgando unicornios con cuernos de piña, mientras la oposición exige una investigación para determinar si los fondos de la UE han ido a parar a un establo de criaturas mitológicas.

Ella, la reina del escándalo, subió un TikTok bailando Fantasy de Mariah Carey con una pizza en una mano y un peluche de unicornio en la otra, acompañada del caption: “Vivo en mi mundo mágico, haters gonna hate”. Los comentarios explotaron: “Es una diosa del caos”, “Que alguien la pare”, “Ábalos, devuélvenos el dinero del cuerno”. Hasta la RAE debate si añadir “unicornio” y “piña” a su lista de palabras malditas. Los heraldos ya le diseñan un escudo con un unicornio rampante, una rodaja de piña y el lema “Del arcoíris al lujo, mi reino”.

En los bares, entre gin-tonics y raciones de bravas, el pueblo sentencia: “¿Es una genio incomprendida o una psicópata con buen gusto para el drama?”. Lo único claro es que esta mujer tiene más títulos que un catálogo de HBO y más titulares que un kiosco en verano. Ábalos, mientras, rumia su próximo movimiento: ¿confesará que él también cree en los duendes? España, al borde del delirio, espera la siguiente entrega con palomitas… y sin piña, por favor. Seguiremos fabulando… Digooooooooooo… Informando.

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~ Atribuida a un anónimo lector del Diario ASDF, siglo XIV.

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