Madrid, 22 de abril de 2025 – En un giro inesperado que ha dejado a políticos y analistas rascándose la cabeza, Irene Montero, exministra de Igualdad y figura destacada de Podemos, ha presentado esta mañana su ambiciosa propuesta para contrarrestar lo que denomina “la fiebre belicista” del Gobierno español: la creación de las Fuerzas de la Paz, un cuerpo “no armado, pero sí armadísimo de buenas intenciones” que, según ella, “desarmará los conflictos con empatía, diálogo y, si es necesario, talleres de deconstrucción patriarcal”.
La propuesta llega en respuesta al reciente anuncio del Ministerio de Defensa de incrementar el presupuesto militar para modernizar el ejército español, una medida que Montero calificó como “un paso atrás hacia la caverna de los tambores de guerra”. En una rueda de prensa celebrada en un coworking vegano del barrio de Malasaña, la política desgranó los detalles de su plan, que incluye reclutar a “personas comprometidas con la justicia social” para formar un cuerpo de élite pacífico. “No necesitamos tanques, necesitamos abrazos. No queremos misiles, queremos mindfulness”, afirmó, mientras un proyector mostraba diapositivas con frases inspiradoras sobre fondo de amaneceres.
¿Qué son las Fuerzas de la Paz?
Según el documento de 47 páginas presentado por Montero (impreso en papel reciclado y con tipografía Comic Sans para “hacerlo más accesible”), las Fuerzas de la Paz estarían compuestas por voluntarios formados en resolución de conflictos, mediación intercultural y “técnicas de respiración consciente para desactivar tensiones”. Su misión principal sería intervenir en situaciones de alta tensión, tanto nacionales como internacionales, para “construir puentes donde otros levantan muros”. Entre las estrategias propuestas destacan:
- Despliegues de “círculos de palabra” en zonas de conflicto, donde las partes enfrentadas serían invitadas a compartir sus emociones en un ambiente seguro.
- Performances artísticas pacifistas, como flashmobs con coreografías al son de “Imagine” de John Lennon.
- Talleres itinerantes de “desarme emocional”, dirigidos a militares, políticos y ciudadanos para “desaprender la violencia sistémica”.
Montero también sugirió que las Fuerzas de la Paz podrían tener un uniforme oficial: “Algo unisex, sostenible, con colores cálidos que transmitan calma. Estamos pensando en túnicas de lino orgánico con bordados de mandalas”.
Reacciones: entre la perplejidad y el entusiasmo
La propuesta ha generado reacciones encontradas. Desde el Gobierno, la ministra de Defensa, Margarita Robles, declinó hacer comentarios, aunque fuentes cercanas aseguran que se le escapó una risita en el Consejo de Ministros. Por su parte, el líder de Vox, Santiago Abascal, no tardó en calificar la idea de “delirio hippie” y propuso, en respuesta, crear las “Fuerzas de la Reconquista”, aunque no aclaró si era en serio o solo un tuit impulsivo.
En el espectro progresista, las reacciones son más tibias. Íñigo Errejón, excompañero de Montero, alabó la “intención transformadora” de la propuesta, pero matizó que “quizá necesitamos un enfoque más pragmático, como repartir infusiones de valeriana en los cuarteles”. Mientras tanto, en las redes sociales, el hashtag #FuerzasDeLaPaz se ha viralizado, con memes que van desde Montero liderando un desfile de yoguis hasta tanques decorados con pegatinas de arcoíris.
Un presupuesto “simbólico” y desafíos logísticos
Uno de los puntos más controvertidos es la financiación. Montero aseguró que las Fuerzas de la Paz operarían con un presupuesto “simbólico” basado en donaciones ciudadanas y fondos europeos para proyectos de cohesión social. “No necesitamos miles de millones como los ejércitos convencionales. Con un par de millones y mucho amor, podemos cambiar el mundo”, afirmó. Sin embargo, expertos en seguridad han señalado que la logística de desplegar círculos de diálogo en zonas de conflicto real, como Ucrania o Gaza, podría ser “ligeramente más complicada que organizar un retiro de fin de semana en la sierra”.
¿El futuro de la defensa?
Pese a las críticas, Montero se mostró optimista: “La gente se ríe ahora, pero cuando vean a las Fuerzas de la Paz desactivando una guerra con un círculo de palabra, cambiarán de opinión”. Como cierre, anunció que el próximo mes presentará un “prototipo” de las Fuerzas de la Paz en un festival de sostenibilidad en Lavapiés, donde voluntarios simularán un conflicto internacional que será resuelto con una sesión de meditación guiada.
Mientras tanto, en los pasillos del Congreso, un diputado anónimo resumió el sentir general: “Irene nunca deja de sorprendernos. Lo mismo mañana propone sustituir los aviones de combate por cometas”. Sea como sea, las Fuerzas de la Paz ya han logrado algo innegable: dar de qué hablar en un país donde la sátira, a veces, se escribe sola.